Salud
¿Por qué existe un Día Mundial de la Fertilidad en el calendario?
El principal motivo de la celebración de este día es poner en el punto de mira los problemas de fertilidad.
No es muy conocido ni popular, pero el 4 de junio, está señalado en el calendario como Día Mundial de la Fertilidad. Esta jornada, declarada por la Organización Mundial de la Salud, tiene como principal objetivo educar sobre los problemas de fertilidad que se presentan cada vez con mayor frecuencia en la población, pero también intenta, entre otras cosas, eliminar el gran tabú que aún hoy es hablar de infertilidad para aquellos que la padecen y que a veces lo viven en silencio y en soledad en pleno siglo XXI, y, por supuesto, dar apoyo a estas personas que no pueden tener hijos de forma natural y están sometiéndose a tratamientos de reproducción asistida.
Para este día tan especial, cuyo significado afecta a gran parte de la población, queremos aportar nuestro granito de arena informando sobre esta enfermad (ya reconocida por la Organización Mundial de la Salud) y todo lo que conlleva. Para ello, hemos preguntado a dos renombrados científicos de medicina reproductiva con más de 30 años de experiencia, el doctor Jan Tesarik y la doctora Carmen Mendoza Oltras, así como a una reputada bióloga y embrióloga (ciencia y disciplina fundamentales para tratar la infertilidad), la doctora Raquel Mendoza Tesarik. Estos tres profesionales son la piedra angular de la Clínica MARGen, centro de medicina reproductiva de fama mundial por sus logros.
Preguntamos, en primer lugar, al doctor Tesarik sobre la parte más científica y racional de la medicina reproductiva:
1º ¿Qué es exactamente la infertilidad?
En términos generales, la infertilidad es la incapacidad de un organismo vivo de reproducirse por medios naturales. En humanos, sin embargo, la concepción y nacimiento de la descendencia no depende solo de elementos naturales, sino también de la voluntad de las parejas de reproducirse en determinados momentos de su vida. Consecuentemente, es preciso establecer una definición más concreta para determinar si una pareja sufre verdaderamente de la infertilidad que merece ser diagnosticada y tratada. La definición más utilizada en la actualidad es la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según la cual “la infertilidad es una enfermedad del aparato reproductor caracterizada por la imposibilidad de lograr un embarazo clínico después de por lo menos 12 meses de relaciones sexuales frecuentes (mínimo 3 veces por semana) sin protección con métodos anticonceptivos”. La infertilidad puede ser causada por un problema del hombre (infertilidad masculina), de la mujer (infertilidad femenina) o de ambos (infertilidad mixta). Hablamos de una subfertilidad cuando la condición de la pareja disminuye la probabilidad de embarazo, pero no lo impide por completo. La infertilidad afecta aproximadamente al 15% de las parejas. El factor femenino es responsable de aproximadamente el 33% de esos casos, mientras que un 21% se deben a un factor masculino, 40% es de tipo mixto y en el resto de los casos no se encuentra la causa.
2ª ¿Cuándo fue reconocida la medicina reproductiva como una rama oficial de la medicina?
El concepto de la medicina reproductiva se remonta a la época de la antigua Grecia y se asocia con el nombre de Aristóteles, el supuesto autor de la obra Teoría de Reproducción Hematogénica, según la cual el semen masculino, de origen hematogénico, causa el desarrollo del embrión desde la sangre menstrual presente en el útero. Sin embargo, el origen de la medicina reproductiva en el sentido actual de la expresión se suele asociar con la publicación del libro Eficacia y eficiencia: reflejos aleatorios sobre los servicios de la salud, escrito por Archie Cochrane en el año 1972, que ha establecido el concepto de la medicina fundada en evidencia. De hecho, aún en los años 1960 la medicina reproductiva era considerada por el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido como “relativamente no científica”. Esto empezó a cambiar con la aplicación de las exigencias formuladas por Cochrane hasta que, para el año 1989, la medicina reproductiva se convirtió en la disciplina clínica pionera en cuanto a la aplicación de la evidencia científica en la práctica clínica.
