
Enfermedad
El síntoma nasal poco conocido que es el primer signo de Parkinson
Antes del temblor y la rigidez, un pequeño cambio en tu nariz podría ser la clave para un diagnóstico precoz

El Parkinson, la enfermedad neurodegenerativa de más rápido crecimiento en el mundo, es conocido por sus efectos en el movimiento: temblores, rigidez muscular y lentitud. Pero lo que pocos saben es que un síntoma silencioso y poco conocido podría aparecer años antes de que la enfermedad se haga evidente: la pérdida del olfato.
Tu nariz podría ser la primera en dar la alarma
El Parkinson no se presenta de la noche a la mañana. A menudo, su progresión comienza en la sombra, con signos sutiles que muchos pasan por alto. Entre ellos, la anosmia o pérdida del olfato es una de las alertas más tempranas, apareciendo incluso décadas antes del diagnóstico. De hecho, estudios indican que hasta el 95 % de los pacientes con Parkinson experimentan algún grado de deterioro olfativo.
Según la Dra. Beckie Port, de Parkinson's UK, el Parkinson es una enfermedad compleja y sus primeros síntomas a menudo pasan desapercibidos. Además dice que muchas personas sienten que algo está cambiando en su cuerpo años antes de recibir un diagnóstico, pero no atan cabos.
El sentido del olfato: mucho más que un extra sensorial
Podría parecer un inconveniente menor, pero perder el olfato impacta la vida de muchas maneras. No solo afecta la capacidad de disfrutar la comida, provocando pérdida o aumento de peso, sino que también influye en el estado de ánimo y las emociones. Además, pone en riesgo la seguridad, una persona con anosmia podría no detectar una fuga de gas, alimentos en mal estado o incluso humo de un incendio.
Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), este síntoma "puede presentarse varios años antes de que aparezcan otros signos del Parkinson", lo que lo convierte en una valiosa pista para un diagnóstico temprano.
Otros indicios tempranos del Parkinson que quizás no conocías
Junto con la anosmia, otros signos poco conocidos pueden anticipar el desarrollo de la enfermedad:
- Trastornos del sueño: movimientos bruscos, hablar en sueños o pesadillas frecuentes.
- Estreñimiento crónico: dificultad constante para evacuar.
- Depresión o ansiedad sin causa aparente.
- Letra más pequeña y apretada de lo habitual.
- Fatiga extrema y falta de energía inexplicable.
Diagnóstico precoz: una carrera contra el tiempo
Hoy en día, el Parkinson sigue sin tener una prueba definitiva de diagnóstico y, cuando se detecta, la enfermedad ya ha avanzado significativamente. Identificar señales como la pérdida del olfato podría ser clave para empezar a tratar los síntomas antes de que afecten gravemente la calidad de vida.
"Detectar la enfermedad lo antes posible permite a los pacientes recibir apoyo temprano y estrategias de control", insiste la Dra. Port. Con más investigación, podríamos transformar este pequeño síntoma en una gran oportunidad para combatir el Parkinson antes de que tome el control.
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