Paciente

Jesús, paciente con cáncer de mama: «Mis amigos se ríen cuando les digo que mi médico es mi ginecóloga»

Ni remotamente pensó que era cáncer y mucho menos de mama siendo hombre. "No sabía que los varones pudiéramos tener este tumor", reconoce

A Jesús le extirparon el pecho y los ganglios del brazo izquierdo
A Jesús le extirparon el pecho y los ganglios del brazo izquierdoJESÚS G. FERIALA RAZÓN

En el verano de 2022, mientras se estaba depilando el pecho para ir a la piscina, Jesús Paramio, que por aquel entonces tenía 53 años, se notó un pequeño bulto en la areola del pezón izquierdo. Pensó que era un bulto de grasa y que cuando volviera de vacaciones iría a ver a su dermatóloga. «Ni remotamente pensé que pudiera ser cáncer y mucho menos de mama. Pensaba que los hombres no podíamos tener cáncer de mama», reconoce.

Como le dio cita para noviembre, decidió, «no sé por qué», ir al médico de cabecera. Jesús recuerda que le mandó una ecografía para quedarse tranquilo. El ecografista, a su vez, «me dijo que era una inflamación, que no me preocupase y que volviera en un año a revisión, así que me quedé tranquilo».

Pasaron los meses y fue a su cita con la dermatóloga que le comentó que era «mejor que me hiciera una biopsia porque la zona estaba más oscura y el pezón retraído». Un cirujano y un ginecólogo experto en mama le vieron. Le mandaron una biopsia de urgencia y no había duda. Tenía un carcinoma ductal infiltrante grado 2.

Jesús, miembro de la Asociación de Cáncer de Mama Masculino (INVI), recibió la noticia por teléfono: «Estaba en casa teletrabajando y lo primero que pensé es que me iba a morir. Después decidí que no se lo iba a contar a mi familia, que para mí era lo más duro, hasta que no supiera cuál era el proceso. Estuve seis días sin contárselo».

Así que tras su cita con su ginecólogo, que era también cirujano, una vez que ya tenía toda la información, se lo dijo a su mujer y a sus hijos, que ahora tienen 29 y 26 años. «No daban crédito tampoco, es un shock muy grande».

Su hija que nunca había pasado por cribado de cáncer de mama, dada su edad, se lo dijo a su médico y empezó a acudir a revisiones periódicas y su hijo también. Aunque a priori no se trataría de un cáncer genético, ya que Jesús Paramio tiene una prima que tuvo cáncer de mama, pero se hizo todos los estudios genéticos posibles «por prevención, por mis hijos sobre todo» y le salieron todos negativos.

No es fácil asumir que los hombres tienen que acudir al ginecólogo, pero su hijo lo ha asumido y Jesús también y tira de humor. «Mi médico es mi ginecólogo, cada vez que lo digo se ríen mis amigos».

Es importante, como con cualquier enfermedad, cómo se afronta. Jesús lo hace con ánimo. Y eso que no ha sido nada fácil.

Tras el diagnóstico, pasó por quirófano, y en esa misma intervención le extirparon el pecho y los ganglios del brazo izquierdo. Después estuvo con «quimioterapia seis meses, todas ellas, la fuerte cada tres semanas y luego la quimio semanal. También estuve 20 días consecutivos con radioterapia y ahora estoy con tamoxifeno», un medicamento antiestrógeno que tiene que seguir tomando durante 8-10 años, así como acudir a revisión cada seis meses.

"Sufro sofocos, hormigueo en los pies y no tengo libido directamente"

Jesús Paramio, paciente con cáncer de mama

«No tengo muchos efectos secundarios», afirma. Aunque tiene, pero es que desde el principio Jesús ha sido muy positivo. «Tengo sofocos, hormigueo en los pies y no tengo libido directamente. No es que necesite viagra ni nada de eso, es que no tengo ganas. También me sale menos pelo».

«Lo llevo lo mejor que puedo. Intento siempre ser positivo. Alguien me recomendó una vez que el 70% recuperación estaba en mi cabeza y así me lo tomé. Si estoy cansado me siento, que tengo calores, me abanico».

"Soy positivo. Si estoy cansado me siento, que tengo calores, me abanico"

Jesús Paramio, paciente con cáncer de mama

Su familia lo apoya. «Tengo comprensión total por parte de mi mujer». Un apoyo que en todos los pacientes es vital y máxime en ellos, quienes no siempre tienen el respaldo ni el apoyo de las asociaciones por el simple hecho de ser hombres y el cáncer de mama ser una enfermedad mayoritariamente de mujeres.

Aunque la situación está cambiando. Pero no lo suficientemente aún. «He luchado mucho y gracias al Asociación INVI estamos haciendo fuerza para intentar visibilizar más el problema. Desde que conocí mi caso he intentado que grandes asociaciones de pacientes nos incluyan en campañas a nivel de sensibilización para que no se piense que solo es de mujeres. Pero no lo hemos conseguido aún. Entiendo que es una enfermedad mayoritariamente de mujeres, pero no es exclusiva, también se da en hombres», incide.

En cuanto a la libido también pidió ayuda a un psicólogo de una de las grandes asociaciones (no INVI) y «su solución fue enviarme a un taller de suelo pélvico (que los hombres también tienen) pero enfocado en mujeres por si me servía de algo. Se me cayó el alma a los pies...».

Pero no solo hay poca visibilización, algo muy grave, ya que para «muchos hombres cuando se lo diagnostican es ya demasiado tarde y a muchos les da vergüenza decir que lo tienen», es su nula presencia en ensayos. «No se nos incluye. La medicina que tomo, el tamoxifeno, se desarrolló al 100% para la mujer. No hay un estudio que esté probado en hombres...».