Bajas emisiones
A tan solo ocho días de proclamar el final oficial de la erupción volcánica en La Palma
En caso de que el volcán no sufra ninguna reactivación, se dataría como fin del proceso el 14 de diciembre
La emisión visible de gases volcánicos del volcán de Cumbre Vieja está siendo puntual y esporádica, concentrándose en la zona de los centros eruptivos y en los jameos de los tubos volcánicos. Pero ahora se sabe algo más: la escasa emisión de dióxido de azufre (SO2) existente se debe no al ascenso de magma, sino al proceso de solidificación del mismo en las propias entrañas del volcán. Así lo han confirmado los estamentos encargados de medir esos gases, para el informe diario del Pevolca en el que se certifica, por tercer día consecutivo, que los datos corroboran los signos de agotamiento de la erupción.
Así, explican que “la ausencia de los observables tanto directos en superficie, como los procedentes de los sistemas de vigilancia corrobora el agotamiento del proceso eruptivo, aunque no es descartable un nuevo repunte de actividad estromboliana y de emisión de coladas. Para poder decir que el proceso eruptivo que dio comienzo el 19 de septiembre está finalizado, los datos registrados y observables se deben de mantener en los niveles actuales durante 8 días más”.
La emisión de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera por el actual proceso eruptivo en Cumbre Vieja (emanaciones visibles de gases volcánicos), registrada mediante el uso de sensores ópticos remotos tipo miniDOAS en posición móvil terrestre, fue BAJA durante el día de ayer (15/12) y no está relacionada con un ascenso magma, sino con un proceso de solidificación del magma superficial todavía existente en los conductos del centro eruptivo.
Desde el pasado 23/9, cuando se registró una emisión de SO2 extremadamente alta, se ha observado una tendencia descendente de la emisión. Además, el tremor está a nivel del ruido de fondo, casi inexistente. Debido a esa debilidad, se localizan más sismos de baja magnitud en todas las profundidades. En este marco, el Comité siempre es prudente: “Con el nivel de sismicidad actual no se descarta que se produzcan sismos sentidos”.
Respecto a deformaciones, se encuentran sin tendencia en las estaciones cercanas al centro eruptivo y hay estabilidad en el resto de la red. Asimismo, en las paredes de los cráteres del cono principal y secundario se producen continuos pequeños derrumbes a favor de fallas y fisuras existentes. En el caso de las emanaciones no visibles de gases volcánicos, la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2), asociada a los 220 km2 del sistema volcánico de Cumbre Vieja, continúa reflejando una emisión superior al valor promedio de los niveles de fondo (B) y durante el día de ayer (15/12) esta emisión difusa fue 9,3 veces el promedio de los niveles de fondo (9,3 x B).
Esta emisión difusa se estima después de evaluar e integrar centenares de medidas de flujo difuso de CO2 que se realizan en puntos de observación distribuidos por todo el edificio volcánico de Cumbre Vieja. Por ello, en algunas zonas concretas estas emanaciones difusas de CO2 pueden representar un peligro para las personas, siempre y cuando se registren valores altos de flujo difuso de CO2 en zonas no muy bien ventiladas y/o a alturas por debajo de un metro del suelo como consecuencia de la posible acumulación de CO2 y descenso del oxígeno (O2) en el aire.
Durante el día de ayer la calidad del aire debida al dióxido de azufre (SO2) contaminante asociado al proceso eruptivo se mantuvo en niveles buenos en todas las estaciones de calidad del aire a lo largo de toda la jornada, sin que se produjeron superaciones de los valores límite horarios ni diarios en ninguna estación. Estos valores mínimos se mantuvieron durante la noche, produciéndose una ligera subida durante las primeras horas de la mañana de hoy en la estación de Los Llanos de Aridane, pero manteniéndose en niveles buenos de calidad del aire en todas las estaciones.
Aunque la cifra de días del volcán (90) se siga incrementando en el cómputo diario de la emergencia, la fecha marcada como finalización fue el pasado martes 14 de diciembre; momento en el que todos los parámetros y mediciones del volcán se desplomaron. Es por ello por lo que Pevolca estima que esa debe ser la fecha computada para la finalización del proceso, siempre que el mismo no repunte, tal y como se prevé a la vista de que continúan los datos favorables para ello.
Todos los científicos coinciden en que el proceso eruptivo finaliza, aunque se toman con precaución las manifestaciones en este sentido, teniendo en cuenta los repuntes que ha habido en esta erupción volcánica, la más larga y destructiva de las datadas históricamente en La Palma. Incluso hay investigadores, como Juan Carlos Carracedo, que estiman que la realidad de los datos es tan contundente, a la hora de darlo por acabado, que los 10 días de plazo marcados por el Comité Científico de forma preventiva es un espacio temporal “más burocrático que científico”. Lo cierto es que el volcán se da por finalizado cuando deja de emitir lava. No es el caso del proceso de desgasificación, que se mantendrá más tiempo.
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