Psicología

Nuestro cerebro puede decirnos, con bastante precisión, si estamos enfermos o no

Un estudio muestra como las personas que se autopercibían como protegidas después vacunarse frente a la covid, realmente lo estaban, y a la inversa

Una farmacéutica vacuna a un joven en una campaña de vacunación
Una farmacéutica vacuna a un joven en una campaña de vacunaciónCOFMCOFM

La autopercepción de la salud es un indicador bastante útil en adultos mayores. Aunque se trata de una concepción individual y subjetiva, se considera un parámetro válido para la medición del estado de satisfacción y bienestar, y de la presencia o ausencia de enfermedad. Sin embargo, siempre se había pensado que se trataba de una impresión bastante general. Ahora, un estudio psicológico de la Universidad de Constanza (Alemania) sugiere que nuestro cerebro puede evaluar el estado de nuestra propia salud con más precisión de lo que pensamos, e incluso es probable que sea capaz de evaluar correctamente el estado de nuestro sistema inmunitario.

En el trabajo, publicado en la revista científica Biological Psychology, los investigadores examinaron cómo evalúan las personas recién vacunadas frente a la covid la fuerza de su respuesta inmunitaria al SARS-CoV-2. Las autoevaluaciones de los participantes se compararon con el número real de anticuerpos en su sangre.

Tras la vacunación, los participantes en el estudio fueron capaces de evaluar sorprendentemente bien la fuerza con la que su sistema inmunitario estaba preparado para combatir la enfermedad "El campo de la medicina avanza hacia una mayor orientación al paciente. Nuestros hallazgos apoyan la idea de que las autopercepciones de los pacientes proporcionan pistas valiosas sobre su estado de salud. Los médicos deberían escucharles más", comentó Stephanie Dimitroff, una de las responsables de la investigación, según informa Europa Press.

De hecho, el 71% de los participantes que no se sentían bien protegidos tras la vacunación también tenían una respuesta inmunitaria por debajo de la media. "Nuestro hallazgo más notable es que quienes consideraban que no habían producido niveles elevados de anticuerpos tras la vacunación solían estar en lo cierto en su valoración", explicó la experta. Por el contrario, los participantes que evaluaron su respuesta inmunitaria como buena no siempre estaban en lo cierto. Sin embargo, todos los que tuvieron una respuesta inmunitaria especialmente fuerte también afirmaron sentirse bien protegidos.

El órgano responsable de las conexiones entre el Sistema Nervioso Central y el sistema inmunitario es la ínsula, una región del cerebro involucrada tanto en la percepción de estímulos emocionales, -y en la generación de las respuestas adecuadas es esos estímulos-, como en la percepción de dolor y la interocepción, que es la capacidad de percibir las sensaciones corporales internas. Algo que también puede funcionar a la inversa, es decir, que las señales de nuestro cerebro pueden influir en nuestro sistema inmunitario.

"Es importante saberlo: cuando nos sentimos enfermos, por ejemplo, tenemos un resfriado, esta sensación está causada de forma bastante significativa por la comunicación del sistema inmunitario con el sistema nervioso central. El cerebro recibe señales de que algo va mal en el cuerpo y, como consecuencia, provoca la sensación de enfermedad", explica la investigadora.

El efecto placebo

Dimitroff es prudente con los resultados del estudio, ya que considera que en los resultado positivos de un aspecto como la vacunación también podría haber un cierto efecto placebo. Así, las personas que creen firmemente en la vacunación o que son básicamente optimistas podrían desarrollar en realidad una mejor defensa inmunitaria y sentirse también mejor protegidas. Por tanto, es posible que la creencia en la eficacia de una vacuna sea lo que mejore su eficacia, y esto también podría explicar la elevada precisión de las autoevaluaciones. "Nuestros resultados sugieren que es bastante probable que las personas tengan una capacidad real para evaluar su propia salud. Sin embargo, no puedo descartar que haya una combinación de efectos en juego, incluido el efecto placebo y/o sentimientos de optimismo".