Alimentación

Ser vegano no es sinónimo de tener buena salud

El elevado consumo de ultraprocesados y precocinados en algunas dietas de este tipo aumenta hasta en un 29% el riesgo de muerte, señala un estudio

El 39 % de los españoles cree que existe un estigma en torno a ser vegetariano o vegano.
Bodegón con algunos alimentos esenciales en la alimentación vegana, vegetariana y flexitariana pixabay

En España, más de 315.000 personas se consideran veganas (0,8% de la población), 550.000 (1,4%), vegetarianas y un 10,8%, flexitariano- aquellos que basan su alimentación en una dieta vegetariana pero que, de manera ocasional y por diversas razones, consumen algunos productos de origen animal: mariscos, pescados, aves y carnes, aunque no necesariamente todos ellos-. El avance del movimiento "veggie o plant-based"- que incluye veganos, vegetarianos y flexitarianos- a nivel mundial es quizás el mayor cambio en los patrones de alimentación desde la industrialización y la aparición de los alimentos envasados.

Según el informe "The Green Revolution" de 2021, 1 de cada 8 mujeres en España era "veggie" (13,1 %), un porcentaje que se reduce a la mitad en hombres (6,8%). En dos años- desde 2019 hasta 2021-mientras que el porcentaje de féminas que eligen este tipo de alimentación se mantuvo estable, el de varones se duplicó (12,9%). Los hombres ahora son el 47,7 % de los "veggies", y 41 % de la suma de vegetarianos y veganos, cuando hace dos años eran el 34 % del total de veggies y el 25 % de la suma de vegetarianos y veganos.

Si algo define a los veganos es que se consideran preocupados por la salud, tanto del planeta como de la suya propia. Sin embargo, una nueva investigación, publicada recientemente en la revista científica Nutrients, evidencia que serlo no es sinónimo de tener unos hábitos saludables. Científicos del Centro de Salud Pública de la Universidad de Viena (Austria) examinaron las pautas alimentarias y el comportamiento en cuanto a actividad física de los veganos, y descubrieron que no es lo que parece.

El grupo de investigación, dirigido por Maria Wakolbinger y Sandra Haider realizó una encuesta on line a 516 personas con una edad media de 28 años que eran veganas desde hacía al menos tres meses cuando se inició el estudio. Como demostraron las respuestas a la encuesta, "ser vegano no es en sí mismo sinónimo de cuidar la salud", subrayó Wakolbinger.

El riesgo de no cocinar

El equipo de investigación llegó a la distinción entre un patrón dietético "consciente de la salud" y otro "de conveniencia" en el estilo de vida vegano. Los veganos con una calidad de dieta basada en la conveniencia (53%) se caracterizaban por un mayor consumo de pescado procesado y alternativas a la carne, aperitivos salados veganos, salsas, pasteles y otros dulces, alimentos precocinados, zumos de fruta y tipos refinados de cereales.

"Los estudios han demostrado claramente los efectos negativos de los alimentos procesados industrialmente sobre la salud", subrayó Wakolbinger. "En el caso de las personas que consumen principalmente alimentos precocinados, se ha demostrado científicamente un 29% más de riesgo de mortalidad general, hasta un 51% de sobrepeso u obesidad, un 29% más de enfermedades cardiovasculares y un 74% más de diabetes tipo 2".

En contraste con el grupo de comida precocinada, los veganos (47%) clasificados como preocupados por la salud consumen más verduras, fruta, proteínas y alternativas lácteas, patatas, productos integrales, aceites y grasas vegetales, y cocinan más a menudo con ingredientes frescos.

La población vegana estudiada también resultó ser heterogénea en lo que respecta a la práctica de ejercicio físico: "El nivel de actividad física de los veganos es, en general, superior al de la población media de Austria. Sin embargo, como ilustra nuestro estudio, el grupo preocupado por la salud es significativamente más activo que los que pertenecen al patrón de comida precocinada", explicó la primera autora, Sandra Haider.

Pero este no es el único estudio que ha alertado sobre los riesgos de la alimentación que excluye los productos de origen animal. Una investigación científica realizada por Cohorte Nutrinet Santé y financiada por instituciones públicas francesas, mostro que vegetarianos y veganos están más expuestos al consumo de alimentos ultraprocesados. La búsqueda de una alimentación saludable mediante la exclusión de alimentos de origen animal puede convertirse en un boomerang. Con riesgos potencialmente mayores para la salud que los de una dieta omnívora equilibrada, que se basa en alimentos sin procesar o mínimamente procesados. Esto es lo que se ha definido como "la paradoja vegana".

En Francia, Italia y en otros países europeos, la mayoría de los alimentos "listos para comer" para veganos y vegetarianos están excesivamente procesados ​​y contienen demasiado sodio/sal. Según la base de datos SIGA (Sistema de Informacion Geografica Agraria) a julio de 2020 el 89% de los sucedáneos de la carne se componían de alimentos ultraprocesados.

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