Alimentación

¿Comer mucho pescado aumenta el riesgo de melanoma?

►Un estudio observacional detecta este vínculo que requiere ser confirmado

Imagen de archivo de un atún rojo cortado
Imagen de archivo de un atún rojo cortadoLa RazónLa Razón

Comer pescado es indispensable para llevar una alimentación saludable y equilibrada. De hecho, este producto y los mariscos contribuyen a mantener la salud cardiovascular. La clave reside en comer variado; es decir, alternar el tipo de pescado que comemos y en algunos casos, como niños hasta 10 años, embarazadas, mujeres que quieran quedarse en estado o durante la etapa de la lactancia, no deberían consumir peces grandes como el atún rojo, el pez espada, el emperador, la tintorera o el marrajo para evitar los efectos del mercurio. Algo que recomienda la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).

Un nuevo estudio ahonda más en esta línea y concluye que comer niveles elevados de pescado, incluido el atún y el pescado no frito, parece estar asociado con un mayor riesgo de melanoma maligno. Así se desprende de una investigación realizada por la Universidad de Brown, en EE UU, publicada en la revista «Cancer Causes & Control» que edita Springer Nature, el grupo que publica la prestigiosa revista «Nature».

El melanoma es uno de los tumores que más está aumentando en incidencia en el mundo occidental por la radiación ultravioleta. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) está previsto que a lo largo de este año se diagnostiquen 7.474 nuevos casos de melanoma cutáneo en nuestro país (3.377 en varones y 4.097 en mujeres),es decir, un 20.96% más con respecto al 2020, cuando se estimaba que se diagnosticarían 6.179 nuevos casos.

Ahora, el grupo de investigadores liderado por Eunyoung Cho ha descubierto que el riesgo de melanoma maligno era un 22% mayor entre aquellos cuya ingesta diaria media era de 42,8 gramos en comparación con los que ingirieron 3,2 gramos de media.

También encontraron que los que consumieron 42,8 gramos tenían un 28% más de riesgo de desarrollar células anormales solo en la capa externa de la piel, lo que se conoce como melanoma en etapa 0, en comparación con aquellos cuya ingesta diaria media era de 3,2 gramos de pescado.

Pero 42,8 gramos de media diaria, ¿es mucho? Según los expertos, una ración de pescado son unos 140 gramos. Es decir, que todos aquellos que toman tres raciones a la semana superarían el límite: 60.

Para examinar la relación entre la ingesta de pescado y el riesgo de melanoma, los autores analizaron los datos recopilados en un estudio previo de 491.367 adultos de EE UU que informaron con qué frecuencia comieron pescado frito, pescado no frito y atún durante el año anterior, así como el tamaño de las porciones.

Los investigadores calcularon la incidencia de nuevos melanomas durante un período medio de 15 años utilizando datos obtenidos de los registros de cáncer. En total, 5.034 participantes (1%) desarrollaron melanoma maligno durante el período de estudio y 3.284 (0,7 %), melanoma en estadio 0.

Los investigadores encontraron que una mayor ingesta de pescado no frito y atún se asoció con mayores riesgos de melanoma maligno y melanoma en etapa 0. Aquellos cuya ingesta diaria mediana de atún fue de 14,2 gramos tenían un riesgo 20% mayor de melanoma maligno y un riesgo 17 % mayor de melanoma en etapa 0, en comparación con aquellos cuya ingesta diaria mediana de atún fue de 0,3 gramos. Una ingesta media de 17,8 gramos de pescado no frito al día se asoció con un riesgo un 18% mayor de melanoma maligno y un riesgo un 25% mayor de melanoma en estadio 0, en comparación con una ingesta media de 0,3 gramos de pescado no frito al día. Los investigadores no identificaron asociaciones entre el consumo de pescado frito y el riesgo de melanoma maligno o melanoma en etapa 0.

