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Como subir las escaleras o ir andando al trabajo pueden protegerte de la depresión

No hace falta salir a correr, ni levantar peso en el gimnasio. El esfuerzo físico en actividades cotidianas, por sí mismo, tiene grandes beneficios en la salud mental, especialmente para las personas con propensión a padecer un trastorno psiquiátrico.

Un paso peatonal subterráneo en el Paseo de Extremadura de Madrid
Un paso peatonal subterráneo en el Paseo de Extremadura de MadridJesús G. FeriaLa Razon

En estos tiempos de pandemia, en los que los estados de depresión y ansiedad son una de las mayores amenazas para nuestro bienestar, la práctica de actividad física de manera cotidiana y frecuente se presenta como una de las soluciones más sencillas y efectivas. Existe una vasta evidencia sobre los beneficios del esfuerzo físico en la salud mental sin embargo, el impacto de las actividades cotidianas, como subir escaleras o hacer un tramo andando hasta el trabajo en lugar de conducir, sobre la percepción de bienestar de una persona apenas no se habían estudiado hasta ahora.

Investigadores del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) y el Instituto Central de Salud Mental (CIMH) en Mannheim han analizado las regiones del cerebro que juegan un papel central en este proceso, y han observado que incluso las actividades cotidianas mejoran significativamente el bienestar, en particular de las personas susceptibles a trastornos psiquiátricos. “Subir escaleras todos los días puede ayudarnos a sentirnos despiertos y llenos de energía. Esto mejora el bienestar”, explican los autores del estudio.

Clave en momentos de restricciones de movilidad

Las conclusiones del trabajo, que se publica en Science Advances, son de particular relevancia en la situación actual con las restricciones por el coronavirus. “Actualmente, estamos experimentando fuertes restricciones de la vida pública y los contactos sociales, que pueden afectar negativamente a nuestro bienestar. Para sentirse mejor, puede ser útil subir escaleras con más frecuencia”, ha señalado la profesora Heike Tost, directora del Grupo de Investigación en Psiquiatría de Neurociencia de Sistemas de la Clínica de Psiquiatría y Psicoterapia.

Para el estudio, se combinaron varios métodos de investigación en la vida cotidiana y en el laboratorio: evaluaciones ambulantes con sensores de movimiento así como encuestas de teléfonos inteligentes sobre el bienestar que se activan con los datos de geolocalización cuando los sujetos se mueven. 67 personas fueron sometidas a evaluaciones ambulantes para determinar el impacto de la actividad diaria en el estado de alerta durante siete días, y se encontró que las personas se sentían más alerta y estaban llenas de energía, especialmente justo después de la actividad. Ambos parámetros son indicadores de bienestar y salud psíquica.

Por otro lado, los investigadores realizaron tomografía por resonancia magnética a otro grupo de 83 personas, a las que se midió el volumen de materia gris del cerebro para averiguar qué áreas del cerebro desempeñan un papel en estos procesos cotidianos. Se descubrió que la corteza cingulada subgenual, la sección de la corteza cerebral donde se regulan las emociones y la resistencia a los trastornos psiquiátricos, es importante para la interacción entre la actividad diaria y el bienestar afectivo .“Las personas con un volumen menor de materia gris del cerebro en esta región y un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos se sentían menos llenas de energía cuando estaban físicamente inactivas”, describe Heike Tost los resultados.