Hallazgo

Alertan de que la infección por Covid-19 aumenta el riesgo cardiovascular hasta tres años después y el tipo de sangre influye

Una investigación de la Asociación Americana de Aterosclerosis advierte de las secuelas a largo plazo

Ilustración del SARS-CoV-2
Ilustración del SARS-CoV-2Archivo

La pesadilla social y sanitaria que supuso la pandemia de la Covid-19 ya ha quedado atrás, pero parece que las secuelas de aquel mal sueño todavía pueden hacer estragos en la salud de muchas personas. Así lo confirma un nuevo estudio que pone el foco en el impacto que deja el virus SARS-CoV hasta tres años después de haber pasado la infección.

En concreto, un análisis de datos del Biobanco del Reino Unido ha descubierto que la infección por Covid-19 puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte por cualquier causa durante hasta tres años para personas con y sin enfermedad cardiovascular, según una nueva investigación publicada hoy en la revista Revista revisada por pares de la American Heart Association Arteriosclerosis, "Thrombosis and Vascular Biology (ATVB).

"Encontramos un riesgo de salud cardiovascular a largo plazo asociado con la covid, especialmente entre personas con casos más graves de Covid-19 que requirieron hospitalización", advierte el autor principal del estudio, James Hilser, M.P.H., candidato a doctorado en la Universidad del Sur de California. “Este mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular continuó tres años después de la infección por Covid-19. Sorprendentemente, en algunos casos, el mayor riesgo fue casi tan alto como tener un factor de riesgo cardiovascular conocido, como diabetes tipo 2 o enfermedad arterial periférica”, añade.

Lo cierto es que investigaciones anteriores han demostrado que la Covid-19 aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares graves durante el primer mes después de la infección. La diferencia reside en que este estudio, por primera vez, ha examinado cuánto duró el mayor riesgo y si disminuyó después de recuperarse de la infección por Covid-19.

En concreto, los investigadores revisaron datos genéticos y de salud en el Biobanco del Reino Unido de más de 10.000 adultos, incluidos aproximadamente 8.000 que dieron positivo por el virus Covid-19 entre el 1 de febrero y el 31 de diciembre de 2020 y alrededor de 2.000 que dieron positivo por el virus en un entorno hospitalario durante el año 2020. También se revisó para comparar un grupo de más de 200.000 adultos que no tenían antecedentes de infección por Covid-19 durante el mismo período de tiempo en el Biobanco del Reino Unido. Ninguno de los participantes fue vacunado en el momento de la infección porque las vacunas frente al SARS-CoV-2 aún no estaban disponibles en aquel momento.

“En todo el mundo, más de mil millones de personas ya han experimentado la infección por Covid-19. Los hallazgos informados no son un efecto pequeño en un subgrupo pequeño”, reconoce el coautor principal del estudio, Stanley Hazen, M.D., Ph.D., presidente de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas en el Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland y jefe de sección de cardiología preventiva. "Los resultados incluyeron a casi un cuarto de millón de personas y apuntan a un hallazgo de importancia para la atención sanitaria mundial que puede traducirse en una explicación del aumento de las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo", insiste.

Resultados

En concreto, las personas hospitalizadas con Covid-19, sin enfermedad cardiovascular o sin diabetes tipo 2, tenían un 21% más de riesgo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte en comparación con las personas con enfermedad cardiovascular y sin infección por Covid-19.

Además, se ha mostrado una interacción genética significativa entre los tipos de sangre no O y la hospitalización por Covid-19. De hecho, las personas con infecciones graves por Covid-19 tenían un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un derrame cerebral; sin embargo, ese riesgo era aún mayor en personas que tenían tipos de sangre distintos del O (aquellos con tipos de sangre A, B o AB).

Así, se ha visto que el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular fue aproximadamente un 65% mayor en adultos con tipos de sangre distintos del O en comparación con aquellos con tipo de sangre O. Un análisis preliminar no mostró que el tipo de sangre Rh (positivo o negativo) interactuara con la Covid-19 grave, anotaron los autores.

“En primer lugar, los autores demuestran que haber sido hospitalizado con Covid es un marcador de mayor riesgo cardiovascular, a la par de tener un diagnóstico preexistente de enfermedad cardiovascular. Aunque es muy difícil demostrar la causa y el efecto directos en un estudio que solo analiza datos anteriores recopilados para otros fines, este hallazgo es importante porque sugiere que se debe considerar un historial de hospitalización previa por Covid, incluso sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, lo que obliga aacelerar los esfuerzos de prevención. También es un área interesante de estudio si la infección grave por Covid-19 tiene un impacto directo en el sistema vascular”, advierte Sandeep R. Das, copresidente del comité de Registro de ECV Covid-19 de la American Heart Association.