Crimen de Llanes
Sentencia por el asesinato de Javier Ardines: 22 años de cárcel para el inductor y los sicarios
La Audiencia Provincial de Oviedo acaba de notificar la sentencia
La Audiencia Provincial de Oviedo ha notificado la sentencia del juicio por el crimen del concejal de Llanes, Javier Ardines. Tras el veredicto del jurado popular, el pasado 1 de diciembre, donde declaraba culpables a los cuatro acusados de acabar con la vida del pescador, ahora el presidente del tribunal, Javier Iriarte, ha condenado al inductor del crimen, Pedro Nieva a 22 años de prisión. La misma pena que a los autores materiales: Djilali Benatia y Maamar Kelii. Para Jesús Muguruza, quien puso en contacto a Nieva con los sicarios, ha establecido una condena de 20 años por ser “cooperador necesario” de un asesinato.
En una sentencia de 36 páginas, el juez ha establecido como hechos probados que en el mes de julio de 2018 Pedro Luis Nieva Abaigar “tomó la resolución de acabar con la vida de Javier Ardines González” y para ello “encargó a Jesús Muguruza Butrón que buscase a alguien que pudiera ejecutar esa muerte”. Jesús aceptó “el encargo” y, “ejerciendo un papel de intermediario planteó a Djilali Benatia acabar con la vida” del concejal. Fue Muguruza, según el juez, quien “concertó una cita en la que estuvieron presentes Pedro Luis, Djilali y Jesús”, en la que se “discutió el precio” que pagaría el inductor. Después de aceptar una cantidad de dinero, Djilali llegó a un acuerdo con Maamar Kelii para actuar conjuntamente y repartirse el dinero.
Después, el 27 de julio de 2018 los tres viajaron a Vizcaya, donde residían, a Belmonte de Pría, donde Francisco Javier tenía su domicilio (y Pedro su casa de veraneo con su mujer Katia). La finalidad de este viaje, según el juez, era que Jesús y Pedro dieran a Djilali “las indicaciones necesarias para ejecutar los hechos y transmitirle toda la información que Pedro tenía sobre la zona y los hábitos y costumbres” de Ardines. Además ese día, según la sentencia, ya ”hicieron un reconocimiento de la zona y hablaron sobre cómo llevar a cabo los hechos”, de tal forma que fueron, según el juez “Pedro Luis y Jesús quienes propusieron a Djilali hacer una emboscada para asegurarse el resultado”.
No habla el magistrado de ese primer intento que hicieron el 1 de agosto los sicarios, colocando una sola valla en el camino de la vivienda de Ardines y que éste la sorteó sin bajarse. Directamente va al día del asesinato.
“Se escondieron y esperaron”
“Hacia las 4:30 horas el 16 de agosto de 2018, Dilali y Maamar “guiados con la intención de acabar con la vida de Francisco Javier y a fin de asegurarse no fallar, incrementar el tiempo disponible para abordar a Francisco Javier y tener más garantías de acierto y anular la posibilidad de defensa de la víctima, colocaron transversalmente tres vallas metálicas que impedían el paso de cualquier vehículo”. Una vez colocadas las vallas, los sicarios “se escondieron y esperaron” a que llegara la hora en la que Ardines salía de casa para ir a pescar. En una hora no determinada “pero próxima a las 6:15 horas de la madrugada” Ardines salió de casa y paró su furgoneta frente a las vallas. Cuando se bajó para retirarlas “le rociaron con sprays de pimienta”, según la sentencia. “Francisco Javier salió corriendo, fue perseguido y recibió un golpe en la cabeza, bien propinado con un bate de béisbol por Maamar, bien con un palo por Djilali, pero en cualquier caso puestos ambos en común acuerdo y en ejecución del plan concebido para acabar con su vida”. Finalmente fue estrangulado desde detrás, “bien por Djilali, bien por Maamar, pero igualmente de común acuerdo”.
“No pudo ejercer más defensa que su brazo”
Ardines “falleció hacia las 6:30 horas de un shock mixto provocado por una compresión cervical causada por al asfixia mecánica y por un traumatismo craneoencefálico causado por el golpe en la cabeza”. El juez deja claro que la víctima “no pudo ejercer más defensa que colocar como escudo su brazo derecho”, donde también recibió golpes.
Tras el fallecimiento, sostiene la sentencia, “Jesús entregó una cantidad de dinero por el trabajo realizado”
El posicionamiento de los teléfonos, el comportamiento de los cuatro acusados tras los hechos (siempre se llamaban en cadena y un sicario huyó de España, entre otras) y las cámaras que captaron el vehículo el sicario han sido las piezas claves de una de las investigaciones más complicadas a las que se enfrentó al UCO de la Guardia Civil.
Afortunadamente, tras el trabajo policial y los arrestos se celebró el juicio durante todo el mes de noviembre en la Audiencia Provincial de Oviedo, con jurado popular. Todos los acusados llevaban en prisión provisional desde febrero de 2019 menos Kelii, que fue extraditado desde Suiza en mayo de 2020. Allí, en Nanclares de Oca, a Nieva no ha faltado las visitas de su mujer, Katia Blanco, también amante de la víctima y por cuya infidelidad planeó el crimen.
El bufón de la Bramadoria
Ahora, la familia de la víctima espera a que la sentencia sea firme para poder incinerarle y echar sus cenizas al mar que tanto amaba. Según sus amigos más íntimos, el lugar escogido será el bufón de la Bramadoria, el que dio nombre a su pesquero.
Además, cuando estén en libertad vigilada, los condenados tienen prohibido acercarse a menos de cien metros de la familia de la víctima: su mujer Nuria Blanco y sus hijos, Alba e Iván, así como tampoco comunicarse con ellos en cinco años.
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