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El asma y la EPOC, más graves con la sequía

El ambiente seco aumenta la cantidad de partículas finas suspendidas en el aire y, por tanto, conlleva una mayor penetración en las vías respiratorias superiores e inferiores

La sequía afecta a las enfermedades respiratorias
La sequía afecta a las enfermedades respiratoriasSandra R. PovedaSandra R. Poveda

Desde el pasado 24 de abril se espera la entrada de una masa de aire muy cálido y seco, de origen norteafricano, sobre la Península y Baleares. «La presencia de esta masa cálida, junto con las condiciones de estabilidad atmosférica y la fuerte insolación, están provocando un ascenso de las temperaturas, que continuará en los próximos días, alcanzando valores propios del verano y excepcionalmente altos para las fechas», informan desde la Agencia Estatal de Metereología (Aemet).

Además, sus mediciones apuntan a que el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre de 2022 hasta el 18 de abril de 2023, es decir, 337 milímetros (mm), «un 23% menos que el valor normal correspondiente a dicho periodo (440 mm)», alerta. España es un país que se caracteriza por sequías recurrentes y estos datos avalan y agravan el problema.

Podría provocar un incremento de infecciones bacterianas y víricas

El pasado mes de marzo fue el más cálido del siglo XXI y, también, el segundo con menos lluvias del siglo actual. «Salvo durante la primera semana, en la que se produjo un episodio frío, las temperaturas estuvieron por encima del promedio normal todo el mes, llegándose a rozar los 38ºC en puntos de Canarias el día 30», asevera. Marzo fue seco o muy seco en la mayor parte del territorio peninsular, salvo en Galicia, suroeste de Castilla y León y Extremadura, así como en Baleares y Canarias, por lo que persiste la sequía meteorológica, afirma la Agencia.

Refuerza este mensaje el último informe de Copernico, el observatorio del clima europeo que extrae sus datos vía satélite. Llama la atención sobre la «sequía incipiente» que amenaza a norte de Italia, Francia y España. Aparte de efectos de la sequía sobre la economía del medio ambiente (peor calidad del aire, más contaminación, peores cosechas, restricción de recursos y riesgo de agua de mala calidad o de incendios, tal y como coinciden todos los informes) los efectos sobre la salud y la carga que pueden suponer estos sobre el sistema sanitario agrava la situación.

Francisco Jose Roig Vazquez, especialista en Neumología en HM Hospitales advierte de que «no nos debe extrañar ver un incremento de infecciones bacterianas y víricas de las vías respiratorias, en momentos de sequías, tal y como se prevé que sucederá en los próximos meses y fuera de lo que es una temporada habitual invernal».

Tal y como explica, la falta de lluvia intensiva incrementa la concentración de las partículas suspendidas en el aire y la desertificación de la tierra, exacerbando los eventos de polvo ambiental que se mezcla con una variedad de contaminantes. Todo ello causa efectos adversos para la salud en el sistema respiratorio.

«A corto plazo -explica- los contaminantes del aire provocan un aumento de la hospitalización por enfermedades respiratorias». Los ambientes altamente contaminados y secos tienen un impacto más significativo en las infecciones de las vías respiratorias superiores, especialmente en los niños y personas con problemas crónicos como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), advierte.

El aire seco hace que el epitelio de la mucosa nasal se seque y provoque inflamación

El mecanismo subyacente, según explica, «es que las partículas con un diámetro más pequeño pueden penetrar más profundamente y provocar infecciones respiratorias al promover la inflamación, estrés oxidativo y reducir la función de las células inmunitarias, especialmente la función antimicrobiana». Por lo tanto, la sequía puede aumentar la cantidad de partículas finas suspendidas en el aire y causar una mayor penetración en las vías respiratorias superiores e inferiores. «Los contaminantes del aire están significativamente asociados con bacterias y virus. El aire seco hace que el epitelio de la mucosa nasal se seque y provoca una estimulación de las células epiteliales para liberar mediadores inflamatorios», señala.

Roig Vazquez explica que los contaminantes del aire pueden agravar esta respuesta inflamatoria del tracto respiratorio. «La disminución de la función de defensa inmunitaria de esta parte del cuerpo puede hacer que los virus o las bacterias que ya existen en el tracto superior o que invaden desde el exterior, se multipliquen rápidamente y pueden causar o agravar una infección de la vía aérea», indica este especialista.

Algunos de los datos en los que se basa son las evidencias que revela el informe que publicó el pasado mes de febrero el Instituto de Salud Ocupacional y Salud Ambiental de la Universidad de Lanzhou (China) que confirma los efectos interactivos entre la sequía y los contaminantes del aire en la infección del tracto respiratorio superior de los niños, si bien se limita a la provincia de Gansú. Afirma que «como grupo vulnerable, los niños son más sensibles al medio ambiente debido a su inmadurez física y mental».

Coral Salvador, del Laboratorio de Física Ambiental la Universidad de Vigo, ha codirigido un reciente estudio –«Consecuencias de la sequía para la salud pública

en un contexto de cambio climático: una revisión crítica»– que afirma que la sequía es un acontecimiento con importantes repercusiones para la salud. En concreto, revela que «las repercusiones negativas podrían estar relacionadas con un aumento de enfermedades transmitidas por el agua, los alimentos y los vectores, así como a la malnutrición, las olas de calor y el aumento de la contaminación atmosférica. Esta provocaría «enfermedades cardiovasculares y respiratorias y, en última instancia, mortalidad», asevera.

El estudio incide en que «la sequía también se ha relacionado con trastornos de salud mental asociados a pérdidas económicas, migraciones y el desarraigo social». Insisten en que los impactos afectan de forma desigual a los individuos: los niños, los ancianos, las mujeres y las personas de bajo nivel socioeconómico, suelen verse más afectados. En el caso de las personas mayores, y ante episodios de altas temperaturas, hidratarse, llevar ropa adecuada y no exponerse al sol son algunos de los cuidados más importantes, insisten desde la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste).

La falta de lluvia empeora los brotes asmáticos

Los factores ambientales que repercuten en el cambio climático, como la contaminación y la sequía, pueden aumentar los casos de asma infantil. Así lo advierten desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap). La prevalencia del asma infantil en España se estima alrededor del 10%. Este porcentaje puede aumentar por causas medioambientales, como la sequía que se estima que se intensifique en los próximos meses. «La lluvia limpia la atmósfera y eso hace que desciendan los niveles de contaminación. En la sequía ocurre lo contrario, el aire no se mueve y empeora su calidad, especialmente en las grandes ciudades. Estancado, facilita la extensión de los problemas respiratorios y de las alergias», advierte. Añade que las olas de calor aumentan este tipo de complicaciones, sobre todo porque sube el nivel de ozono.