
Sociedad
10 pasatiempos de la vieja escuela con los que crecieron los baby boomers y que ahora están en auge nuevamente
Estos pasatiempos, considerados “vieja escuela”, resuelven necesidades actuales: reemplazan el ruido con enfoque y el estrés con ritmo

En un mundo dominado por las pantallas, cada vez más personas están regresando a pasatiempos simples y táctiles. Desde los discos de vinilo hasta la observación de aves, estas actividades atemporales aportan concentración, paciencia y conexión. Además, ayudan a equilibrar la vida cotidiana y recuerdan que la alegría a menudo se encuentra en bajar el ritmo.
Lejos de ser simples gestos de nostalgia, estos pasatiempos crean comunidad, orgullo y atención plena. Lo que alguna vez pareció anticuado hoy se presenta como una forma refrescante de recargar energías.
1. Coleccionar discos de vinilo
El crujido de la aguja, el ritual de voltear un álbum y el arte de las portadas ofrecen una experiencia distinta a las listas digitales. Escuchar vinilos convierte la música en algo intencional y cultural.
2. Rompecabezas y juegos de mesa
Las mesas se llenan de piezas, peones y risas. Poner a prueba la paciencia, agudizar la mente y compartir victorias fortalece vínculos familiares y de amistad.
3. Jardinería
Desde tomates en balcones hasta hierbas en macetas, cultivar enseña paciencia y entrega recompensas lentas que nutren cuerpo y alma.
4. Cocinar desde cero
Elaborar pan, galletas o masas madre transforma la cocina en un espacio creativo. Cocinar en casa reduce desperdicios, crea comunidad y aporta sabor desde el cuidado y el tiempo.
5. Escribir un diario a mano
Un cuaderno y un bolígrafo ofrecen un espacio de reflexión y memoria tangible, lejos de la distracción de los teléfonos.
6. Escribir cartas
Papel y tinta aportan peso y permanencia a las palabras. Muchas cartas se guardan como recuerdos, y los grupos de caligrafía y correspondencia vuelven a crecer.
7. Tejer y hacer crochet
Cada punto convierte la lana en bufandas, gorros o regalos. El ritmo calma, los errores añaden encanto y las piezas hechas a mano guardan historias.
8. Carpintería
Aserrín, paciencia y tradición: restaurar muebles o crear piezas de madera genera orgullo y preserva memoria. Estos oficios también se comparten en talleres comunitarios.
9. Pesca
Lanzar la caña al amanecer se convierte en meditación. Ya sea por alimento o por paz, la pesca enseña paciencia y atención plena.
10. Observación de aves
Con binoculares y guías, parques y senderos se transforman en aulas al aire libre. La calma, la curiosidad y la salud acompañan a cada avistamiento.
Volver al pasado como una forma de avanzar
Estos pasatiempos, considerados “vieja escuela”, resuelven necesidades actuales: reemplazan el ruido con enfoque y el estrés con ritmo. Lo que comenzó como diversión se convierte en profundidad, porque las actividades tradicionales transforman minutos en recuerdos.
“Simple nunca significó aburrido. Lento nunca significó obsoleto. La artesanía, el cuidado y la compañía siguen ganando.”
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