Abordaje multidisciplinar

Psicotecnología para pacientes oncológicos

Médicos e investigadores desarrollan una «app» para evaluar el estado de ansiedad y depresión del enfermo

El oncólogo Ignacio Juez junto a Araceli, su paciente, en Fuenlabrada
El oncólogo Ignacio Juez junto a Araceli, su paciente, en FuenlabradaArchivo

«Reconozco que, a veces, los médicos nos centramos demasiado en las partes más técnicas de la enfermedad y dejamos de lado la repercusión psicológica que ésta tiene en los pacientes», confiesa Ignacio Juez Martel, médico del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Fuenlabrada, en Madrid. Por eso, desde hace tiempo lleva trabajando en un sistema, junto con otros expertos en diferentes materias, para realizar un acompañamiento integral de los pacientes de cáncer. Hoy, su sueño se ha hecho realidad y Araceli, su paciente, es la primera que se ha dado de alta en un innovador servicio que han puesto por nombre «Chatbot» y que está enmarcado dentro del proyecto ADAF, para diagnosticar, tratar y monitorizar las alteraciones psicológicas asociadas al cáncer.

«Es una herramienta muy sencilla. Se le entrega al paciente un QR después de haberle registrado en la plataforma ADAF. Éste se descarga Telegram y con el código indicado tiene acceso a un chat privado donde se le va evaluando a través de una serie de preguntas. En función de las respuestas se le envía información, vídeos y en caso de gravedad, contacto directo con el sanitario», describe el oncólogo.

«Es algo muy fácil y creo que es muy importante, ya que además de que los médicos te pregunten cómo te sienta el tratamiento, es necesario el apoyo psicológico durante el proceso. Así, si tienes cualquier duda ante tanta incertidumbre sobre lo que te va a pasar, encuentras un respaldo», confiesa Araceli, que acaba de recibir de su tratamiento.

Ella, pionera en esta novedosa tecnología, afirma que hará uso de ella desde «hoy mismo», porque «aunque creo que soy una persona fuerte a nivel mental, es bueno usar todas las herramientas que se ponen a disposición de pacientes como yo. Es bueno que te traten de manera humana, ya que muchas veces el paciente se siente perdido». Ignacio recoge el testigo y reconoce que, por falta de tiempo, quizá, muchas veces se dejan de lado algunos aspectos tan importantes como éste durante el trato con el paciente: «Con estos procesos se abre una nueva puerta de comunicación, se les refuerza en el acompañamiento. Como médicos, siempre nos hemos volcado más en preocuparnos por los síntomas físicos de los tratamientos, si les da fiebre, diarrea... pero el estado mental es fundamental».

En Fuenlabrada llevan tiempo trabajando en nuevas plataformas para cubrir todos los aspectos del cuidado del paciente a través del proyecto InnovaHonco y, en esta ocasión, para desarrollar su instrumento de cribado ADAF, han trabajado de la mano con el Hospital Clínico San Carlos, el 12 de Octubre, el Severo Ochoa, el de Getafe, el laboratorio Viatris y un equipo de investigadores de la Universidad Camilo José Cela.

«Esta herramienta es el resultado de un estudio multicéntrico realizado en 186 pacientes. Para una aplicación eficaz y sencilla, el cribado ADAF se compone de cinco preguntas relacionadas con el estado de ánimo que los pacientes deben puntuar la frecuencia con la que experimentan los sentimientos descritos en cada pregunta. La puntuación más negativa es de 15, hasta ahora, la máxima experimentada ha sido de 7 y la media está en 3», detalla Ignacio.

Conexión cuerpo-mente

Para su aprobación han contado con el visto bueno del comité ético de los centros sanitarios implicados así como la aprobación de la sociedad de oncología y radioterapia. «Hasta ahora existían ciertos cuestionarios que, además de ser muy largos y farragosos, no se acababan haciendo por lo tedioso que resultaba sobre todo para el paciente. Ahora, después de la primera consulta con el oncólogo, se le entrega el cuestionario para que lo rellene en casa y en la siguiente cita lo traiga para evaluar su situación», puntualiza el sanitario, que insiste que es primordial el «ir más allá» y que, además de fijarse, por ejemplo, «en el nivel de leucocitos del paciente, es de gran relevancia hacerlo también en su grado de ansiedad o depresión».

Para Araceli, la paciente, y su oncólogo, Ignacio, está claro que «todo va unido, porque estar bien a nivel psicológico influye positivamente en el curso del tratamiento». «No se puede decir que nuestro perfil de paciente tenga mayor tendencia a la depresión o la ansiedad que el resto, pero sí hay artículos que ahondan en cómo influye el estado de ánimo en el desarrollo de la enfermedad, lo único que es algo muy difícil de verificar».

Ante la complicación que el uso de las tecnologías pueda suponer para los pacientes más mayores, este óncologo apunta a que «si algo bueno podemos sacar de la pandemia es que toda la gente se ha familiarizado mucho con los códigos QR y las tecnologías, es más, en caso de que algunos tengan dificultades para conectarse, hay aquí un equipo para atenderles». «Si tengo alguna duda le consultaré a mi hija, que está más puesta, pero creo que podré hacerlo sola», asegura antes de salir del hospital.