
Psiquiatría
Confirman el potencial curativo de los psicodélicos en algunos trastornos psiquiátricos
Una nueva revisión científica descubre que la psilocibina, en concreto, tiene un beneficio adiccional: su poder antiinflamatorio protege contra los daños cerebrales producidos por el estrés (cortisol)

La siguiente revolución en medicina la protagonizarán los psicodélicos. Más pronto que tarde, la psiquiatría, lenta para las innovaciones farmacológicas, en parte por la elevada complejidad del cerebro, será de precisión, y todo gracias a compuestos como la psilocibina, la dietilamida del ácido lisérgico (LSD) y el MDMA. Estas sustancias, cuyo potencial comenzó a investigarse en la década de los 60, se demonizaron una década más tarde por la visión cortoplacista de las autoridades sanitarias de las potencias occidentales, especialmente de Estados Unidos, que las incluyeron en las listas negras de sustancias adictivas, relegándolas así al ostracismo.
Gracias a numerosos grupos científicos independientes de distintas partes del mundo, estos compuestos están ahora a punto de protagonizar la revolución más importante en psiquiatría desde el descubrimiento de los antidepresivos. En la última década se acumula la evidencia que demuestra su eficacia curativa en el tratamiento de algunos de los trastornos psiquiátricos más prevalentes en el mundo y que causan elevadas tasas de sufrimiento. Nos referimos a la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
El cambio de paradigma vendrá porque estas sustancias se dirigen a tratar las causas subyacentes de estas enfermedades, y no solo los síntomas, como hacen los tratamientos convencionales, lo que podría permitir un alivio sostenido al afrontar e integrar los factores estresantes no resueltos. Así lo asegura una revisión científica del Instituto de Química Aplicada de Changchun (CIAC) de la Academia China de Ciencias, publicada esta semana en Psychedelics, que examina el potencial terapéutico de los psicodélicos para el tratamiento de trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés mediante nuevos mecanismos neurobiológicos.
Los autores enfatizan que el estrés crónico contribuye significativamente a las enfermedades psiquiátricas en todo el mundo, con una activación persistente del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) que provoca cambios estructurales en el cerebro. Los tratamientos tradicionales, como los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y la terapia cognitivo-conductual, si bien son útiles para algunos pacientes, dejan a muchos con síntomas residuales o efectos secundarios significativos. Esta brecha terapéutica es donde encaja la nueva psiquiatría de precisión.
Revierten los efectos del cortisol
En el artículo, el profesor Xiaohui Wang de la Academia China de Ciencias y sus colaboradores describen cómo los psicodélicos actúan principalmente a través de los receptores de serotonina 2A (5-HT2A), altamente expresados en las regiones cerebrales que controlan el estado de ánimo, las emociones y la cognición. Esta activación de receptores promueve la neuroplasticidad y la conectividad funcional, lo que podría contrarrestar el daño estructural causado por la exposición crónica al estrés. "Los psicodélicos ofrecen el potencial de contrarrestar los efectos dañinos de la exposición prolongada al estrés", escriben los autores, señalando que estas sustancias fomentan la neuroplasticidad, lo que podría permitir la recuperación de las regiones cerebrales afectadas por el cortisol, según recoge Ep.
En el caso de la depresión, los investigadores citan estudios en los que dosis únicas de psilocibina produjeron reducciones significativas de los síntomas durante semanas o meses en pacientes resistentes al tratamiento. Respecto al MDMA, la FDA rechazó recientemente la aprobación de la terapia asistida por MDMA como tratamiento para el TEPT pese a que el estudio más relevante realizado hasta la fecha (en colaboración con la propia agencia reguladora) mostro que aproximadamente el 67% de los pacientes con el trastorno dejaron de cumplir los criterios diagnósticos. En opinión de los científicos chinos, la causa fueron las limitaciones metodológicas, por lo que en su revisión subrayan "la necesidad de perfeccionar los diseños de los ensayos".
Beneficio terapéutico adicional
El análisis va más allá de los efectos serotoninérgicos para examinar las propiedades antiinflamatorias de los psicodélicos que podrían aportar un beneficio terapéutico adicional. La evidencia preliminar sugiere que la psilocibina disminuye las citocinas proinflamatorias, lo que podría ofrecer protección contra los cambios cerebrales relacionados con el estrés. Los autores proponen que la monitorización simultánea de marcadores inmunitarios y cortisol podría aclarar si estos mecanismos actúan sinérgicamente.
Respecto al MDMA, actúa como un compuesto liberador de monoamina (un tipo de neurotransmisor) que promueve la apertura emocional y reduce las respuestas de miedo. Los autores enfatizan que su señal terapéutica se deriva de una prosocialidad aguda y una mayor reconsolidación de la memoria durante las sesiones de psicoterapia, más que de la fenomenología psicodélica clásica. Es este estado farmacológico el que permite a los pacientes acceder a recuerdos traumáticos sin respuestas de miedo abrumadoras.
Para que sea viable su aprobación, los científicos aluden a la necesidad de formación especializada para terapeutas, ya que la terapia psicodélica difiere cualitativamente de los enfoques tradicionales de psicoterapia verbal.
Finalmente, respecto a la seguridad, los autores abogan por protocolos estandarizados, informes de seguridad mejorados para cuantificar los efectos adversos predecibles como náuseas, dolor de cabeza y cambios cardiovasculares y estrategias para gestionar lo que denominan "efectos de expectativa" que, a su juicio, dificultan la interpretación de la eficacia. Además, destacan que siguen siendo esenciales los estudios longitudinales que comparen la terapia asistida con psicodélicos con los tratamientos convencionales en distintos diagnósticos psiquiátricos.
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