Demandas

«Opté por no recibir radioterapia porque en Palencia no había»

Raquel Lozano denuncia la escasez de medios sanitarios que padecen en algunas ciudades. «También existimos»

Raquel lleva luchando contra un cáncer de mama desde hace dos años
Raquel lleva luchando contra un cáncer de mama desde hace dos añosAlberto R. RoldánLa Razón

El mazazo que uno recibe cuando escucha a su médico decirle que tiene cáncer se hace más profundo si cabe cuando, dependiendo del lugar en el que uno viva, no se dispone de los mismos servicios sanitarios que en otras ciudades. Bien lo sabe Raquel Lozano. Ella es de Palencia, donde sigue sin haber una unidad de radioterapia. Una situación de inequidad que se agravó con la Covid-19, ya que si ya es duro hacerse 180 kilómetros al día para poder recibir un tratamiento, a eso hay que añadir el temor al contagio al ir todos en una misma ambulancia. Pero vayamos por partes.

A Raquel le diagnosticaron cáncer en octubre de 2019: «Me dolían las dos mamas, era horrible y eso que dicen que el cáncer no duele. Fui al hospital y menos mal que insistí en que me hicieran una mamografía porque, como me la había hecho hacía seis meses, no consideraban necesario hacerme otra prueba. Y lo dicho menos mal porque estaba repleta: tenía un bulto de cinco centímetros en una y de tres en otra. No se palpaban porque estaban detrás de los pezones, pero el tumor era inmenso. De hecho, no entiendo muy bien cómo puede ser que no salieran en la primera mamografía, yo pienso que fue un error de detección».

Tres meses después la operaron y en marzo de 2020, «justo cuando nos cierran por la covid, empecé con la quimioterapia. Recuerdo que no había mascarillas. Mi hermana me consiguió una quirúrgica que usé en los cuatro ciclos. Pero el resto de los pacientes no tenían. No es que no nos dieran, es que no había, así que acabábamos todos juntos en la misma sala sin ella», recuerda.

Fue entonces cuando le dijeron que tenía que recibir 30 sesiones de radioterapia. «Me comentaron que en Palencia no había unidad de radioterapia y que tenía que irme a Burgos. Es decir, 90 kilómetros ida y otros 90 de vuelta cada vez y todo ello con más compañeros en ambulancia...».

«No entiendo cómo no hay una unidad de radioterapia en una capital de provincia. Este tipo de cosas influyen un montón en la asistencia de los pacientes. Nosotros también existimos, no solo Teruel», denuncia Raquel, que ahora tiene 50 años.

«En mi caso, que no pudiera recibir este tratamiento en Palencia, me influyó muchísimo en mi decisión», asegura. Y es que Raquel optó «por no someterse a radioterapia. También es cierto que tenía una microafectación en uno de los ganglios, pero en todo caso me influyó. Si hubiera habido unidad en Palencia me hubiera dado las 30 sesiones. Pero así no, máxime con la pandemia».

Desde entonces está tomando un medicamento. «Tengo que tomármelo durante cinco años. He pasado revisiones y estoy bien, pero también te digo que este fármaco tiene un montón de efectos secundarios, entre ellos unos dolores articulares que te mueres».

«Me quejo por la falta de medios y eso que vivo en una capital de provincia, no puedo ni imaginar por lo que pasan las personas que viven en ciudades más pequeñas o en pueblos. Esto que está pasando con la Sanidad es de juzgado de guardia».

Y tan importante es el tratamiento como la empatía. Y lo cierto es que no pocos los pacientes que se sienten como Raquel, sea por miedo o porque de verdad no fueron debidamente asistidos: «Me sentí completamente perdida. No sabía ni por dónde empezar ni a quién acudir, y encima en plena pandemia».

Su forma de ser le hizo moverse, y encontró en Instagram gente joven contando su experiencia. «Contacté con un grupo de León, las mocinas de León se llaman. Fue un apoyo tremendo dar con ellas». Porque Raquel, por muy satisfecha que está con sus médicos, «que lo estoy», se sintió desamparada cuando le dieron el diagnóstico: «Nadie se preocupó de mi estado emocional ni de mi familia. Si tiré para adelante fue por mi hijo, intenté ser fuerte por él».

«De verdad que estoy muy satisfecha con los profesionales que me han atendido, mi cirujana, mi oncóloga..., máxime cuando faltan cosas, porque los sanitarios no pueden hacer milagros sin medios. Pero, ¿por qué en León tienen psiconcóloga y en Palencia no? Es esencial, porque para una mujer el tema de la mama es muy importante, pero que se te caiga el pelo durante el tratamiento también. Para mí fue muy duro». Además, en Palencia «no hay cirugía estética. Es decir, que tras operarme para la reconstrucción mamaria porque di con una cirujana muy buena, pero si no...».