Cuidado de la piel

Diferencias entre piel seca y piel deshidratada: cuidados y síntomas

A menudo hablamos de manera indistinta para referirnos a las tiranteces, picores y descamación de nuestra piel

Luce una piel espectacular esta Navidad
Luce una piel espectacular esta NavidadCristina Galmiche

Cuando se trata de nuestra piel, los factores genéticos y ambientales juegan un papel crucial en su salud y apariencia. Según datos consultados por LA RAZÓN, estas son las diferencias y tratamientos para estos tipos de pieles

¿Qué es la piel seca?

La piel seca es aquella que carece del aceite suficiente o los lípidos naturales necesarios para mantenerse nutrida.

Esto se traduce en una sensación de tirantez, descamación cutánea e incluso picor en casos extremos. Las áreas como los codos y las rodillas suelen ser las más afectadas.

¿Qué es la piel deshidratada?

Por otro lado, la piel deshidratada es una condición temporal en la que la piel carece momentáneamente del agua necesaria para lucir saludable.

Puede manifestarse con falta de elasticidad, líneas finas y arrugas transitorias, especialmente alrededor de los ojos y la boca. Además, la piel deshidratada puede parecer opaca y sin brillo.

Síntomas y manifestaciones

Piel seca

  • Sensación de tirantez y aspereza.
  • Descamación visible.
  • Grietas, especialmente en codos y rodillas.

Piel Deshidratada

  • Falta de elasticidad.
  • Líneas finas y arrugas transitorias, especialmente alrededor de los ojos y la boca.
  • Opacidad y falta de brillo.

Cuidados específicos

Piel seca

  • Hidratación intensa con productos que contengan ingredientes emolientes y humectantes como aceites naturales, mantecas y ácido hialurónico.
  • Evitar productos que puedan resecar más la piel, como limpiadores agresivos o productos con alcohol.
  • Ingredientes recomendados: ceramidas, manteca de karité, y agua termal para restaurar la barrera cutánea.

Piel Deshidratada

  • Restaurar el equilibrio de agua en la piel con productos que contengan ácido hialurónico, glicerina y ceramidas.
  • Beber suficiente agua y evitar la sobreexposición al sol u otros factores deshidratantes.
  • Productos enriquecidos con ácido hialurónico y agua termal rica en minerales y oligoelementos para restaurar el equilibrio natural de la piel.

Para ambos tipos de piel, es esencial buscar productos específicos y seguir una rutina adecuada de cuidado que se adapte a las necesidades individuales. Siempre es recomendable consultar con un dermatólogo o un especialista en la farmacia para obtener un diagnóstico y tratamiento precisos.