El "no" por respuesta

Día de la obesidad
Casi la mitad de la población mundial adulta tiene sobrepeso u obesidad. En el caso de España. a pesar de que la dieta mediterránea es la más saludable, el 25 por ciento de la población tiene problemas de obesidad. Es decir, que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 30.
En Día Mundial de la Obesidad conviene recordar que es fundamental llevar una alimentación saludable, hacer deporte y mantener un IMC por debajo de 25. Para obtener este dato se realiza con una sencilla fórmula que consiste en dividir el peso (kilos) entre la estatura (en metros), elevada al cuadrado (kg/m2). El IMC resultante te indica si el peso es correcto en función de la estatura, si es demasiado bajo o demasiado elevado. El IMC que se considera satisfactorio es el que se sitúa entre 18,5 y 24,9 (20 y 24,9 en el caso de los hombres). Si es inferior a 18,5, indica que la persona está demasiado delgada. Si el IMC está por encima de 25 indica que la persona tiene sobrepeso (ligero, moderado o preobeso). Si supera los 30, es un indicador de obesidad. Cuanto más alto es el resultado más riesgo existe de riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles como son los problemas cadiovasculares y la diabetes.
Por lo tanto, la obesidad no se trata únicamente de una cuestión estética. Más allá de que tener una buena figura afecta positivamente en el terreno emocional, es una cuestión de salud. El sobrepeso incide de manera directa en el sistema circulatorio (enfermedades cardiovasculares), en el aparato locomotor (en particular sobre las articulaciones), el desarrollo de resistencia a la insulina (diabetes) o incluso el desarrollo de algunos cánceres como pueden ser el de colon. Está comprobado que la pérdida de peso previene estas enfermedades.
Por ello es fundamental la prevención. Según indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hay tres pilares fundamentales:
También es importante evitar o racionar el consumo de los productos ricos en azúcares y en grasas: refrescos azucarados, aperitivos, alimentos ultraprocesados, comida rápida...
Estos hábitos no son siempre suficientes porque las causas de la obesidad son muy diversas y variadas. Por ello, en situaciones muy determinadas, los especialistas médicos recomiendan recurrir a los fármacos para tratar la obesidad. inhibidores del apetito, balones gástricos y las inyecciones que tan populares se han hecho en los últimos meses.
Los fármacos que se están utilizando son básicamente dos: La liraglutida (Saxenda), la semaglutida (Ozempic) y otros medicamentos de esta familia son principios activos destinados al tratamiento de la diabetes tipo 2. Como efecto secundario producen pérdida de peso, lo que los ha convertido en una opción muy popular en redes sociales -muy demandadas por las estrellas de Hollywood por su eficacia a corto plazo-.
Como ya hemos dicho, Saxenda y Ozempic son medicamentos destinados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2) y forman parte de una familia de medicamentos conocida con el nombre de análogos de la GLP-1. Dentro de esta familia hay cinco principios activos diferentes: exenatida, liraglutida, semaglutida, lixisenatida y dulaglutida. Algunos son de administración diaria y otros se deben administrar una vez a la semana.
Cada uno de se comercializa con su propio nombre comercial, todos requieren de prescripción médica y todos están autorizados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2) ya sea como único fármaco (en monoterapia) o acompañado de otros antidiabéticos e insulina. Solo uno de ellos, la liraglutida, está autorizado y comercializado para la pérdida de peso. La semaglutida, bajo el nombre comercial de Wegovy, ha conseguido la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso, pero aún no se vende en España.
Estos medicamentos se caracterizan porque imitan el funcionamiento de una hormona, la GLP-1, que se secreta a nivel intestinal cuando ingerimos comida y cuya función más importante es regular los niveles de las dos hormonas implicadas en el control de la glucosa en sangre: la insulina y el glucagón.
Concretamente, la GLP-1 aumenta los niveles de insulina y disminuye los niveles de glucagón, lo que se traduce en una disminución de los niveles de azúcar en sangre. Además, retrasa el vaciado gástrico y genera sensación de saciedad.
Los medicamentos que consiguen emular a la GLP-1 se usan para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y como efecto secundario, en mayor o menor medida, quitan el hambre.
Independientemente de cuáles sean las indicaciones autorizadas, hay que tener en cuenta que el sistema público de salud solo financia estos tratamientos para pacientes con diabetes tipo 2 en determinadas condiciones.
Al comprobar que los pacientes diabéticos tipo 2 que utilizaban esos fármacos experimentaban una pérdida de apetito y como consecuencia de ello adelgazaban, algunos laboratorios han comenzado a investigar el potencial de estos medicamentos para tratamientos de pérdida de peso.
De todos los análogos de la GLP-1 comercializados, de momento solo la liraglutida y la semaglutida, bajo los nombres comerciales de Saxenda y Wegovy, han conseguido la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos para personas que quieran adelgazar.
Saxenda ya se comercializa. Wegovy aun no está disponible en España, pero se espera que llegue en los próximos meses tras la autorización de venta en toda la Unión Europea. Las indicaciones de uso autorizado de Wegovy son muy similares a las de Saxenda. .
La liraglutida se comercializa bajo dos marcas comerciales diferentes: una para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (Victoza) y otra para ayudar en el control de peso, Saxenda, inyecciones subcutáneas de administración diaria: cada caja contiene 3 o 5 plumas precargadas y cada pluma contiene medicación para seis días. Saxenda es un medicamento que requiere de receta médica y no está financiado por la sanidad pública.
La semaglutida, por el momento solo está disponible bajo la marca Ozempic para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2). Son inyecciones subcutáneas de administración semanal. En los ensayos clínicos realizados en pacientes diabéticos se ha observado que Ozempic reducía la ingesta calórica de 3 comidas consecutivas en un 18-35%, debido a la supresión de apetito, a una disminución en la ansiedad por comer y en una menor apetencia por alimentos ricos en grasas.
La popularización en redes sociales de estos medicamentos para perder peso ha provocado un aumento desorbitado de la demanda, lo que ha provocado un problema de desabastecimiento a nivel mundial, incluso para los pacientes con diabetes tipo. No solo Saxenda, el único comercializado y autorizado para pérdida de peso, sino también de las demás marcas a pesar de que sólo deberían utilizarse para el tratamiento de la diabetes tipo 2. En España sucede esto con Trulicity y Ozempic, además de Saxenda. De hecho, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS)ha recomendado priorizar el uso de estos tratamientos para las condiciones autorizadas, es decir, control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2.
Estos fármacos no se pueden utilizar de manera continuada y su uso debe estar supervisado por un médico. Deben utilizarse por un tiempo determinado, el que determine el especialista, y con unos objetivos marcados y muy claros. Además, debe combinarse con un cambio en el estilo de vida para que no se produzca el temido efecto rebote después del tratamiento. Por ello, es fundamental revisar la dieta, planificarla, hacer un menú diario equilibrado, en el prevalezcan las proteínas por encima de los hidratos de carbono (que se convierten en azúcar tras ser consumidos) y hacer deporte moderado, al menos 150 minutos semanales.
El "no" por respuesta