Investigación
Descubren un nuevo beneficio del uso terapeútico de drogas psicodélicas
Un estudio en ratones muestra su utilidad abriendo "periodos críticos" de desarrollo cerebral, aquellos que permiten, por ejemplo, reaprender habilidades motoras tras un ictus
LSD y psilocibina (sustancia que se obtiene de hongos alucinógenos) para tratar el trastorno depresivo mayor, ketamina para eliminar las migrañas o MDMA como adyuvante en sesiones de psicoterapia para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático (TPEP). Estas son algunas de las drogas psicodélicas que han "saltado" de las raves y los retiros alternativos a los centros de investigación más reputados del mundo. La psiquiatría, esa ciencia que parecía inamovible y donde los medicamentos más efectivos tienen más de 30 años, se está preparando para vivir una auténtica revolución con el desembarco de la medicina psicodélica.De hecho, se espera que, en menos de un año, la psilocibina este aprobada para su uso terapéutico en Europa.
Pero estas sustancias parecen esconder muchos más beneficios de los que están aflorando a la superficie. Lo que ahora sabe la comunidad científica sobre ellas parece ser sólo la punta del iceberg de su tremendo potencial.
El último descubrimiento ha sido su capacidad para abrir "periodos críticos" en el cerebro, es decir, los espacios de tiempo en los que este órgano es más receptivo a interiorizar las señales del entorno, como cuando aprendemos un idioma, reaprendemos habilidades motoras tras un ictus o un ojo corrige la visión perdida del otro. Un equipo de neurocientíficos de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) acaba de demostrar que las distintas drogas psicodélicas tiene la capacidad de abrir estos "vórtices", aunque difieren en la duración del periodo crítico abierto: de dos días a cuatro semanas con una sola dosis.
"Hay una ventana de tiempo en la que el cerebro de los mamíferos es mucho más susceptible y abierto al aprendizaje del entorno -afirma Gül Dölen, Doctor en Medicina y Profesor Asociado de Neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins-. Esta ventana se cerrará en algún momento, y entonces, el cerebro se vuelve mucho menos abierto a nuevos aprendizajes", añade, según recoge Europa Press.
Los hallazgos de este estudio en ratones, publicados en la revista Nature, ofrecen una nueva explicación del funcionamiento de las drogas psicodélicas, dicen los científicos, y sugieren un potencial para tratar una serie más amplia de afecciones, como el ictus y la sordera.
Al igual que investigaciones anteriores han descrito algunos de los mecanismos moleculares afectados por los psicodélicos, como que el LSD y la psilocina se unen a un receptor específico en el cerebro - provocando un efecto antidepresivo- o que es posible disociar este efecto, y otros como los promotores de la plasticidad, de sus efectos alucinógenos, el equipo de Dölen ha estado investigando cómo las drogas psicodélicas funcionan reabriendo estos períodos críticos.
En 2019, su equipo descubrió que el MDMA (o polvo de ángel), una droga psicodélica que despierta sentimientos de amor y sociabilidad, abría un "periodo crítico" en ratones. Al principio, lo achacaron a sus propiedades pro-sociales, pero luego descubrieron que no era algo exclusivo del MDMA, sino que el resto de sustancias psicodélicas (como la psilocibina, la ketamina o el LSD) también podían hacerlo. La capacidad de estas drogas para cambiar las percepciones normales de la existencia y permitir una sensación de descubrimiento de uno mismo, o del mundo, son conocidas desde hace siglos.
Convalecencia post-tratamiento
El equipo de investigación llevó a cabo una prueba de comportamiento bien establecida para comprender la facilidad con la que los ratones machos adultos aprenden de su entorno social. Entrenaron a los ratones para que desarrollaran una asociación entre un entorno vinculado a la interacción social, y otro vinculado a estar solos.
Los resultados muestran que, en el caso de los ratones a los que se administró ketamina, el período crítico de aprendizaje de la recompensa social permaneció abierto durante 48 horas. Con la psilocibina, duró dos semanas. En los que consumieron MDMA, LSD e ibogaína- alcaloide con efectos alucinógenos- dos, tres y cuatro semanas, respectivamente. Los investigadores afirman que la duración del periodo crítico en los ratones parece ser similar a la duración media de los efectos agudos de cada droga psicodélica.
Por ello, Dölen explica que esta "ventana" de tiempo puede ser una oportunidad para que el sujeto sometido a tratamiento integre lo que ha aprendido o interiorizado. "Con demasiada frecuencia, después de someterse a un procedimiento o tratamiento, las personas vuelven a sus caóticas y ajetreadas vidas que pueden resultar abrumadoras. Por ello, es posible que los clínicos quieran considerar el período de tiempo posterior a una dosis de droga psicodélica como un tiempo para sanar y aprender, de forma muy parecida a como lo hacemos para una operación a corazón abierto", recomienda.
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