
Pacientes
Sordos antes de los 60
Los expertos recomiendan hacerse una revisión auditiva bianual a partir de los 50 años y explican cómo debe ser el estudio auditivo en caso de necesitar "sonotone" para poder soportarlo bien

Acaban de terminar las navidades y muchos durante estas fechas se habrán dado cuenta de que sus mayores escuchan la televisión a volúmenes ensordecedores. Y no siempre es cosa de mayores. Más de 700 millones de personas de todo el mundo sufren pérdida auditiva. La mayoría superan los 50 años, mientras que el 8% está por debajo de los 18.
El «error silencioso» de escucharla a volúmenes altos contribuye a una pérdida auditiva progresiva, ya que puede perjudicar las estructuras del oído, especialmente las células ciliadas en el oído interno, que son esenciales para percibir los sonidos.
«En general, los españoles escuchamos la televisión demasiado alto, más que en los países nórdicos. De hecho, según nuestro último estudio, solo un 62,9% de los españoles pone la televisión a los niveles que se recomiendan, aquellos en los que se puede mantener una conversación normal a un metro de distancia sin problema. Es decir, al mismo volumen que escuchamos a una persona a un metro de distancia», explica José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon. Y el problema «no es hacerlo en un par de ocasiones, sino poner la televisión a un volumen demasiado elevado de forma continuada, ya que el daño que se produce en el sistema auditivo es acumulativo», precisa.
En muchos casos, los efectos son graduales, por lo que muchas personas no se percatan de que su capacidad auditiva se está deteriorando hasta que el daño es ya significativo. Y el problema es que esta práctica no solo empeora la situación de aquellos que ya tienen pérdida auditiva, sino que también incrementa el riesgo de sufrir daños irreversibles.
Y no se trata solo de los mayores. Es un problema generalizado. «Hay mayores que ponen la televisión alta porque ya tienen problemas auditivos, pero también la ponen alta los jóvenes porque les gusta el volumen muy intenso», explica este experto.
De ahí que la edad a la que se empiezan a tener pérdidas auditivas sean cada vez más tempranas. «Antes, los problemas auditivos empezaban a los 60. Ahora, en cambio, con 45-50 años vemos personas que empiezan a sufrir pérdidas auditivas. Por eso es tan importante hacerse un chequeo y acostumbrarse a no escuchar la televisión o la música elevadas».
¿Cuándo deberíamos preocuparnos? «Cuando preguntas varias veces qué es lo que has dicho o no hables tan bajo, y después cuando tenemos problemas cuando hay más gente hablando en un bar o si tenemos que subir la televisión».
«La edad siempre deteriora la audición. Pero cuando partimos de una base peor y sumas la edad, tendrás un deterioro auditivo peor del que nos correspondería por edad». De ahí que sea tan importante evitar riesgos para la salud auditiva.
En este sentido, como la pérdida auditiva no siempre es evidente de forma inmediata, los expertos recomiendan realizar revisiones auditivas cada dos años, sobre todo a partir de los 50, ya que un diagnóstico temprano puede ayudar a detectar cualquier problema a tiempo y evitar daños irreversibles. Y «si trabajamos en ambientes ruidosos deberíamos revisarnos la audición antes de los 50, además de protegernos los oídos», incide Blanco.
Para las personas con pérdida auditiva, los audífonos que se conectan directamente a la televisión ayudan a poder disfrutar de un sonido claro sin necesidad de subir el volumen a niveles considerados peligrosos.
En cuanto a los cascos individuales para escuchar la televisión y no molestar, Blanco explica que «esta tecnología está muy bien siempre que se use a los niveles adecuados. Es decir, si alguien me habla a un metro de distancia tengo que saber que me está hablando. Pero si se pone el volumen de los cascos muy altos puede dañar también sus oídos, por eso para mí es mejor el empleo de audífonos que se conectan con la televisión».
La explicación es que los cascos te aíslan y «cuando tenemos pérdida auditiva no perdemos todos los tonos y frecuencias, graves y agudos, etcétera. Los auriculares en general amplifican todo, no solamente lo que uno necesita. Entonces subes el volumen y dañas el oído para poder entender y eso no sucede con los audífonos, que lo que hacen es amplificar solo lo que uno necesita, por eso se hace el estudio auditivo», precisa este experto.
Tardamos demasiado en ponernos en manos de un profesional. Así, «desde que se detecta el problema auditivo se demoran unos cinco años en tratarlo. Y la sordera puede haberse agudizado. Si empiezo a perder audición a los 50 y espero cinco años a ponerme un audífono mi pérdida auditiva será mayor y eso es irreversible. A eso se añade el deterioro cognitivo que puede venir asociado a la insuficiente información auditiva que se esté recibiendo», incide el especialista.
Sin embargo, muchas personas prefieren retrasar este momento, debido principalmente al estigma, «creer que otros van a pensar que uno es mayor». Otro motivo, precisa Blanco, es el precio, que varía enormemente de un sonotone a otro. «Depende de lo que necesite cada uno, no tanto de la imagen del auricular. En todo caso, el precio final va desde los más de mil euros hasta los 3.000».
Estudio auditivo
Pero, ¿por qué la gente mayor tiene más dificultad en hacerse con el audífono frente a personas más jóvenes? «Un problema es el nivel de trabajo que se haya hecho previamente. Pasa como con las gafas progresivas. Hay personas que no pueden llevarlas y otras están encantadas. Muchas veces no es el cristal, sino cómo te las hayan hecho y las estés utilizando».
Por eso, si tienes o tu progenitor tiene problemas con el audífono, el primer consejo que da este experto es analizar qué tipo de estudio han hecho.
«Los profesionales han de valorar la capacidad de audición, hacer una audiometría tonal por vía aérea y por vía ósea, para saber la cantidad de audición que uno tiene o si he perdido con tonos. También se debe hacer una logoaudiometría (palabras) para ver la cantidad de pérdida auditiva y cómo me afecta a mi capacidad de comunicación. Es decir, ver qué porcentaje de discriminación verbal tiene uno a determinadas intensidades. Y si te hacen la valoración en ruido mejor todavía, porque hay gente que cuando hay ruido de fondo sufre problemas para oír. Por último, es importante conocer a la persona, hablar con ella para ver sus necesidades. Hay veces que por vender un audífono te ponen un nivel de expectativas que no son realistas».
¿Se despacha a los abuelos? «No te quepa ni la menor duda. Por eso antes de pagar es importante ver si el estudio que a uno le han hecho es suficientemente bueno o no y qué te plantean cuando tienes problemas con la audición».
Al principio el paciente irá tres o cuatro veces para que le ajusten el audífono porque al usuario nuevo se le pone a una intensidad menor de la que necesita y luego se le va subiendo si escucha mal, y se hacen diferentes ajustes si le molestan los ruidos, etc. También se debería hacer, y no siempre se hace, un ajuste sabiendo realmente los sonidos que llegan a nuestros oídos, se llama medidas en oído real. Así sé qué es lo que está pasando porque a lo mejor el audífono le da más amplificación», detalla.
En cuanto al problema habitual de tener que apagar el audífono en comidas familiares por haber demasiado ruido, Blanco explica que «los audífonos tienen programas específicos para esta situación. Hoy la tecnología de los audífonos es tan sofisticada que te permite todo eso, pero tienes que estar en manos de un profesional. Y, por cierto, poner estos programas a los audífonos no hace que tengan que ser más caros, el más barato ya tiene cuatro opciones de programas». Y esa puede ser la clave, según la edad y la habilidad, puede ser mejor menos programas para evitar que de tanto tocar acaben por quitárselo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar