Entrevista

Mariana Bastos-Oreiro: «Hay que optimizar los procesos en CAR-T para llegar a más pacientes»

«Esta terapia fue superior al trasplante autólogo, por eso se adelantó su uso a la segunda línea de tratamiento en linfoma, donde cura a más de la mitad de los tratados», asegura la coordinadora de la Unidad de Terapias Avanzadas del Servicio de Hematología del Hospital Gregorio Marañón y también coordinadora del Subcomité de Linfomas Agresivos de Geltamo

Mariana Bastos-Oreiro
Mariana Bastos-OreiroCARLOS DE LA OSALA RAZÓN

Es toda una autoridad en el uso de la terapia CAR-T en linfoma y, como tal, participó en el «V Encuentro Terapias Avanzadas. 5 años de CAR-T en España», organizado por Gilead y celebrado en el Congreso de los Diputados en el marco del mes de la Concienciación de los Cánceres de la Sangre.

En los últimos 5 años ha habido notables avances en el tratamiento del linfoma, como el caso de la terapia CAR-T. ¿Qué resultados se han conseguido con ellas en esta enfermedad?

Los CAR-T entraron en España en el 2019 en tercera línea de tratamiento del linfoma más común que hay, que es el linfoma difuso. En ese momento, fallecían todos los pacientes. El dato que tenemos objetivo es que con seguimiento de cinco años, el 40% de los pacientes que recibieron el CAR-T están vivos, que es un dato espectacular para lo que teníamos antes. Y como este beneficio se vio tan marcado en la tercera línea, lo que pasa siempre con las terapias efectivas es que se intentan adelantar a líneas anteriores, y en este caso el CAR-T se enfrentó a la mejor opción que teníamos en segunda línea, que era el trasplante de médula ósea, y demostró en un estudio ser superior no solo en la tasa de respuesta, sino incluso en supervivencia global, en lo que viven los pacientes analizando las muertes por cualquier causa. Siempre evaluamos cuán eficaz es un tratamiento y cuán tóxico es, porque a veces las toxicidades son importantes y pueden generar el fallecimiento del paciente. Y, contemplando la mortalidad por todos los tipos de causa, el CAR-T fue superior al trasplante autólogo, por eso se ha adelantado a la primera recaída, o sea, a la segunda línea de tratamiento. Y ahí cura a más de la mitad de los pacientes.

¿Cuál es la situación en España con respecto a Europa en la aplicación de estos nuevos tratamientos? Porque fue pionera...

España fue pionera es cierto, pero en Europa la situación es muy diferente dependiendo del país que miremos. Francia y Reino Unido, tienen acceso garantizado al CAR-T, pero, por ejemplo, Portugal tiene unas limitaciones importantes con muy pocos pacientes infundidos; o sea que no hay una unanimidad en Europa a la hora del acceso a estas terapias. Realmente tengo que reforzar que en España somos afortunados por el tener acceso a todas las indicaciones en linfoma, que es algo que la mayoría de los países del mundo no puede decir, y eso es algo muy importante. No solo en linfoma difuso de células grandes, que es del que hablaba antes, sino también en linfoma de células del manto, donde el CAR-T ha sido completamente revolucionario dando probabilidades de supervivencia que no se han visto hasta ahora con ningún tipo de tratamiento, o en el linfoma folicular, que son pacientes que no tienen ninguna otra opción y el CAR-T les da un tiempo de supervivencia realmente muy prolongado comparado con otras terapias.

El linfoma, además, es el referente de los tratamientos con terapia CAR-T al ser de los primeros tipos de cáncer en que se ha utilizado y con el que más se está evolucionando y aplicando en más variedades, ¿verdad?

Sí, sin duda el linfoma fue la primera terapia, junto con la leucemia linfoblástica, donde se aprobaron este tipo de terapias. Probablemente porque aquí se ha encontrado lo que nosotros llamamos una diana óptima que consiga ser eficaz sin actuar en sitios donde no tiene que hacerlo: el CAR-T, el linfocito transformado, se tiene que pegar a una proteína y en el linfoma y en la leucemia linfoblástica ha sido la proteína C 19. A veces, en otras enfermedades como la leucemia mieloide no es tan fácil. Y, por ejemplo, en los cánceres sólidos que esa célula penetre en un tejido (los nuestros son cánceres líquidos, de la sangre), no es tan fácil y se necesitan otras estrategias que ayuden a romper de alguna forma las células de alrededor (que nosotros llamamos microambiente), etcétera. Por eso cuesta todavía. Llegará, sin duda, pero cuesta más encontrar la diana y encontrar que la célula llegue a actuar donde tiene que actuar.

"Hoy se estima que la pérdida de pacientes por demoras en el acceso está por debajo del 15%"

¿Qué porcentaje de pacientes podría beneficiarse de esta innovadora terapia?

Actualmente, en España tenemos acceso a todas las indicaciones en linfoma que hay aprobadas por las agencias reguladoras (nosotros nos regimos por la europea). Antes, cuando el CAR-T estaba en tercera línea, se perdían muchos más pacientes porque llegaban más deteriorados. Se perdía, se supone, hasta un 30% de pacientes que no llegaban con todo este proceso de aprobación, de aféresis, etc. Ahora, al moverse el CAR-T a segunda línea, la pérdida que tenemos de pacientes es muchísimo menor. Hay que optimizar los procesos para hacerlos más rápidos, para que cada más pacientes lleguen, pero realmente la pérdida de pacientes se cree que está por debajo del 15%, y creo que incluso menos, porque hay que tener en cuenta que esta terapia está ya en segunda línea desde marzo de este año, y todavía no tenemos resultados de esa segunda línea evaluados en España.

¿Cuáles son los puntos de mejora en su aplicación desde el punto de vista administrativo o burocrático?

Es cierto que en todos estos años hemos aprendido mucho a dominar los circuitos y cada vez lo hacemos más rápido. Hay un punto de producción que tiene la terapia CAR-T y se entrega en 25 días. Ese es el tiempo de entrega desde que le sacamos los linfocitos al paciente hasta que vuelven transformados. Ese tiempo no lo podemos reducir, pero la burocracia que va alrededor realmente cada vez está más afinada y cada vez es menor. Es cierto que nosotros (yo pertenezco al Gregorio Marañón y el primer CAR-T que se fundó en España fue en nuestro hospital), actuamos muy, muy rápido, pero hay comunidades autónomas donde puede no haber centros CAR-T y es más difícil la derivación de los pacientes. Es ahí donde hay que trabajar para que esos centros no se demoren, que creo que es donde ahora puede estar el retraso.