Investigación
Alucinaciones o anomalías en la voz: nuevos síntomas del raro síndrome que provoca la Covid-19 en niños
Un estudio revela que la mitad de los jóvenes que tenían el MIS-C desarrollaron síntomas neurológicos
El Síndrome Inflamatorio Multisistémico (MIS-C) es una afección que afecta a algunos niños y adolescentes que han sido infectados con el virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. Esta condición no es frecuente y se comenzó a detectar hace casi un año en varios países, durante los primeros meses de la pandemia. A nivel mundial, se estima que 1 de cada 5.000 niños que padecen Covid-19 desarrollan este síndrome, según datos de la Real Escuela de Pediatría y Salud Infantil de Reino Unido, publicado en febrero.
Una reciente investigación llevada a cabo por el Instituto de Neurología de University College de Londres (UCL), en Reino Unido, ha revelado que la mitad de los jóvenes que desarrollaron este grave síndrome presentaron síntomas neurológicos como dolores de cabeza, anomalías en la voz, convulsiones o alucinaciones cuando ingresaron en el hospital.
“Todavía estamos aprendiendo cómo afecta el síndrome a los niños y qué debemos tener en cuenta. Descubrimos que muchos niños experimentaron síntomas neurológicos que afectaban tanto al sistema nervioso central como al periférico”, explica el autor principal de la investigación, el doctor Omar Abdel-Mannan, del Instituto de Neurología Queen Square de la UCL.
En un comunicado, la universidad ha anunciado que estos “inéditos hallazgos”, revisados por pares, van a ser presentados en la 73 reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología, que se está celebrando de forma virtual entre el 17 y el 22 de abril.
Para realizar el estudio, los investigadores revisaron los registros de todos los niños menores de 18 años ingresados en el Great Ormond Street Hospital en Londres entre el 4 de abril de 2020 y el 1 de septiembre de 2020 que cumplían con los criterios para padecer el síndrome inflamatorio multisistémico.
Se examinó a 46 niños con una edad media de 10 años. De ellos, 24 tenían síntomas o signos neurológicos que no habían experimentado previamente: 24 sufrían dolores de cabeza, 14 tenían encefalopatía, seis padecían anomalías en la voz o ronquera, seis tenían alucinaciones y cinco tenían ataxia o problemas de coordinación. Además, tres niños tuvieron problemas con susnervios periféricos y un niño tuvo convulsiones.
Los niños con síntomas neurológicos tenían más probabilidades de necesitar un ventilador y medicamentos para ayudar a estabilizar la circulación sanguínea que los niños sin síntomas neurológicos. Sin embargo, no hubo diferencias en términos de datos demográficos, marcadores inflamatorios, manejo o resultados a corto plazo entre los dos grupos.
En este sentido, Abdel-Mannan señala que “los niños que desarrollan esta afección definitivamente deben ser evaluados para detectar síntomas neurológicos y resultados cognitivos a más largo plazo”. Asimismo, el experto asegura que es necesario desarrollar más estudios que involucren a más niños y realizar un seguimiento de estos menores “para ver cómo cambia esta afección con el tiempo y si hay más efectos neurocognitivos a plazo”.
De momento, un equipo de investigación dirigido por el coautor principal, el doctor Yael Hacohen, del Instituto de Neurología Queen Square de UCL, continuará monitoreando a los niños con el síndrome. Si bien el nuevo estudio informa que casi todos los niños se recuperaron funcionalmente por completo, los investigadores investigarán si hay algún impacto cognitivo o psicológicoa largo plazo.
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