3ª ¿Cuáles fueron los primeros éxitos?
Los primeros éxitos se alcanzaron incluso antes de que la medicina reproductiva fuese reconocida como tal. En los años 1850 se realizaron los primeros intentos de inseminación artificial, pero la tasa de éxito fue baja porque aún no se tomaba en cuenta el ciclo ovulatorio de la mujer. El siguiente paso fue el desarrollo de la fecundación in vitro (FIV). Esta fase duró mucho tiempo, entre otras causas, por el rechazo de la opinión pública. En los años 1920-1940, científicos lograron identificar las hormonas estradiol, progesterona y testosterona y desarrollar sustitutos hormonales químicos que posteriormente fueron utilizados en la FIV. La primera FIV fue realizada por el Dr. John Rock de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), pero todo quedó en el laboratorio y los óvulos fecundados no fueron transferidos en el útero de la madre. El nacimiento en el hospital de Oldham (Reino Unido) del primer bebé concebido por la FIV, alcanzado en el año 1978 por los doctores Patrick Steptoe y Robert Edwards y la bióloga Jean Purdy, ha abierto una nueva era y permitido un desarrollo rápido de la medicina reproductiva tal como la conocemos hoy en día.
4ª Sabemos que usted fue un pionero en muchos estudios y tratamientos, ¿puede mencionar cuáles fueron?
En el año 1993, mientras trabajaba en el Hospital Americano de París conseguí el primer bebé concebido en Francia por Inyección intracitoplasmática de espermatozoides –ICSI- en el ovocito humano.
En 1995, y siempre trabajando en París junto con la bióloga Dra. Carmen Mendoza Oltras de Granada, logramos el primer bebé del mundo, nacido después de la microinyección de espermátidas redondas –ROSI-, en el ovocito humano en un caso de ausencia total de espermatozoides en los testículos. La técnica ha sido posteriormente aplicada en varios otros países, y hasta ahora han nacido gracias a ella más de 100 niños sanos en mujeres cuyas parejas sufrían una ausencia completa de formación de espermatozoides, quienes, previamente al descubrimiento de la ROSI, podían tener niños solo con esperma de donante. Otro éxito, a nivel mundial, lo constituye el nacimiento, en el año 1998, de los primeros niños sanos mediante la microinyección de espermátidas procedentes del cultivo del tejido testicular obtenido por biopsia en hombres azoospérmicos.
En 1999, siempre en colaboración con la Dra. Mendoza, desarrollamos en Roma la técnica de transferencia de núcleo desde los ovocitos de las pacientes a los ovocitos, previamente enucleados, de las donantes. Esta técnica, conocida popularmente como la de “hijo de tres padres”, ha sido utilizada posteriormente para la prevención de la transmisión de enfermedades mitocondriales de origen materno a la descendencia.
En 2000, conseguimos en São Paulo, Brasil, el primer embrión obtenido a partir de un ovocito reconstruido por introducción de una célula somática de una paciente en un ovocito enucleado de una donante.
Desde los años 2000 me he dedicado a la investigación en el campo de la utilización de la hormona de crecimiento para mejorar la calidad de los ovocitos y del endometrio humano, y al diagnóstico y tratamiento de los daños del ADN de los espermatozoides. He publicado estudios pioneros demostrando que la hormona de crecimiento aumenta significativamente la probabilidad de nacimiento de un bebé sano en mujeres de más de 40 años de edad, en las mujeres jóvenes con ovarios poliquísticos y en las que habían sufrido un fracaso repetido de la fecundación in vitro. En los años 2016-2018 he desarrollado varias técnicas de diagnóstico ginecológico no invasivo, conocidas como endoscopias virtuales (histeroscopia, salpingoscopia, foliculoscopia, embrioscopia).
