Salud
Ya se sabe cuántas copas de alcohol aumentan el riesgo de perder la memoria
Investigaciones anteriores han sugerido que un consumo de alcohol de ligero a moderado podría proteger contra la demencia, pero ¿es cierto? Este trabajo zanja el debate
¿Tomar una copita de alcohol al día es malo para la memoria? O, por el contrario, ¿el consumo moderado podría proteger la salud del cerebro y mantener alejadas las probabilidades de padecer demencia? ¿Hay un límite o una cantidad de alcohol diaria que podamos beber sin afectar a nuestras probabilidades de padecer demencia? Por fin, una nueva investigación científica zanja el debate. Y, además, lo hace de forma tajante.
Utilizando métodos estadísticos basados en análisis genéticos, los autores del estudio descubrieron que el alcohol aumenta el riesgo de demencia de manera proporcional a la cantidad de alcohol que se consuma. Eso significa que, si tomamos "un poco", aumentará "un poco". De la misma manera, si consumes "mucho", el riesgo se incrementará... "mucho". Los resultados de este estudio son revolucionarios porque contradicen investigaciones anteriores que sugerían que un consumo de alcohol de ligero a moderado podría proteger contra la demencia.
Estos trabajos parecían indicar un efecto protector que se detectaba en las personas que ingerían niveles bajos y moderados de consumo de alcohol. En contra de lo que se había descubierto anteriormente, el nuevo estudio, que aparece en The Lancet, concluye que concluye que cualquier cantidad de alcohol aumenta el riesgo de demencia, cuya forma más común es la enfermedad de Alzheimer.
¿Es el consumo moderado de alcohol seguro para la salud cerebral?
Los expertos saben desde hace tiempo que el consumo excesivo de alcohol está asociado a la demencia. Sin embargo, los efectos del consumo moderado y ligero de alcohol siguen siendo objeto de debate. En su intento por aclarar esta relación, los autores del estudio analizaron los datos del Biobanco del Reino Unido correspondientes a 313.958 bebedores británicos blancos.
Los participantes no padecían demencia durante la recogida inicial de datos, entre 2006 y 2010. Durante este tiempo, los participantes informaron de sus hábitos de consumo de alcohol y proporcionaron su información genética. Se les estudió hasta el año 2021, periodo en el que se registró cualquier diagnóstico de demencia.
Los investigadores analizaron los datos desde dos perspectivas. Hicieron una estadística que mostró una «curva en J», lo que implica que existía un efecto protector para el consumo moderado de alcohol. Al menos, cuando la curva descendía inicialmente; luego subía.
La segunda perspectiva consistió en examinar los datos genéticos de los participantes, ya que la cantidad de alcohol que se consume puede predecirse con exactitud en función de la presencia de determinados polimorfismos de nucleótido único (SNP), un tipo de variación genética en el genoma de una persona. Los investigadores se centraron en 95 SNP relacionados con el consumo de alcohol.
Tanto este análisis, como el estadístico, sugirieron una relación lineal entre el consumo de alcohol y el riesgo de demencia, lo que indica que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol cuando se trata del riesgo de demencia.
Por qué afecta el alcohol al riesgo de demencia
El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que provoca atrofia cerebral. Los pacientes con demencia tienen suprimida la función del sistema nervioso con atrofia. Para ser más precisos, debemos saber que el alcohol es una neurotoxina. Es decir, intoxica nuestras neuronas; genera atrofia celular e impide el crecimiento de nuevas neuronas por neurogénenisis.
Esto afecta negativamente al centro de la memoria del cerebro, conocido como hipocampo. También sabemos que el consumo crónico de alcohol puede provocar el agotamiento de una importante vitamina B, la tiamina, que también es realmente importante para la memoria y la cognición. Por todo ello, el sentido común dicta que dar a un paciente con una función cerebral lenta una sustancia que ralentiza más la función cerebral va a empeorar la demencia.
¿Ofrece el alcohol algún beneficio para la salud?
Durante muchos años, se creyó que el consumo moderado de alcohol podía ser beneficioso para la salud del corazón, pero investigaciones recientes lo han desmentido. No hay ninguna buena razón para beber alcohol por motivos de salud.
El consumo de alcohol puede causar convulsiones o problemas eléctricos en el cerebro, provocando un cortocircuito. El consumo de alcohol puede provocar neuropatías, es decir, deshilachar los nervios de las manos y los pies, causando ardor y entumecimiento. Aunque exista cierto debate sobre si el consumo ligero de alcohol tiene algunos beneficios para la salud, parece claro que ningún consumo de alcohol, ni siquiera en pequeñas cantidades, aporta beneficios para la salud cerebral.
Por qué otros estudios dicen que tomar un poco de vino previene la demencia
Los autores del nuevo estudio afirman que un factor clave por el que las investigaciones anteriores indicaban que el consumo moderado de alcohol podía ser bueno para el cerebro o incluso proteger contra la pérdida de memoria. También explica esa curva en forma de J. Se trata del «sesgo del abstemio».
El sesgo del abstemio se da porque los estudios incluyen a personas que pueden haber dejado de beber debido a problemas de salud en la categoría de no bebedores, como controles. Estos abstemios tienen peor salud que los bebedores ligeros, pero acaban en el grupo de control, lo que hace que el consumo de alcohol parezca más saludable de lo que es.
Por lo tanto, según el nuevo trabajo, habría que considerar el alcohol como un factor de riesgo de demencia. Esto conllevaría asimilar que el consumo de alcohol puede causar pérdida de memoria por sí solo, independientemente de la salud cardiaca, el tabaquismo o la edad de la persona. Por lo tanto, reducir o abandonar por completo el consumo de alcohol es un paso importante para proteger la salud del cerebro.
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