Dormir desnudo o en pijama: ¿cuál tiene más beneficios?

Al igual que otros debates cotidianos, la elección entre dormir desnudo o con pijama divide a la sociedad. Más allá de la preferencia personal, esta cuestión también se aborda desde una perspectiva científica, con argumentos a favor y en contra.

Desde el punto de vista positivo, dormir desnudo puede favorecer la regulación de la temperatura corporal, facilitada por la acción de la melatonina, la "hormona del sueño". Vestir pijama podría limitar este descenso de temperatura, creando un entorno más cálido que dificulte conciliar el sueño, especialmente para aquellos que comparten la cama con su pareja. Se ha comprobado que el contacto piel con piel durante el sueño estimula la liberación de oxitocina, una hormona que mejora las relaciones sentimentales y sexuales.

A nivel de la salud íntima, dormir sin ropa interior puede reducir el riesgo de infecciones vaginales por hongos. La ropa interior ajustada, especialmente, puede propiciar candidiasis vaginal. Al dormir sin contacto directo de tela, se mejora la transpiración de la zona, disminuyendo las condiciones propicias para este tipo de infección.

Aunque la candidiasis no es un problema que afecte a las personas con pene, dormir sin ropa interior también presenta beneficios para ellos. Los espermatozoides prosperan mejor en entornos más frescos, y el uso de ropa durante el sueño crea un ambiente cálido menos propicio para su reproducción.

Sin embargo, es crucial tener en cuenta algunos aspectos. Dormir desnudo podría aumentar la sensibilidad al frío durante la noche, ya que el cuerpo tiende a sudar o enfriarse más fácilmente, especialmente durante la fase REM del sueño. Contrario a la creencia popular, dormir desnudo no refuerza el sistema inmunológico y, de hecho, si la temperatura corporal baja en exceso, puede hacer al cuerpo más vulnerable a los virus.

Si se elige dormir sin ropa, es importante asegurarse de que las sábanas y los productos utilizados para cubrir el colchón sean de materiales ecológicos y naturales, como algodón, lino o seda, evitando fibras sintéticas que son perjudiciales para el medio ambiente y pueden propiciar la sudoración.