Salud

Esto es lo que debes hacer para que un esófago de Barrett no termine en cáncer de esófago

Si se padece reflujo o acidez de forma recurrente es muy importante acudir al especialista

Enfermedad por reflujo gastroesofágico
Enfermedad por reflujo gastroesofágicoDreamstimeDreamstime

Padecer un esófago de Barrett incrementa el riesgo de padecercáncer de esófago, una neoplasia que en nuestro país tiene una supervivencia no superior al 20%. No obstante, que no cunda el pánico. Según datos de la Federación Española de Aparato Digestivo (FEAD), el riesgo de que un paciente con Esófago de Barrett evolucione a cáncer es “bastante bajo”, aproximadamente un 0,5% por año, por lo que “no debe ser un motivo de alarma”.

“No todos los pacientes con Esófago de Barrett tienen el mismo riesgo de padecer cáncer. En general, el riesgo es bajo y depende de muchos factores, como la extensión de la zona afectada en el esófago, los hábitos de vida, el tratamiento del reflujo gastroesofágico y, finalmente, de la realización de endoscopias regladas con toma de biopsias para detectar lesiones preneoplásicas o neoplasias incipientes, de forma que nos anticipemos en el abordaje de la enfermedad y evitemos que el paciente desarrolle un cáncer en el futuro”, explica el doctor Martínez Ares, especialista en Digestivo del Hospital Quirónsalud A Coruña y Quirónsalud Miguel Domínguez de Pontevedra.

Detalla este experto que el Esófago de Barrett es una condición relacionada con el reflujo gastroesofágico, un fenómeno que incrementa el riesgo de padecer cáncer de esófago. Es más, advierte de que la mayor parte de los pacientes que lo padecen lo desconocen. “Las personas con esta enfermedad suelen tener síntomas de reflujo, como el ardor o la regurgitación ácida. Si no se diagnóstica a tiempo puede derivar en un cáncer de esófago, con un elevado riesgo de mortalidad. Por lo tanto, si se padece reflujo o acidez de forma recurrente es muy importante acudir al especialista”, manifiesta.

El problema del reflujo

Concretamente, el doctor Martínez Ares detalla que el esófago de Barret se trata de una lesión que afecta a la mucosa que reviste el interior del esófago, que es sustituida por una mucosa más parecida a la propia del estómago. “Aparece como consecuencia de la larga exposición al reflujo gástrico, es decir, a los ácidos del estómago que suben hacia el esófago en ciertas circunstancias, dañando su tejido”, aclara.

Precisa que el reflujo lo padece, con síntomas diarios, casi un 10% de la población, y en la mayor parte de los casos se produce por un mal funcionamiento de la válvula que hay entre el esófago y el estómago. Al cerrarse mal, facilita que el contenido gástrico suba hacia el esófago, irritando la mucosa que lo tapiza.

A su vez, indica que en pacientes con reflujo de largo tiempo de evolución la aparición de un Esófago de Barrett puede representar un cierto alivio en la sintomatología que presentan las personas que lo padecen, disminuyendo la sensación de ardor en el pecho que pueden presentar estos pacientes. Sin embargo, este especialista en aparato digestivo advierte de que esto pone potencialmente en riesgo la vida del paciente, ya que presentar un Esófago de Barrett incrementa el riesgo de padecer cáncer de esófago.

Revisiones periódicas y cambiar de estilo de vida

Este especialista en Aparato Digestivo aclara que muchos pacientes desconocen que tienen esta enfermedad y para su diagnóstico es necesario realizar una endoscopia. “Una vez diagnosticada la enfermedad, el paciente entra en un programa de seguimiento especifico”, subraya.

Resalta asimismo este gastroenterólogo que el paciente deberá acudir a las revisiones según marque el especialista en cada caso, que se establecerán de forma personalizada en función de la extensión de la lesión y ciertos hallazgos en las biopsias que serán tomadas en cada una de las revisiones.

Por eso, mantiene y ve imprescindible en estos casos que no se dejen las revisiones, fundamentalmente porque el diagnóstico precoz de las potenciales lesiones es clave, ya que podría permitir realizar un tratamiento endoscópico, mínimamente invasivo, disminuyendo así el riesgo de complicaciones, según manifiesta el experto del Hospital Quirónsalud A Coruña y Quirónsalud Miguel Domínguez de Pontevedra.

Para el manejo de esta dolencia el doctor Martínez resalta que es imprescindible abandonar el hábito tabáquico y corregir el sobrepeso, principal factor del reflujo, así como corregir otros hábitos de vida como comer en exceso, abusar de las comidas con elevado contenido en grasas, el consumo excesivo de alcohol y fumar, entre otros. “Un estilo de vida sano permite que tengamos menos reflujo”, recalca.

Últimos avances en la materia

Hoy en día se está trabajando para mejorar el abordaje del diagnóstico de la enfermedad, optimizando las estrategias de cribado y el desarrollo de marcadores a nivel biomolecular y genéticos que puedan ayudarnos a predecir en qué casos el riesgo de desarrollar cáncer puede ser mayor.

En lo que se refiere al tratamiento de esta dolencia, debemos empezar siempre por la extirpación, por vía endoscópica, de cualquier lesión neoplásica precoz que se desarrolle. Posteriormente habrá de destruirse la totalidad del Esófago de Barrett para evitar la aparición de nuevas lesiones en el futuro. El tratamiento más extendido sigue siendo la radiofrecuencia, que permite la ablación del tejido mediante la aplicación de pulsos de radiofrecuencia que, en contacto con el tejido, generan calor. También se está trabajando en tratamientos nuevos como la crioablación (ablación por frío).

En última instancia, este digestólogo insiste en que la decisión sobre el tratamiento a adoptar dependerá del paciente, y este deberá adecuarse a su edad, comorbilidades y expectativas de vida.

Celebra que, afortunadamente, gracias al tratamiento precoz, a los cribados y al seguimiento que se realiza con las diferentes revisiones, incluso quienes padezcan reflujo gastroesofágico y cambios precancerosos en su esófago mantendrán un riesgo pequeño de desarrollar cáncer.