Coronavirus

Coronavirus: 10 claves para afrontar la prórroga del confinamiento sin kilos

Sin en las dos primeras semanas de encierro los nutricionistas alertaban de que podríamos coger entre 2 y cinco kilos, ahora esto podría empeorar. Te ayudamos a mantener la báscula a raya

Puedes aprovechar el encierro para realizar recetas saludables con tus hijos
Puedes aprovechar el encierro para realizar recetas saludables con tus hijoslarazonLa Razón

El miedo ante el coronavirus y el encierro en nuestras casas nos ha colocado ante una situación que rompe la rutina habitual y nos provoca ansiedad. Esto hace que tendamos a comer más, de manera desordenada y a optar por alimentos más calóricos como los dulces, los embutidos o los scnacks.

Cuando se decretaron las dos primeras semanas de cuarentena, los expertos en nutrición ya alertaron de que podríamos aumentar de 2 a 5 kilos nuestro peso, incluso 6 kilos si lo hacíamos muy mal y además nuestros niveles e colesterol y triglicéridos podrían descontrolarse. Ahora que ese confinamiento se ha prolongado 15 días más la situación puede empeorar, y mucho, si no le ponemos remedio.

Lo primero, según aconsejan los expertos para este periodo excepcional, es intentar ser realistas y marcarnos como objetivo mantenernos en nuestro peso. Durante la cuarentena, adelgazar no debe ser el objetico ya que seguramente fracasemos y logremos el efecto contrario. La meta debe ser mantenerse y no ganar esos 3-5 kilos que la mayoría suele sumar durante este periodo de cuarentena.

Para lograr que el confinamiento no tenga consecuencias en nuestra figura y en nuestra salud, basta con establecer un rutina, intentar llevar una alimentación saludable, mantener nuestra mente ocupada para evitar los picos de ansiedad y hacer ejercicio.

10 claves para mantener la báscula a raya durante el estado de alarma:

  • Elegir un horario más o menos fijo para desayunar, comer y cenar. Hacer las tres comidas al día es importante, porque también le indican a nuestro cuerpo que es de día y debemos estar activos.
  • Planificar menús para toda la semana. Nos ayudará a organizar la rutina, a reducir la ansiedad y a mejorar el equilibrio nutricional. También permitirá tener una buena lista de la compra, comprar solo lo necesario y salir lo indispensable.
  • Di no a los congelados: Muchos de estos productos utilizan como ‘conservadores’ altas cantidades de sal, azúcar añadido o grasas saturadas que son perjudiciales para la salud.
  • Beber suficiente agua durante todo el día, mejor entre comidas. Además, tener siempre agua en cerca para beber cuando tengamos sed, así disminuiremos el consumo de alimentos ya que el agua tiene un efecto saciante. También podemos optar por las infusiones y por supuesto evitar el alcohol.
  • Es fundamental intentar empezar siempre con un entrante ligero como una sopa de verduras o ensalada. Tienes más tiempo para estar en casa, puedes preparar un bol lleno de fruta fresca cortada, tendrás el postre listo, y snacks saludables para cuando te dé hambre.
  • Moderar y reducir al máximo el consumo de alimentos procesados como pizzas precocinadas o helados. En el caso de que tengamos un antojo es mejor optar por una opción saludable, como realizar una pizza casera o comer chocolate lo más puro posible (70%, 80%, 90%)
  • Entre horas no hay que mirar lo que tenemos en la nevera, tan solo abrirla y coger fruta, como el plátano que llena, o un yogur con un puñadito de nueces.
  • El pan se debe restringir, “es muy adictivo, como la pasta”, y reservarlo para el desayuno y por supuesto en su versión integral.
  • Comer y cenar a mesa puesta y sin televisión. Estar pendiente de la pantalla hace que inconscientemente comamos más.
  • Elegir una hora para practicar ejercicio físico, preferentemente por la mañana.