¿Un verano normal?
El dilema de los expertos ante «desmascarillarse»
Los que defienden la eliminación se basan en la tasa de inmunización, pero los reacios temen a la cepa india
El anuncio de esta semana por parte del epidemiólogo Fernando Simón en relación a que en un mes las mascarillas serán parte del pasado en espacios abiertos, ha abierto un debate en el que los expertos más punteros disienten. Varios presidentes autonómicos también han entrado de lleno en la discusión ¿Resulta precipitada esta afirmación? ¿Es el verano un buen momento para prescindir de este método preventivo? ¿Es una decisión política más que sanitaria? LA RAZÓN se ha puesto en contacto con varios especialistas para analizar en detalle esta propuesta y poner sobre la mesa sus pros y contras.
«El planteamiento que ha surgido hasta ahora es prematuro y no está justificado en estos momentos. Para que podamos suprimir el uso de la mascarilla debemos tener una incidencia mucho más baja a la actual, por debajo de los 25 por 100.000 habitantes. Ni la media nacional ni muchas comunidades autónomas presentan este dato», asegura con rotundidad Daniel López-Acuña, epidemiólogo y ex director de acción sanitaria en situaciones de crisis de la OMS. Por otro lado, apunta a que «hay que tener un porcentaje mayor de población vacunada con las dos dosis para que esto constituya un dique que contenga la expansión del virus». Y añade que esta cifra debería ser del 70%, «un dato que no se conseguirá hasta principios de septiembre, siempre y cuando no tengamos la aparición de variantes del virus que pongan en entredicho la seguridad sanitaria lograda. Actualmente estas circunstancias no se dan». Por todo ello, para este experto «resulta más que imprudente y sería un riesgo y contraproducente eliminar la obligatoriedad de la mascarilla».
Países como Israel, Reino Unido, Polonia y Estados Unidos ya han dado el paso, «pero tienen a más población vacunada que nosotros y menos incidencia». Es más, habrá que esperar «dos semanas» para comprobar que no ha sido un error. «Éste es un tema en el que no debemos buscar atajos apresurados ni una carrera política para ver en qué autonomía se eliminan primero. Es una medida que debe tomarse con un análisis objetivo y términos sanitarios, no con la subjetividad política. Pienso que la sociedad tiene mucha mejor tolerancia en la continuidad de su uso que los políticos, que parece que tienen bastante prisa».
Precisamente a las nuevas cepas del coronavirus, como el caso de la india, es algo que preocupa seriamente a los epidemiólogos. Así lo subraya Rafael Bengoa, ex director del Sistema de Salud de la OMS: « «Es un error en el marco de la salud publica dar la bienvenida a la variante india en nuestro país a través la acogida de turistas ingleses sin condiciones previas como una PCR. Esta variante ya está entre nosotros pero no ha crecido como sí ha ocurrido en Reino Unido, donde ya es la dominante. Por este motivo, las mascarillas podrían dejar de utilizarse siempre que se controle la llegada de esta variante». Algo en lo que Bengoa reconoce que no está muy «esperanzado». «Si entra la variante india con la misma fuerza que en Reino Unido nos quedamos con mascarillas hasta otoño».
Pese a que Reino Unido no ha incluido en su lista de destinos seguros a España y esto podría reducir el flujo de turistas, el epidemiólogo teme que «las decisiones de la pandemia se tomen más con un carácter económico-político más que de salud pública. No creo que nadie de este área haya hecho la recomendación de que vengan a España británicos sin la exigencia de una prueba».
Los jóvenes, a la cola
Un poco más optimista es Ángel Asensio, jefe del Servicio de Medicina preventiva del Hospital Puerta de Hierro. Para él, «quitar la mascarilla es algo que tiene que ir llegando ya que la inmunización está funcionando y va a un buen ritmo». Esta semana se ha llegado al 20% de la población inmunizada, es decir a unos diez millones, lo que para el experto supone un dato alentador, «pero todavía quedan los jóvenes, así que hay que ser prudente y ajustarse a las normas que deben regirse en función de este dato por cada comunidad. También dependerá del ámbito de exposición, ya que no es lo mismo quitársela en el exterior que en el interior. Si en julio, como han apuntado algunas personas, estamos en el 70% de inmunizados podría eliminarse la obligatoriedad al aire libre». Asensio también matiza que el virus continuará entre nosotros para siempre, «pero con un nivel alto de inmunidad no habrá que obligar a la población a implementar una medida tan engorrosa como la mascarilla ».
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