Salud y bienestar
Cuando hace frío la piel también necesita hidratación.
El invierno está llegando, es hora de abrigarnos: guantes, gorro, bufanda, botas, abrigo… la casa calentita gracias a la calefacción… llueve poco en esta época y aumenta la contaminación atmosférica… el ambiente se reseca y también nuestra piel.
Sí, aunque parezca mentira, el sol sigue ahí. Por muy abrigados que vayamos, siempre se cuela en nuestra piel. Una piel que, a consecuencia de esta climatología y de todo el tiempo que hemos pasado en verano “vuelta y vuelta” hasta coger ese tono bronceado tan estupendo, ahora está dañada.
En efecto, el sol produce daños sobre la piel. Esto es algo que, a estas alturas, todo el mundo sabe, o debería saber. La piel tiene memoria y todo el sol que hemos tomado pasa facturaPor eso este es un buen momento para reparar la piel.
La doctora Lorea Bagazgoitia, dermatóloga del complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, observa que “las personas más concienciadas que cuidan la piel utilizando en verano protección solar y crema hidratante, cuando llega el frío se relajan y olvidan estos hábitos porque creen que no son necesarios, pues se equivocan”.
En otoño e invierno el aire es más seco que en verano, sobre todo en zonas de interior. Además, los cambios de temperatura que experimentamos cuando entramos o salimos de un sitio cerrado con calefacción al exterior hacen que perdamos con mucha facilidad la humedad natural de la piel. “Las bajas temperaturas son un agente nocivo para nuestra piel, aunque casi más importante es la sequedad ambiental de esta época del año. Esto tiene un efecto devastador y facilita la aparición de grietas, escamaciones, zonas blanquecinas y, en general, un aspecto acartonado” asegura la doctora Lorea Bagazgoitia.
Con esta información en la mano, es momento de hacer algo, lo primero: mantener una hidratación adecuada, beber líquidos, utilizar crema hidratante después de la ducha, no abusar del agua demasiado caliente y utilizar geles suaves, neutros, que son menos agresivos para la piel.
Las manos son las más expuestas al frío y hay que protegerlas con una buena crema que hidratante. También la piel de los labios, y del contorno de ojos, que es muy fina, necesita protectores específicos. Por tanto, en esta época de frío, nieve, viento y lluvia hay que seguir utilizando protectores solares porque, aunque haga menos calor e incluso esté nublado, los rayos ultravioletas llegan a la piel “con los mismos efectos que en verano, es decir, aumenta el riesgo de cáncer de piel, acelera el envejecimiento y pueden aparecer manchas solares, por lo que es recomendable usar en otoño e invierno fotoprotección”, afirma la dermatóloga.
Las manchas que provoca la exposición solar en la piel para muchas personas resultan antiestéticas y prefieren eliminarlas, bien con láser, peelings o cremas despigmentantes, y esta época del año es la más adecuada para hacerlo.
Lo que no se debe hacer nunca es comenzar ningún tratamiento para eliminar las manchas sin antes pasar por la consulta de un especialista. El dermatólogo realizará el diagnóstico adecuado y aconsejará el método para eliminar, o no, esas manchas solares.
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