Salud

Esto es lo que le pasa al cerebro antes y después de sufrir un ictus

El 60% de los supervivientes sufrirán depresión en un plazo de 18 años, una estimación muy superior a la de estudios anteriores. ¿Podría ser también un síntoma?

Ictus
IctusSTOCKDEVIL/ ICTUSSTOCKDEVIL/ ICTUS

La depresión postictus es el trastorno cerebral más común después de sufrir este accidente cerebrovascular. De hecho, es el mayor obstáculo en esa carrera de fondo que es la recuperación y rehabilitación de los pacientes. Incluso puede aumentar su mortalidad hasta diez veces.

Siempre se ha asociado ha asociado esta alteración psicológica como una secuela del ictus, pero una investigación publicada en la revista científica Neurology en 2023 reveló que, en algunas personas, los síntomas de depresión aparecieron antes del accidente y empeoraron después. Un descubrimiento que podría ser «clínicamente significativo» en el futuro.

«Lo que tenemos claro es que, hoy por hoy, la depresión es uno de los problemas más acuciantes en las personas que han sufrido un ictus y es tan común que se denomina depresión postinfarto», afirma Lu Liu, doctoranda con formación clínica en el King's College de Londres.

También es autora de un nuevo artículo publicado ayer, que afirma que el 60% de los supervivientes de ictus sufrirán depresión en un plazo de 18 años, una estimación muy superior a la de estudios anteriores. De hecho, la cifra contrasta con el 22% de la población general que sufre depresión en el mismo periodo de tiempo.

«Es necesario hacer más por los supervivientes de ictus deprimidos», incide Liu. Su estudio, que se puede leer en la revista The Lancet Regional Health - Europe, también revela que el 90% de los casos de depresión se producen en los cinco años siguientes a la supervivencia al ictus, lo que indica que es un momento clave para la intervención sanitaria.

Los resultados, financiados por el National Institute for Health and Care Research de Reino Unido, analizan la incidencia de depresión leve y grave en el South London Stroke Register, una base de datos de 6.600 supervivientes de ictus en los distritos de Lambeth y North Southwark. El 55,4% de la población eran hombres, con una edad media de 68 años. El 62,5% eran de raza blanca y el 29,7% de raza negra.

Aunque la depresión tras un ictus es frecuente y se asocia a una capacidad funcional deficiente y a una mayor mortalidad, el estudio descubrió que la depresión grave solía aparecer antes tras el ictus, tenía una duración más larga y reaparecía con más rapidez que la depresión leve.

En palabras del profesor Yanzhong Wang, catedrático de Estadística en Salud de la Población del King's College de Londres: «La depresión es frecuente en los supervivientes de un ictus, pero nuestra investigación demuestra que persiste durante mucho más tiempo de lo que se pensaba».

El problema es que «sabemos que la depresión puede limitar la movilidad de un superviviente de ictus, incluso en cosas tan sencillas como caminar o sujetar objetos, y también puede aumentar el riesgo de muerte. Con el envejecimiento de la población del Reino Unido y el aumento de la proporción de adultos mayores, es esencial que planifiquemos el aumento de la demanda de asistencia sanitaria para hacer frente al previsible aumento de casos de ictus». En España, el panorama es similar.

«La calidad de vida es importante para los supervivientes de un ictus, ya que hay pruebas de que los supervivientes deprimidos tienen una tasa de supervivencia reducida», subraya Liu. «Esto puede deberse a muchas razones, como las alteraciones en la vida social del superviviente, la reducción de la capacidad física y los trastornos inflamatorios observados en los pacientes deprimidos». Por todo ello, «Debería prestarse más atención clínica a los pacientes con depresión de más de un año debido a los elevados riesgos de sufrir una depresión persistente».