Investigación

La respuesta a la depresión mayor podría estar en el cerebro

Los astrocitos, un tipo de célula cerebral que, a diferencia de las neuronas, se reproduce continuamente, está presente en menor medida en el cerebro de personas deprimidas que sanas, según una nueva investigación.

Aunque la conducta suicida es multifactorial, una de las causas más habituales es padecer un trastorno depresivo mayor.
Aunque la conducta suicida es multifactorial, una de las causas más habituales es padecer un trastorno depresivo mayor.larazon

El trastorno depresivo mayor, también conocido como depresión clínica, es una de las patologías psiquiátricas más incapacitantes y que tiene efectos más graves sobre la salud física de quien la padece. Su abordaje es muy complejo, ya que conlleva una amplia variedad de síntomas y comportamientos, entre los que encontramos elementos comunes como una reducción drástica o ausencia del placer y del disfrute, acompañada por un sentimiento continuo de culpa o dolor. A ello, suelen sucederse otros signos como la pérdida del apetito, las intenciones de autolesión y, en muchos casos, puede conducir al suicidio.

Por ello, los científicos llevan mucho tiempo tratando de mostrar si su desarrollo está vinculado, de algún modo, a una determinada composición celular del cerebro, ya que esta evidencia ayudaría en su tratamiento. En este sentido, una nueva investigación, publicada en la revista Frontiers in Psychiatry, ha relacionado la existencia de un número reducido de astrocitos (un tipo de células del cerebro que apoyan el funcionamiento de las neuronas) con la existencia de este trastorno. Para lograrlo, los investigadores analizaron, postmortem, la composición del cerebro de adultos deprimidos que murieron por suicidio y de individuos no psiquiátricos que fallecieron repentinamente por otros motivos.

“Encontramos un número reducido de astrocitos en muchas regiones del cerebro de los adultos deprimidos. Estas células en forma de estrella son importantes porque favorecen el funcionamiento óptimo de las neuronas cerebrales. Nuestros hallazgos confirman y amplían investigaciones anteriores que implican a los astrocitos en la patología de la depresión”, explica Naguib Mechawar, profesor del Departamento de Psiquiatría de la Universidad McGill (Canadá) y autor principal de este artículo.

El trabajo se desarrolló a través de un proceso de tinción de proteínas específicas que se encuentran en la estructura de estas células de soporte, como son la vimentina y la proteína ácida fibrilar glial (GFAP), que por numerosas investigaciones previas, se sabe que están presentes en mayor medida en el cerebro de personas deprimidas. “Utilizando un microscopio, contamos el número de astrocitos en secciones transversales del cerebro, lo que nos permitió estimar cuántos había en cada región. También analizamos la estructura tridimensional de más de trescientos astrocitos individuales para detectar cualquier diferencia”, explica otro de los autores, Liam O’Leary.

El análisis postmortem reveló que los hombres que padecieron depresión en vida mostraron diferencias significativas a nivel cerebral con respecto a los que no la tuvieron. Los astrocitos que expresan la GFAP, al igual que los que expresan la vimentina, fueron menos abundantes en las muestras cerebrales de los pacientes con el trastorno. En el caso de la vimentina, de hecho, las diferencias a nivel de la corteza prefrontal fueron dos veces mayores.

“La noticia prometedora es que, a diferencia de las neuronas, el cerebro humano adulto produce continuamente muchos astrocitos nuevos. Encontrar formas de reforzar estas funciones cerebrales naturales podría mejorar los síntomas de los individuos deprimidos”, afirma Mechawar.