Sociedad

Psicología

Septiembre incierto

Mañana empieza el mes de los propósitos y los cambios en el año más complejo. Expertos en salud mental nos ofrecen algunas claves para afrontarlo con la mejor disposición.

La vuelta de las vacaciones, este año, requiere un esfuerzo extra para mantener la confianza en el futuro.
La vuelta de las vacaciones, este año, requiere un esfuerzo extra para mantener la confianza en el futuro.Jesus G. FeriaLa razon

Dicen que no hay nada como el pasado para arruinar el presente, una máxima muy aplicable a la situación que vivimos. Parece que el verano ha supuesto una especie de agujero temporal en la linea del tiempo durante este extraño 2020. Quien más, quién menos, ha olvidado, por momentos, la “nueva normalidad”, y ha recuperado cierta alegría de vivir y esperanza en el futuro. Unos gracias al sol y a los atardeceres en la playa, otros a la paz de sus pueblos o de lugares alejados de los ecos de la pandemia..., cada uno, tratando de respirar más profundo. Ahora llega septiembre, y con el la vuelta al cole, las desconcertantes cifras de contagios y las nuevas restricciones. ¿Tendremos energía suficiente para llegar a despedir este año? ¿Cómo conseguimos hacerlo sin dejarnos la salud mental en el camino?

Emociones universales

La OMS ya predijo que la pandemia amplificaría los problemas psicológicos susceptibles de requerir asistencia profesional, y así ha sido. Las cifras de estrés, ansiedad y depresión se han duplicado a nivel mundial. No ha habido muchas diferencias entre países en estos parámetros, dado que apelan a emociones universales. “La incertidumbre continuada, como la que ha generado la pandemia, es dañina porque resquebraja el sentido del futuro, un futuro al que las personas hacen referencia continuamente”, ha explicado el famoso psiquiatra Luis Rojas Marcos, que ha sido galardonado hace unos días con el Premio a la trayectoria investigadora internacional en el ámbito del derecho a la salud. “Por ello, una incertidumbre como esta, que trastoca y destruye el sentido de futuro, puede provocar estrés y ansiedad que, si son continuados, puede derivar en alteraciones tanto físicas como mentales y llegar, incluso, a la depresión o perder la esperanza”, ha añadido.

La información fiable es clave

Ante esta situación, nuestro destino no está escrito. Como seres humanos, disponemos de una gran variedad de herramientas y recursos de afrontamiento que nos permiten disminuir el malestar. Entre ellos, el pensamiento crítico y la información fiable y útil. “Lo importante durante las adversidades es encontrar una explicación, porque el cerebro no lleva bien la ausencia de éstas. Por eso, creo que si la información que nos dan es fiable y razonable nos puede ayudar”, señala el psiquiatra. “La memoria también es muy útil, ya que podemos recurrir a ella para acordarnos de otras situaciones difíciles que hemos vivido y superado. En ningún caso debemos tirar la toalla y perder la esperanza, dado que es un ingrediente fundamental de la resiliencia y, sin ella, no se puede sobrevivir mucho tiempo”. Por otro lado, y aunque la incertidumbre parezca más contagiosa que el propio virus, Rojas Marcos recuerda que “siempre tenemos un margen de actuación, de tomar decisiones a nivel individual que nos ayuden a mantener la sensación de control”.

Consejos para mitigar la ansiedad

En circunstancias normales, el periodo vacacional sirve para desconectar y recuperar la energía que nos permita enfrentarnos de nuevo a la rutina de madrugones, problemas laborales, carga de trabajo, entre otros. Sin embargo, las de este año pueden haber sido una fuente de ansiedad en si mismas ya que “una vez que las personas se relajan, es probable que salga todo lo que han ido taponando”, señala Teresa Martín, coordinadora del grupo de Intervención en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana. Para facilitar el afrontamiento del regreso a la “nueva normalidad”, la psicóloga alicantina recomienda dos premisas: “la primera, pensar que esta situación es atípica y no va a convertirse en lo cotidiano. Debemos dar la orden a nuestro cerebro de que esto es algo puntual y que se resolverá pronto, ya que nuestro sistema nervioso se colapsa cuando no se puede tener una cotidianidad”. “Además, hay que procurar no empezar a crear incertidumbre sobre el futuro, porque no depende de nosotros lo que vaya a pasar”, añade.