Las respuestas del doctor Jan Tesarik son, gracias a su amplia experiencia, una buena toma de contacto con lo que significa este día tan especial para muchos. Describen con exactitud esta enfermedad que puede ser sufrida indistintamente por mujeres y hombres, y hacen un magnífico recorrido por los descubrimientos, logros y avances para tratarla, algo muy importante de difundir en este día tan señalado. Continuemos con la entrevista a la doctora Carmen Mendoza, ella expone el lado más emocional de este tema:
1º En sus más de 30 años tratando pacientes con infertilidad, ¿cómo diría que viven emocionalmente al tener problemas de fertilidad?
Emocionalmente, son muchos los factores que contribuyen, tanto en la mujer como en el hombre, cuando saben que no pueden tener hijos de forma natural. Es un gran desgaste emocional que deben atravesar tras una etapa, más o menos larga, de esperanzas y fracasos hasta conseguir el deseo de ser padres. Por una parte, está el coste económico del tratamiento, el sometimiento a procesos quirúrgicos y la invasión a la privacidad sexual. En estudios realizados en la Clínica MARGen hemos observado en nuestras parejas infértiles sentimientos de culpa, tristeza, miedo, pérdida de la libido, disfunción eréctil, inestabilidad emocional, pérdida de la autoestima, ansiedad y depresión. Y en un gran porcentaje de parejas un deseo urgente de tener un hijo mediante un protocolo de reproducción asistida o adopción. En nuestra clínica, cuando detectamos algún problema de este tipo solicitamos la atención de nuestro equipo de psicólogas y, por supuesto, la participación activa de todo nuestro equipo médico y biológico para conseguir la mayor estabilidad emocional de la pareja, y así, alcanzar el fin deseado.
2º Tenemos constancia de que ha tratado con éxito casos muy difíciles, por favor, cuéntenos alguno de los «imposibles» que ha conseguido.
Hay casos de infertilidad realmente difíciles, pero hay uno que siempre recordaré con un cariño especial. Se trataba de una pareja de Buenos Aires que acudía a nosotros después de haber estado en varios centros de reproducción asistida y sin éxito. La historia clínica de ella era normal, pero no la de su pareja. Él tenía una azoospermia secretora (ausencia de espermatozoides en el testículo), y le habían realizado una biopsia en ambos testículos sin encontrar espermatozoides. Dicha biopsia estaba congelada en su país. Le dijimos que se vinieran a Granada para realizar un ciclo de reproducción asistida con una nueva biopsia testicular y que si podía se trajera la que tenía congelada. Se vinieron con su biopsia congelada y cuando llegaron pudimos comprobar que no podíamos realizar otra biopsia porque prácticamente se había quedado sin testículos en la “increíble” biopsia que le habían realizado en Argentina. La preparamos a ella para obtener la mejor respuesta ovárica y realizamos la punción folicular. Paralelamente, las muestras del tejido testicular congelado lo pusimos en cultivo. Observamos que, tras el cultivo, algunas células espermáticas no eran espermatozoides maduros, pero sí espermátides (espermatozoides inmaduros), y con ellos realizamos la fecundación de los óvulos. Se transfirieron tres embriones y se obtuvo el embarazo. Fue una linda niña y hoy día tiene 18 años. La cara de felicidad de los padres, después de tanto sufrimiento, decepciones, esfuerzo, viajes, gastos… eso no se puede describir, hay que verlo.
3º ¿Cree que la infertilidad se vive de forma diferente según la educación, y que, por ende, es muy importante este día de hoy, en el que se intenta acercar este tema a toda la población?
