
Salud
Qué es el «eating jet lag» y por qué te hace engordar de forma silenciosa
El estudio pionero de una universidad española asegura que los riesgos para la salud de comer a deshora incluyen un aumento del peso corporal

El cuerpo necesita, al menos, tres comidas diarias para acumular la energía que requiere para funcionar. La mayoría las dividimos en desayuno, comida y cena. No obstante, a veces nos saltamos esos horarios. Lo que no todo el mundo tiene presente es qué pasa por comer a deshoras. La respuesta es que puede tener un grave efecto sobre la salud de nuestro cuerpo, especialmente sobre el metabolismo. Esto puede hacernos engordar y que nos sea más difícil perder peso. Para explicar este fenómeno, se ha acuñado el término "eating jet lag", que se refiere al desequilibrio que produce en el cuerpo de una persona mantener un horario de comida irregular entre semana y durante el fin de semana.
El impacto de este mal hábito en el peso corporal fue estudiado a nivel científico, por primera vez, por la doctora María Fernanda Zerón-Rugerio, investigadora del Departamento de Nutrición de la Universidad de Barcelona. En 2020, la especialista y su equipo publicó los resultados de su estudio en la conocida revista Nutrients. En ellos se ponía de relieve que comer a deshora o padecer "eating jet lag", como llamaron a este desfase horario, podría aumentar el índice de masa corporal (IMC).
A qué hora comer para adelgazar más fácil
Cada vez son más las evidencias científicas que otorgan una gran importancia a la hora en la que comemos. Esta rama de la nutrición ha sido bautizada como "crononutrición", que es la teoría que afirma que los horarios de alimentación influyen en cómo nuestro cuerpo absorbe los nutrientes, en especial, en cómo afecta a nuestro metabolismo y a nuestro gasto energético.
«El desayuno es la comida más importante a nivel cronobiológico, ya que sincroniza al hígado y al tejido adiposo (grasas). Les indica que el día ha comenzado», asegura Zerón-Rugerio, en una entrevista publicada hoy en Europa Press. Esto organiza al cuerpo de cara a las calorías que consumirá durante todo el día. «Por eso, comer o cenar tarde se ha relacionado con problemas de resistencia a la insulina y un mayor riesgo de obesidad», continúa.
A raíz de su investigación, la científica afirma que comer a horas irregulares afecta negativamente al metabolismo, generando «conflicto para gestionar nutrientes», especialmente glucosa, lo que puede derivar en resistencia a la insulina y obesidad. Además, la especialista señala que cambiar los horarios de las tres comidas durante los fines de semana está asociado a obesidad.
A grandes rasgos, esto significa que comer todos los días a la misma hora permitirá que nuestro cuerpo cree una rutina y que se ajuste a ella. De este modo, el organismo podrá aprovechar mejor sus recursos y distribuirlos apropiadamente para no sentir hambre en los períodos de ayuno. Así pues, según este estudio, tener un horario de alimentación estable ayuda a mejorar el metabolismo, a regular el peso y evita el aumento de peso.
Otros trabajos también han relacionado comer a deshoras o el "eating jet lag" con otros riesgos para la salud como una peor circulación de la sangre, problemas digestivos y mala calidad del sueño.
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