Contra el cáncer, unión y solidaridad

La pandemia del coronavirus nos ha golpeado a todos, pero especialmente a los más vulnerables. Es el caso de los pacientes de cáncer y sus familias, a quienes la vida se les ha complicado aún más durante los últimos meses. Recordemos que cada año 3,5 millones de familias europeas reciben una de las peores noticias: a uno de sus seres queridos se le ha diagnosticado algún tipo de cáncer.

Ante el contexto actual, no pocos han cancelado sus visitas de control por miedo al contagio. Además, la situación de emergencia ha provocado que se retrasen algunas cirugías o visitas programadas. Por estas razones, se estima que lamentablemente habrá un aumento de la incidencia del cáncer en los próximos años. Es una tragedia que alimenta otra tragedia. Sin nuevas medidas efectivas, el cáncer podría convertirse en la principal causa de muerte en nuestro continente.

Sin embargo, la Unión Europea quiere estar a la altura del reto y lo va a estar. El Plan Europeo contra el Cáncer, lanzado estos días por la Comisión Europea, es una respuesta impulsada por el Partido Popular Europeo desde hace meses y liderada por la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, que puede cambiar el futuro de millones de familias. Puede ser un histórico y esperanzador punto de inflexión al tratar de generar y compartir conocimientos, innovaciones, buenas prácticas, consolidar relaciones entre administraciones públicas, empresas, comunidades médicas, académicas y de pacientes entre todos los países de la UE. Pretende mejorar las políticas públicas para salvar vidas y proteger la salud de todos los ciudadanos, pero también impulsar un crecimiento económico sostenible en beneficio de todos. Solo desde la unión y la solidaridad lograremos derrotar esta enfermedad.

La solidaridad en este ámbito no es una cuestión menor. En la prevención contra el cáncer es fundamental tener en cuenta los estilos de vida. Necesitamos más investigación sobre cómo reducir los factores de riesgo, siendo evidente que la población con una situación económica más precaria tiene mayores dificultades para mantener una dieta saludable o para acceder a un conocimiento adecuado que mejore el estado de su salud. Por tanto, las condiciones socioeconómicas pueden ser una barrera para la prevención que debemos tener en cuenta.

Por otra parte, el cáncer comporta un fuerte impacto económico personal y familiar, por los gastos del tratamiento o por todos los gastos vinculados con las necesidades inducidas por la enfermedad, desde tratamientos complementarios hasta los desplazamientos. A estos costes hay que sumar también las horas perdidas de trabajo o incluso la pérdida definitiva del propio trabajo o negocio. El cáncer no debería suponer una preocupación económica añadida. Esta doble vulnerabilidad es una cuestión clave y contra ella trabajamos intensamente en el Parlamento europeo.

En definitiva, la actual pandemia no debe hacernos olvidar otros grandes retos como la lucha contra el cáncer. En esta situación deberíamos redoblar todos los esfuerzos, impulsando la investigación y la prevención, y protegiendo a aquellos que más lo necesitan. La mejor manera de avanzar en la integración europea es poniendo a las personas en el centro de todas nuestras políticas. Esa es la Europa de las personas que todos deseamos.

Dolors Montserrat es portavoz del PP en el Parlamento Europeo y exministra de Sanidad