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Alimentación saludable
En el universo de los alimentos “inteligentes”, hay un puñado de nombres que se repiten con insistencia: el salmón, por su alto contenido en omega-3; las nueces, por sus grasas saludables; o los arándanos, ricos en antioxidantes. Sin embargo, la ciencia de la nutrición está constantemente descubriendo nuevas evidencias que ponen en el mapa ingredientes menos conocidos, pero igualmente prometedores.
Uno de estos alimentos ha comenzado a llamar la atención no sólo por su perfil nutricional, sino por su impacto directo en funciones cerebrales clave como la memoria, el aprendizaje y la concentración. Y no, no se trata de un superalimento de moda ni de un suplemento en cápsulas. Es un producto humilde, con siglos de historia en la alimentación de distintas culturas, y que ha permanecido hasta ahora discretamente en segundo plano, pese a su potencial.
El ñame es de apariencia alargada y textura densa es muy común en regiones de Asia y África, aunque también ha echado raíces en el archipiélago canario, donde forma parte de la cocina tradicional. Lejos de ser una mera fuente de carbohidratos, el ñame se está posicionando como un alimento funcional con múltiples beneficios, y uno de ellos es su capacidad para potenciar la memoria y proteger el sistema nervioso.
Uno de los grandes atractivos del ñame es su perfil nutricional equilibrado. Aunque contiene almidón, su índice glucémico es bajo, lo que significa que libera la glucosa de manera lenta y sostenida, evitando los picos de azúcar en sangre que pueden afectar al rendimiento cognitivo. Esta liberación progresiva de energía lo convierte en un buen aliado para mantener la mente despierta durante más tiempo.
Pero más allá de su efecto energético, el ñame es especialmente valioso por su aporte en vitamina B6, un micronutriente esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso. La vitamina B6 participa en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están implicados en el estado de ánimo, la concentración y la memoria.
Además, este tubérculo contiene flavonoides y polifenoles, dos tipos de compuestos antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres responsables del envejecimiento celular. En el caso del cerebro, esto se traduce en una mayor protección frente a enfermedades neurodegenerativas y en una mejora de las capacidades cognitivas.
Otro de los aspectos más prometedores del ñame tiene que ver con su posible impacto en la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse, formar nuevas conexiones y aprender. Se ha observado que ciertos compuestos bioactivos presentes en este alimento, como los esteroides vegetales, podrían desempeñar un papel en la regeneración neuronal y en el refuerzo de las sinapsis.
Esto lo convierte en una opción interesante no sólo para personas mayores que buscan mantener su agudeza mental, sino también para estudiantes y profesionales que desean optimizar su capacidad de aprendizaje y retención.
Aunque el foco está en sus beneficios para el cerebro, el ñame no se queda ahí. Su contenido en fibra dietética favorece el tránsito intestinal y proporciona una sensación de saciedad que ayuda a controlar el apetito. Esto lo convierte en un excelente complemento para dietas equilibradas y planes de control de peso.
En cuanto a su perfil mineral, es una fuente natural de calcio, fósforo y hierro. El primero ayuda a mantener unos huesos fuertes, el segundo interviene en múltiples procesos celulares, y el tercero es clave en la prevención de la anemia.
También destaca por su aporte en vitamina C y vitamina A, lo que refuerza el sistema inmunitario y previene enfermedades respiratorias, especialmente en épocas de frío o cambios estacionales.
Una de las grandes ventajas del ñame es su versatilidad en la cocina. Puede tomarse hervido, al horno, en forma de cremas o incluso como base para postres saludables. Su sabor suave y ligeramente dulce lo hace adaptable tanto a preparaciones saladas como dulces.
Eso sí, como ocurre con cualquier alimento, el consumo debe ser moderado. En cantidades excesivas puede provocar molestias digestivas como vómitos o diarrea. Por ello, lo ideal es consultar con un nutricionista o profesional de la salud cuál es la porción adecuada según las necesidades de cada persona.
En un momento en que la salud cognitiva es una preocupación creciente, especialmente ante el envejecimiento de la población, el ñame aparece como un ingrediente con un enorme potencial preventivo y funcional. No es de extrañar que esté atrayendo el interés de expertos en nutrición, salud pública e incluso de la industria alimentaria.
Quizás no tenga aún la fama de otros alimentos “cerebrales”, pero si hay un producto al que vale la pena prestar atención, ese es, sin duda, el ñame.
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