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Las urgencias ginecológicas suelen llegar mal enfocadas a Radiología
Las consecuencias de un mal diagnóstico de la patología ginecológica, obstétrica o puerperal puedan ser graves, de ahí la importancia de mejorar la comunicación en urgencias entre las especialidades

Las urgencias ginecológicas y relacionadas con la mujer suelen llegar mal enfocadas al departamento de radiología en el ámbito de la guardia, según especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), como el Dr. Rubén Molina, radiólogo abdominal en el Hospital de Manises (Valencia).
“El hecho de que los ginecólogos dispongan de ecógrafos propios e incluso en algunos, servicios de urgencias, hace que se remitan pacientes a los servicios de radiología para completar estudios no adecuadamente orientados o directamente, a través de peticiones de pruebas complementarias superiores", afirma Molina en un comunicado.
Según su punto de vista "este es, junto a algún déficit manifiesto de trasmisión de la información clínica relevante, un factor de distracción muy importante para llegar a un adecuado diagnóstico en el campo de la urgencia ginecológica y obstétrica”.
“Es imprescindible conocer bien la patología a la que nos enfrentamos, saber manejar bien las técnicas de imagen,tener en cuenta la radiación, el beneficio riesgo de la prueba y la administración o no de medio de contraste”, incide.
En las urgencias ginecológicas “es el conocimiento en profundidad de la patología ginecológica urgente y el posterior manejo adecuado de las diferentes técnicas de imagen lo que nos pone en ventaja respecto el resto de los especialistas, siendo necesario manejar las potencialidades y limitaciones (irradiación, administración de medios de contraste…) de cada una de ellas”, remarca el Dr. Molina.
En este sentido, desde Seram consideran, tal y como explican a este suplemento, que hay que mejorar la comunicación en urgencias entre las especialidades para conseguir un mejor diagnóstico, ya que si bien los ginecólogos y otros especialistas tienen más control de la parte clínica, los radiólogos tienen más conocimiento sobre la imagen y las pruebas a realizar en sí para conseguir el mejor diagnóstico para el paciente.
Como ejemplos: en el embarazo, aunque habitualmente se empieza con ecografía, si existen dudas lo más recomendable es que se realice una resonancia magnética (RM), porque así se evitará irradiar a la paciente. Además, en muchos casos no será necesaria la administración de contraste debido a la gran resolución tisular de la técnica, su alta capacidad para la detección del edema y la hemorragia, así como el despistaje de patología trombótica con secuencias de estado estacionario.
Sin embargo, la tomografía computarizada (TAC) también se puede llegar a usar en el embarazo, pero hay que ser muy cuidadoso con ello, ya que es una prueba con radiación ionizante que implica directamente al abdomen y durante el primer trimestre de la gestación el feto es especialmente sensible a la misma.
“Hay que evaluar mucho el uso de la TAC en estos escenarios, usando siempre criterios de beneficio/riesgo, siendo generalmente necesaria si se usa esta técnica, a diferencia de a RM, la administración de medios de contraste yodados que, salvo alteración manifiesta de la función renal o alergia, no están contraindicados en el embarazo. En RM, en cambio, el uso de los medios de contraste basados en el gadolinio han de ser restrictivo, según la última edición de las guías de la ESUR. Y utilizarse sólo en caso de ser necesario y administrándolo a la menor dosis posible, así como utilizar preferentemente medios de contraste que hayan demostrado que no tienen riesgo de fibrosis sistémica nefrogénica”, precisa Molina.
El radiólogo insiste en que “no hay que olvidar que en el caso de las embarazadas y puérperas clínicamente existe un estado de leucocitosis y procoagulabilidad, con aumento fisiológico de los valores de D-dímeros, que puede enmascarar algunos cuadros trombóticos o infecciosos y hacer necesarias de pruebas de imagen resolutivas ante la presencia de dudas clínicas diagnósticas razonables”.
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