Salud

Confirman que un popular edulcorante para adelgazar puede 'engordar' al estimular el apetito

Este endulzante sin calorías puede hacernos más hambrientos, más propensos a comer en exceso y así aumentar el peso, según un nuevo estudio de Nature

La sacarina es un edulcorante artificial
Edulcorante en el café.Freepik

Algunos edulcorantes sin calorías ampliamente disponibles en el mercado son la sucralosa, el aspartamo y la sacarina. Todos ellos se obtienen mediante un proceso químico a partir de la sacarosa o, lo que es lo mismo, el azúcar de mesa. Sin embargo, y aunque a menudo se utilizan para reducir calorías, pueden tener efectos sobre la salud. Con tantos alimentos y bebidas comercializados para personas que intentan adelgazar y perder peso, los científicos se preguntan hasta qué punto son eficaces para saciar el apetito.

La sucralosa en concreto es mucho más dulce que el azúcar. Según la investigación existente, este edulcorante artificial tiene una potencia de dulzor aproximadamente entre 385 y 650 veces superior a la sacarosa en peso. Eso permite usar menos cantidad para obtener la misma dulzura que con el azúcar. Y, como no es un carbohidrato, el cuerpo no los reconoce como tal, por lo que este popular edulcorante no produce un cambio en los niveles de insulina o glucosa en el organismo y se suele recomendar a personas con diabetes. Además, la sucralosa es estable a altas temperaturas y soluble en agua, lo que la hace útil para elaborar bebidas o productos horneados.

No obstante, un nuevo estudio señala que la sucralosa, aunque tenga forma de edulcorante sin calorías, puede "engordar" o aumentar el peso porque afecta a las señales cerebrales relacionadas con el hambre. Para demostrarlo, los investigadores del Instituto de Investigación de la Diabetes y la Obesidad de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, realizaron un estudio mediante resonancia magnética. Eso determinó el flujo sanguíneo cerebral en el hipotálamo tras consumir sucralosa, sacarosa o agua. Un factor importante, ya que un aumento del flujo sanguíneo hipotalámico sugiere un incremento de las señales de hambre en el cerebro.

Un dato a tener en cuenta es que los investigadores compararon los efectos de la sucralosa con los del agua y la sacarosa (azúcar) en personas adultas jóvenes sanas. Para ello, examinaron cómo afecta la sucralosa a las personas con un grupo de 75 sujetos de entre 18 y 35 años de tres categorías de peso diferentes: sanos, con sobrepeso y obesos. Cada participante asistió a tres sesiones en las que bebieron una bebida endulzada con sucralosa, una bebida endulzada con sacarosa o agua. Luego, los investigadores utilizaron las resonancias para medir el flujo sanguíneo cerebral en el hipotálamo.

El hipotálamo desempeña muchas funciones, como regular la temperatura corporal y la liberación de hormonas, así como el hambre. Antes de consumir la bebida, los participantes se sometieron a una resonancia magnética de referencia e indicaron su grado de hambre. Tras terminar la bebida, los investigadores recogieron más datos a los 10, 35 y 120 minutos. Una vez concluidas todas las sesiones, los investigadores compararon las resonancias magnéticas y los informes de los participantes para determinar cómo afecta la sucralosa a la señalización cerebral.

Los resultados sugieren que la sucralosa puede afectar al cerebro de una manera que podría promover el comer en exceso. De hecho, indican que la sucralosa puede desencadenar fuertes señales de hambre, aumentando potencialmente el apetito y llevando a comer en exceso en comparación con la sacarosa y el agua. Así aparece en el estudio publicado en la revista científica Nature Metabolism.

Cómo puede estimular el hambre la sucralosa

Los investigadores descubrieron que, en general, la sucralosa no sólo aumentaba el flujo sanguíneo en el hipotálamo en comparación con el agua, sino también con la sacarosa. Esto indica una mayor respuesta cerebral relacionada con el hambre, que podría estimular el apetito en lugar de suprimirlo.

Si bien éste fue el resultado para el grupo en su conjunto, al desglosar las respuestas según el grupo de peso y el sexo, los resultados varían un poco:

  • Las personas con un peso saludable mostraron un mayor aumento de la actividad hipotalámica tras el consumo de sucralosa que tras el de sacarosa.
  • Las personas con sobrepeso no mostraron diferencias significativas en el flujo sanguíneo hipotalámico en respuesta a ninguna bebida.
  • En el caso de las personas con obesidad, la actividad cerebral relacionada con el hambre aumentó tras el consumo de sucralosa en comparación con el agua, pero no en comparación con el azúcar común.
  • Aunque el consumo de sucralosa no pareció afectar significativamente a las respuestas del hambre en personas con sobrepeso, los resultados sugieren que aún puede afectar significativamente a un gran porcentaje de personas en general.

Si se tiene en cuenta el sexo, las mujeres mostraron una respuesta más fuerte a la sucralosa que a la sacarosa y el agua. Los investigadores creen que esto apoya la noción de que las mujeres pueden tener una respuesta cerebral más fuerte a las señales alimentarias.

Los investigadores también señalaron que su análisis de conectividad funcional mostró que, en comparación con el azúcar de mesa, la sucralosa "aumentaba significativamente el acoplamiento entre el hipotálamo y el córtex cingulado anterior". Esto es significativo porque esta zona del cerebro influye en el procesamiento de la recompensa y podría intensificar las ansias de comer.

Las bebidas azucaradas con sucralosa dan más hambre

Al principio del experimento, los participantes declararon niveles de hambre similares en todas las sesiones de bebida: su hambre inicial era prácticamente la misma, independientemente de la bebida que fueran a consumir. Sin embargo, el tipo de bebida que tomaban los participantes afectaba a cómo calificaban su hambre después. Los participantes sintieron más hambre después de consumir sucralosa frente a azúcar. Los investigadores creen que la sucralosa no desencadena las hormonas que indican al cuerpo que está saciado.

Aunque los investigadores señalan que este campo necesita más investigación, los resultados sugieren que el edulcorante no calórico sucralosa puede afectar inadvertidamente al cerebro y desencadenar la respuesta de hambre. Teniendo en cuenta que muchas personas utilizan este edulcorante para evitar las calorías y perder peso, es importante tener esto en cuenta a la hora de elegir alimentos y bebidas, ya que la sucralosa puede provocar hambre y aumentar la ingesta de alimentos.