Salud

“La primera artrodesis de «hallux» por artroscopia del mundo ha sido un éxito”

Entrevista a Riccardo Chiavegatti Coordinador de la Unidad del Pie y el Tobillo, Hospital Universitari Sagrat Cor (HUSC)

ENTREVISTA AL DR. CHIAVEGATTI EN EL HOSPITAL UNIVERSITARI SAGRAT COR
ENTREVISTA AL DR. CHIAVEGATTI EN EL HOSPITAL UNIVERSITARI SAGRAT CORShootingShooting

1. ¿Qué es el «hallux rigidus»?

Es una deformidad en la base del dedo gordo del pie. El dedo pierde su movilidad articular, lo que causa rigidez. Ocurre como sistema de defensa frente al dolor y también por la limitación mecánica relacionada con la degeneración articular artrósica de la primera articulación metatarso-falángica. Tal vez la denominación se asocia al «hallux valgus», o juanete, pero no hay que confundir las dos patologías. Aunque se puede dar el caso de que coincidan. En ese caso el término con el que se denomina es «hallux valgus rigidus».

2. ¿Qué consecuencias tiene?

Implica un dolor intenso en el dedo gordo del pie o «hallux», sobre todo mecánico, a la hora de realizar la propulsión, y una movilidad reducida del mismo, básicamente a nivel dorsal. También puede aparecer una protuberancia que se denomina osteofito. Se trata de un crecimiento de tejido óseo producido por la acumulación de calcio cerca de la superficie articular y que acostumbra a tener forma de pico. Asimismo, al caminar de forma incorrecta se pueden presentar dolores secundarios en el centro del pie (metatarsalgia por supinación antiálgica). También dolores metatarsales en la planta, por síndromes relacionados con la inflamación de los nervios interdigitales (neuromas). La repercusión de una marcha alterada puede extenderse proximalmente a las articulaciones mayores, como rodilla, cadera y raquis lumbar, lo que acaba provocando un empeoramiento de la calidad de vida del paciente con «hallux rigidus».

3. ¿Cómo se detecta?

Mediante una exploración clínica detallada, con el estudio dinámico de la deambulación, comprobando la movilidad de la primera articulación metatarsofalángica en carga y con pruebas radiológicas simples como Rayos X convencionales o funcionales. A veces es necesario también valorar el «stock» óseo residual con un TAC o escáner.

4. ¿Qué prevalencia tiene?

Es una patología muy frecuente, ya que afecta al 2% de la población. Se presenta sobre todo en hombres y la franja de edad en la que suele aparecer es la que va de los 30 a los 60 años de edad. A menudo acostumbra a ser bilateral. Hay un componente de predisposición genética. También puede ser secundaria a enfermedades sistémicas metabólicas (gota) o inflamatorias o autoinmunes (artritis reumatoide o psoriásica.) y aparecer de manera postraumática y microtraumática en caso de actividad deportiva de impacto (fútbol, baile, escalada, etc.).

5. ¿Qué tratamientos hay?

Las distintas opciones que hay para abordarlo se barajan en función del grado de degeneración articular: desde el tratamiento conservador con modificaciones del calzado o utilización de plantillas hasta rehabilitación funcional o infiltraciones intraarticulares de ácido hialurónico. También se puede recurrir a tratamientos quirúrgicos como «toilettes» articulares, queilectomías, osteotomías a nivel de la falange y del metatarsiano, interposiciones de tejidos biológicos o trasplantes condrales. En los casos más avanzados –es decir, de grado IV y V–, se indica la prótesis metatarsofalángica y la artrodesis o fusión articular («gold standard»).

6. ¿Qué es la artrodesis artroscópica?

Es una técnica quirúrgica que consiste en la fijación de la articulación mediante artroscopia. Es decir, con una telecámara que se introduce por unos portales de trabajo muy pequeños. Se realiza para eliminar completamente el dolor. Es una técnica mínimamente invasiva y ya utilizada en ortopedia, especialmente en pie y tobillo, donde las prótesis suelen dar muchos problemas, aunque la bioingeniería está avanzando rápidamente. Este abordaje tan poco agresivo contribuye a una recuperación más rápida del paciente. Hemos podido realizarla por primera vez en el mundo totalmente por vía artroscópica y ha sido un éxito.

7. ¿En qué casos se indica?

Está indicada en los casos de «hallux rigidus» avanzado (grado IV y V) y sin una gran desviación en valgo del dedo gordo del pie.

8. ¿Usted ha sido el primero del mundo en realizarla, ¿cuál era la situación del paciente?

Es una mujer de mediana edad, sana, activa físicamente y laboralmente, que presentaba una importante limitación funcional en su vida diaria por un «hallux rigidus» de grado avanzado. Por el tipo de profesión que ejerce, y debido a la importancia de sus compromisos laborales, no podía ausentarse del trabajo durante los tres meses clásicos que se necesitan para una recuperación de una artrodesis convencional.

9. ¿Cómo se ha resuelto?

La verdad es que se ha solucionado perfectamente. La paciente se ha reincorporado a su actividad laboral pronto y ha mejorado decisivamente su calidad de vida.

10. ¿Qué ventajas tiene esta intervención frente al resto?

El paciente tiene una recuperación más rápida, al ser una técnica mínimamente invasiva, con menor agresividad quirúrgica, menos cicatriz y más segura. Sus resultados son equiparables a técnicas quirúrgicas abiertas. Además, mediante este abordaje se puede evitar el ingreso hospitalario, solo requiere permanecer en el hospital de día, ya que se realiza con técnicas de anestesia específicas.