Día de la Mujer y Niña en la Ciencia

Elia Seguí: «Las mujeres caemos en el síndrome de la impostora al pensar que no somos válidas»

Elia Seguí es oncóloga del Hospital Clinic de Barcelona e investigadora del Idibaps

Elia Seguí, investigadora para la contra de a tu salud, en Barcelona, 8 de febrero de 2024
Elia Seguí, investigadora para la contra de a tu salud, en Barcelona, 8 de febrero de 2024Joan Mateu Parra / ShootingJoan Mateu Parra / Shooting

Elia Seguí rebosa entusiasmo por su trabajo. Oncóloga en el Hospital Clinic de Barcelona, se levanta cada día con el compromiso de ayudar a pacientes de cáncer gracias a los avances que estudia en el laboratorio del Grupo de investigación de genómica traslacional y terapias dirigidas en tumores sólidos del August Pi i Sunyer Biomedical Research Institute (Idibaps), una labor apasionante que sigue siendo más invisible que la de los varones, tal y como demuestra la necesidad de seguir celebrando cada 11 de febrero el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

¿Siempre soñó con ser científica?

Desde que tengo uso de razón quise ser médica. No recuerdo no haber querido serlo porque tengo el referente de mi padre. Sin embargo, el gusanillo de la investigación traslacional lo descubrí al final de mis estudios de la mano del doctor Aleix Prat. Me quedé alucinada con la posibilidad de impactar en la salud de los pacientes gracias a las herramientas actuales.

¿Tuvo algún referente que le inspiró o falta visibilidad femenina?

En mi vida he tenido grandes mujeres referentes, pero ninguna de ellas era científica o investigadora. Y ahora en la práctica me enorgullece estar rodeada de gran talento femenino tanto en el hospital como en el laboratorio, líderes en sus ámbitos de investigación, lo que refleja que falta mucha visibilidad de puertas para fuera.

¿Qué hitos ha conseguido en Oncología?

Por ejemplo, estamos identificando nuevos biomarcadores de respuesta y de resistencia al tratamiento con inmunoterapia en pacientes con tumores sólidos

¿Qué meta aspira alcanzar?

Soñar con una curación del cáncer suena fantástico y cada vez se logra con más tumores. Mientras tanto, nuestro reto diario es que los pacientes ganen vida con mayor calidad de ella. Creo que se podrá lograr en algunas pacientes; desde el laboratorio ya somos mas capaces de seleccionar cuál es el tratamiento ideal para cada persona basándonos en biomarcadores más eficaces.

¿Qué es lo mejor y lo peor de ser mujer y científica en nuestro país?

Lo mejor es que cada vez somos más mujeres dentro de la investigación y todas trabajamos al unísono, dando prioridad a los objetivos colectivos y no la individualidad. Eso es muy bonito. Sin embargo, a pesar de ese gran número, ellas apenas ocupan cargos de jefatura en esos grupos de investigación. Faltan muchos referentes femeninos en puestos de liderazgo científico.

¿Qué haría para cambiar eso?

Por un lado aumentar la visibilización de esta profesión, desde las escuelas, pero también en películas, series, dibujos... Y, por supuesto, aumentar la inversión pública para que sea una opción de futuro atractiva para los jóvenes. Eso permitiría también hacer medidas eficaces de igualdad y conciliación, que es una tarea pendiente en España. En nuestro país hay muy buena materia prima. Las entidades privadas se están poniendo las pilas para ofrecer trabajos de investigación con buenas condiciones laborales, pero falta apoyo público para generalizar esa situación.

¿Sigue siendo necesario que se apoye más a la mujer en la ciencia?

Sí, porque necesitamos un futuro más igualitario en el que realmente por ser mujer no tengas menos opciones, por ejemplo, de ser líder de un grupo de investigación. No sé si existe una visión femenina que aporte valor añadido a la ciencia, pero el potencial es enorme y se deja escapar.

¿Un mensaje para esas niñas y jóvenes que serán futuras científicas?

Que no se menos valoren. Tendemos a caer en el síndrome de la impostora pensando que no somos válidas para estar aquí. Es el mensaje que le daría a la Elia del pasado.