Opinión

Fatiga por compasión

No había escuchado esta excelente expresión. El significado, resumiendo, es: secuelas emocionales que padecen las personas que por trabajo o vocación ayudan a los que sufren

Labores de cuidados enfermeros
Labores de cuidados enfermerosJesús Gómez FeriaJesus G. Feria

No había escuchado esta excelente expresión, a pesar de haber trabajado nueve años en un hospital y veinticinco con personas vulnerables haciendo teatro. El significado, resumiendo, es: secuelas emocionales que padecen las personas que por trabajo o vocación ayudan a los que sufren.

Los más afectados son aquellos que están en primera línea: personal sanitario, bomberos, psicólogos, trabajadores sociales… Aquellos y aquellas que por su carácter compasivo per se han elegido profesiones que ayudan con su cuidado a sostener el mundo.

Son personas especialmente sensibles al sufrimiento ajeno y, que, por eso mismo o inversamente, suelen padecer de sufrimiento propio. Difícilmente un bruto querrá dedicarse a cuidar. Raro será ver a un psicópata en labores de servicio. La compasión, cuyo significado etimológico es «sentir con» es una virtud fundamental en el ser humano por la que, sin duda, avanzamos.

Ahora se la llama empatía. Las personas empáticas son esas que miran atentamente alrededor, ven lo que sucede y cuando es necesario ayudar lo hacen sin demora. Son las que más riesgo tienen de sufrir esta fatiga. Por compasión, porque por mucho que el corazón se blinde, la acumulación de penas nos atrapa.

¿Y qué ocurre entonces? Que se desborda el vaso de tu devoción y empiezas estar mal, a sentir tristeza, cansancio, irritabilidad, dolor físico… En una palabra, que te enfermas sin saber por qué. Que dejas de ser amable con tus congéneres, que necesitas que te cuiden a ti y no te das cuenta.

Recuerdo ahora cuántas enfermeras sufrían este síndrome cuando yo trabajaba en el hospital. Eran mujeres maravillosas que se habían vuelto ásperas, criticonas, exigentes. Dedicaban todo su tiempo a cuidar de los otros sin la consideración que merecían.

¡Y cuántos sanitarios habrá ahora tras la pandemia! A todos estos seres, nuestros ángeles, hay que pagarles más que a nadie, en tiempo, en dinero, en admiración. Porque su síndrome viene de nuestro menosprecio.