Investigación

Confirman la eficiacia clínica de la sedación paliativa al final de la vida

Un estudio europeo con participación española aporta evidencia "consistente y medible" del alivio del malestar en pacientes con cáncer avanzado

Cuidados paliativos pediátricos.
Cuidados paliativos Gonzalo PérezLa Razón

España ocupa el 28º lugar a nivel mundial y es el penúltimo entre los países avanzados en desarrollo y acceso a cuidados paliativos, según los últimos estudios disponibles. Un 73% de los españoles admite tener un conocimiento escaso o nulo sobre lo que es este area médica, casi la mitad de la población (48%) considera insuficiente la información disponible y un 30% asegura que la que hay no resulta accesible. Además, uno de cada cuatro personas en España señala la escasez de servicios como el principal obstáculo para recibirlos, según datos del Estudio sobre el Conocimiento y la Percepción de los Cuidados Paliativos en España, elaborado por la plataforma "Para Ti, Paliativos" y hecho públicos la semana pasada con motivo del Día Mundial.

Desde la plataforma, integrada por 55 entidades del ámbito sociosanitario, demandan que se normalice hablar de cuidados paliativos, así como reconocer su valor y situarlos como un derecho fundamental para que dejen de ser un privilegio y se conviertan en una realidad efectiva y universal.

Dentro de la categoría de cuidados paliativos se encuentra la sedación paliativa, que consiste en administrar fármacos para reducir la consciencia de un paciente al final de la vida tanto como sea preciso para aliviar el sufrimiento asociado a sus síntomas refractarios (es decir, los que no se pueden aliviar con ningún tratamiento). Esta práctica terapéutica se indica en entre el 20% y el 50% de los pacientes que fallecen en unidades de cuidados paliativos. Se considera un derecho del paciente y una buena práctica médica cuando se cumplen criterios éticos y clínicos, como la obtención del consentimiento del paciente siempre que sea posible.

Pese a la evidencia acumulada durante más de un siglo de práctica clínica, la comunidad científica sigue evaluando su eficacia para obtener datos robustos y medibles. A esta evidencia se suman ahora los resultados de una investigación europea multicéntrica, en la que ha participado la Clinica Universidad de Navarra, que han confirmado que la sedación paliativa logra una reducción significativa del malestar de los pacientes con enfermedad avanzada sin recurrir a niveles excesivos de sedación. Hasta ahora, la gran mayoría de los profesionales medían solo la profundidad de adormecimiento, pero en el nuevo trabajo se ha evaluado también si el paciente se siente agusto observando su expresión facial, su postura, su respiración y sus sonidos.

Los investigadores han analizado los casos de 80 pacientes adultos con cáncer avanzado atendidos por equipos de Cuidados Paliativos en hospitales de España, Italia, Bélgica, Alemania y Países Bajos. Entre las mediciones principales que se han realizado destacan el malestar del paciente y el nivel de sedación mediante escalas validadas estandarizadas.

"Hemos comprobado que la sedación reduce el malestar de manera consistente y medible consiguiendo el objetivo de que el paciente no perciba el sufrimiento", ha señalado la especialista del Servicio de Control de Síntomas y Medicina Paliativa de la Clínica, Rocío Rojí, según recoge Ep.

Además, se realizaron entrevistas semiestructuradas a profesionales y familiares y se desarrollaron grupos de discusión moral para analizar diferentes casos desde el punto de vista ético y explorar cómo los profesionales reflexionan y deciden ante estas situaciones.

Según la Clínica Universidad de Navarra, esta investigación ha generado ya una revisión europea del marco de buenas prácticas en sedación paliativa y una guía clínica para especialistas, profesionales sanitarios, enfermeras y psicólogos, además de varios artículos científicos sobre cómo se hace la sedación en Europa, qué fármacos se utilizan, qué síntomas son los que con más frecuencia encontramos como refractarios, aspectos éticos y comunicación en este contexto de tratamiento al final de la vida.