«Especulamos que estos hallazgos podrían atribuirse a contaminantes en el pescado, como bifenilos policlorados, dioxinas, arsénico y mercurio. Investigaciones anteriores han encontrado que una mayor ingesta de pescado está asociada con niveles más altos de estos contaminantes en el cuerpo y han identificado asociaciones entre estos contaminantes y un mayor riesgo de cáncer de piel. Nuestro estudio no investigó las concentraciones de estos contaminantes en los participantes, por lo que se necesita más investigación para confirmar esta relación», reconoce Cho.

Y es que al tratarse de un estudio observacional no se pueden extraer conclusiones sobre una relación causal entre la ingesta de pescado y el riesgo de melanoma.

¿Qué opinan otros expertos?

«Su observación debe ser confirmada o rebatida en un estudio diseñado con tal fin, actual y teniendo en cuenta que los pescados que consumimos están sujetos a una normativa que especifica y regula el contenido en conservantes, colorantes y contaminantes potencialmente cancerígenos», explica la doctora Paula Jiménez Fonseca, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que recuerda que “cuando se hizo este estudio -que se toma de base- hace más de 17 años no existía una legislación en productos de consumo como la actual”.

Los autores tampoco tuvieron en cuenta algunos factores de riesgo como el recuento de lunares o el tiempo que estaban tomando el sol. En definitiva, se necesitan nuevos estudios para poder confirmar esta conclusión. Hasta entonces, si es que se confirma, los propios autores del estudio no recomiendan realizar ningún cambio en el consumo de pescado.

“Una dieta sana y equilibrada debe incluir al menos dos raciones de pescado de 140 g a la semana, una de las cuales debe ser de tipo aceitoso como el salmón y las sardinas”, explica el Dr. Stacey Lockyer, de la British Nutrition Foundation.

Lockyer recuerda que “el pescado azul normalmente contiene niveles más altos de contaminantes que otros tipos de pescados y mariscos, por lo que todas las niñas y mujeres premenopáusicas no deben tener más de dos raciones de pescado azul a la semana. Por la cantidad de mercurio que contienen, quienes buscan un bebé o está embarazada no debe comer más de cuatro latas de atún a la semana o no más de dos filetes de atún a la semana y debe evitar comer tiburón, pez espada y marlin (todos los demás adultos, incluidos las mujeres que amamantan, no deben comer más de 1 porción por semana de estos tres tipos de pescado)”.

En cuanto al pescado blanco, “puedes comer con seguridad tantas porciones como quieras, excepto besugo, lubina, rodaballo, halibut (típido de Alaska) y cazón que pueden contener niveles similares de ciertos contaminantes como el pescado azul. Aquellos que comen mucho pescado deben evitar comer estos tipos de pescado con demasiada frecuencia”, recomienda este experto, que recuerda que “el consejo del gobierno para prevenir el cáncer de piel es evitar las quemaduras solares, usar crema solar y vestirse con sensatez al sol y evitar las tumbonas y las lámparas solares.

“La pesca recreativa es un deporte popular que implica una alta exposición a los rayos UV. Sería de esperar que aquellos que participan en la pesca recreativa también coman más pescado. Los autores no discuten esta posibilidad, pero especulan sobre posibles contaminantes en el pescado que parece una causa poco probable de mayor riesgo porque cualquier ingesta de contaminantes sería trivial”, afirma el profesor Tom Sanders, profesor emérito de Nutrición y Dietética del King’s College London.

Para el Dr. Michael Jones, del Institute of Cancer Research, en Londres, “los autores encontraron que una mayor ingesta de pescado no frito y atún estaba asociada con el melanoma. Estos resultados fueron estadísticamente significativos y, por lo tanto, improbables debido al azar. Los participantes completaron cuestionarios de dieta cuando se inscribieron, antes de la aparición del melanoma; por lo tanto es improbable que hubiera un sesgo en la notificación del consumo de pescado entre los que desarrollaron melanoma y los que no lo hicieron”.