Caleidoscopio

La acción de las células asesinas

Las células NK desempeñan un papel de primer orden en la inmunidad anticancerígena

Células cancerígenas cáncer
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Al margen de que todos los días deberían ser, mundialmente, contra el cáncer, hoy traemos a este espacio la innovadora estrategia que han llevado a cabo científicos y clínicos estadounidenses, en un estudio experimental que ha contrarrestado con éxito diversos carcinomas.

Se trata de una inmunoterapia que, en esencia, neutraliza la acción de una molécula determinada que utilizan los tumores malignos para frenar la acción de las células asesinas naturales (NK).

Es bien sabido que, al tener múltiples mecanismos de citotoxicidad y la capacidad de modular la respuesta inmune al producir citocinas, las células NK desempeñan un papel de primer orden en la inmunidad anticancerígena.

Hace más de veinte años que se demostró su eficacia y seguridad como agentes inmunoterapéuticos en pacientes con leucemia.

Ahora, y como explica un equipo de la Facultad de Medicina Albert Einstein, en Nueva York, en «Journal of Clinical Investigation», la proteína PVR es muy escasa en tejidos normales, pero es abundante en numerosos carcinomas, entre ellos, de páncreas, pulmón, melanoma y ovario. Pues bien, los científicos han descubierto porqué tiene la capacidad de inhibir la actividad de las células T y las NK.

En síntesis, este equipo ha diseñado y aplicado con éxito una novedosa estrategia para reforzar la eficacia de la terapia. Se denomina «punto de control inmunitario».

Estos inhibidores son anticuerpos monoclonales, diseñados para provocar un cortocircuito en las interacciones entre las células inmunitarias y las células cancerosas. Actúan bloqueando las proteínas tumorales o los receptores de las células inmunitarias que se unen a ellas.