Por supuesto que es muy importante el conocimiento del proceso al que se va a enfrentar la pareja; primero porque debe conocer con detalle cada uno de los pasos que se van a realizar tanto a nivel médico como biológico, para poder estimar el porcentaje de éxito; y segundo porque cuanto más informada esté la pareja más tranquila va a estar. La desinformación o el mal entendimiento del proceso puede generar intranquilidad, nerviosismo, dudas…, y eso no queremos que ocurra. Por ello, tanto el equipo médico, biológico y de enfermería deben estar lo suficientemente preparados para explicar con todo detalle cualquier tema relacionado con el caso de cada paciente.
No hay duda, tras escuchar a la doctora Carmen Mendoza es fácil hacerse una idea de la intensidad emocional con la que viven estos pacientes sus tratamientos y de la importancia de la medicina reproductiva en sus 50 años de existencia reconocida como tal (según el doctor Tesarik, se toma como referencia de nacimiento de esta rama de la medicina el año 1972), es decir, ciertamente no es que estudie y trate una enfermedad que ponga en riesgo la vida de los pacientes, pero si somos empáticos con aquellos que la sufren, podemos imaginar el dolor que provoca.
Por último, hemos querido conocer a través de la doctora Raquel Mendoza Tesarik la relación vital entre la biología y la reproducción asistida, así como de una de las responsabilidades más delicadas y humanas de un embriólogo: la de informar y asesorar al paciente durante todo el proceso. Le preguntamos:
1º La biología es el estudio de la vida, ¿exactamente qué papel representa en la reproducción asistida?
El descubrimiento, estudio y evolución de la reproducción asistida ha supuesto uno de los hitos más grandes en nuestra vida. No solo ha servido para que hombres y mujeres puedan tener hijos, lo que ya es muy importante y necesario, sino que también ha servido para explicar muchos mecanismos de acción del espermatozoide y del óvulo de los que teníamos solo referencia en animales. Los investigadores de la Clínica MARGen han publicado cientos de artículos científicos de ámbito internacional en los que queda constancia del comportamiento biológico de los gametos humanos, lo que ha sido muy importante para explicarnos hechos que desconocíamos.
2º Tenemos entendido que un embriólogo es una parte clave en la reproducción asistida, y que parte de su trabajo es la atención, información y asesoramiento de los pacientes acerca de sus gametos y embriones, cuéntenos, ¿hasta qué punto es importante la comunicación que debe de mantener con los futuros padres?
Anteriormente, hemos hablado de la importancia que tiene el que la pareja conozca en profundidad y lo mejor posible el proceso al que va a ser sometida, pues bien, igualmente importante es que durante el tratamiento de estimulación ovárica, punción folicular y fecundación ovocitaria, haya sido informada en cada uno de estos procesos, día a día, y que cuando finalmente tengamos los embriones, la pareja debe de conocer el número y calidad de los mismos, así como cuál sería el número óptimo de embriones a transferir y en qué estado (en 6 u 8 células, morula o blastocisto) y cuántos a congelar para próximas transferencias, según criterio médico y biológico. A veces, hay que informar a la pareja de la necesidad de realizar un diagnóstico genético preimplantatorio a los embriones obtenidos para así eliminar aquellos que presenten anomalías en su ADN no compatibles con la vida o con algún tipo de defecto congénito. Y, por supuesto, informar a la pareja de los riesgos durante el tratamiento de estimulación ovárica y punción folicular de la mujer, así como posteriormente en el caso de embarazo, según cada caso particular.
A través de estos tres especialistas de la reproducción asistida hemos hecho un recorrido sobre el nacimiento y logros de la medicina reproductiva (explicado por el doctor Jan Tesarik); sobre los sentimientos a los que se enfrentan aquellos que padecen infertilidad y la felicidad de los que consiguen ser padres tras luchar con lo “imposible” (contado por la doctora Carmen Mendoza); y sobre las decisiones tan difíciles y decisivas que es necesario tomar durante los tratamientos (expuesto por la doctora Raquel Mendoza Tesarik). Todo ello es la respuesta a la pregunta de nuestro título: ¿Por qué existe un Día Mundial de la Fertilidad en el calendario?
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