
Medio Ambiente
Un 21% de la superficie oceánica se ha oscurecido en las últimas dos décadas
Según un estudio de la Universidad de Plymouth

Un 21% de la superficie oceánica hasta donde llega la luz -esto es, más de 75 millones de kilómetros cuadrados- se ha oscurecido en las dos últimas décadas.
Esta es la conclusión de un estudio liderado por Thomas Davies, de la Universidad de Plymouth (Reino Unido), y publicado en la revista `Global Change Biology¿.
El oscurecimiento del océano se produce cuando los cambios en las propiedades ópticas del océano reducen la profundidad de sus zonas fóticas, hogar del 90% de toda la vida marina y lugares donde la luz del sol y la luz de la luna impulsan interacciones ecológicas.
Para el nuevo estudio, los investigadores utilizaron una combinación de datos satelitales y modelos numéricos para analizar los cambios anuales en la profundidad de las zonas fóticas en todo el planeta, informa Servimedia.
Descubrieron que un 21% del océano global (incluidas grandes extensiones de regiones costeras y mar abierto) se había oscurecido entre 2003 y 2022.
Además, más de un 9% del océano (más de 32 millones de kilómetros cuadrados, un área similar en tamaño al continente africano) vio la profundidad de su zona fótica reducirse en más de 50 metros, mientras que un 2,6% disminuyó la zona fótica en más de 100 metros.
Sin embargo, la imagen general no es solo la de un océano que se oscurece, puesto que alrededor de un 10% de la superficie marina (más de 37 millones de kilómetros cuadrados) se ha vuelto más clara en los últimos 20 años.
Aunque las implicaciones precisas de los cambios no están del todo claras, los investigadores indican que podrían afectar a un gran número de especies marinas del planeta y a los servicios ecosistémicos que proporciona el océano en su conjunto.
Los autores del estudio apuntan que esos cambios probablemente sean el resultado de una combinación de carga de nutrientes, material orgánico y sedimentos cerca de las costas, causada por factores como la escorrentía agrícola y el aumento de las precipitaciones.
En mar abierto, enumeran factores como cambios en la dinámica de la floración de algas y cambios en las temperaturas de la superficie del mar, que han reducido la penetración de la luz en las aguas superficiales.
"Tales cambios causan un oscurecimiento generalizado que reduce la cantidad de océano disponible para los animales que dependen del sol y la luna para su supervivencia y reproducción. También dependemos del océano y sus zonas fóticas (áreas donde penetra la luz solar) para el aire que respiramos, el pescado que comemos, nuestra capacidad para combatir el cambio climático y para la salud y el bienestar general del planeta. Considerando todo esto, nuestros hallazgos representan un verdadero motivo de preocupación", indica Davies.
Tim Smyth, jefe de Ciencias de Biogeoquímica Marina y Observaciones en el Laboratorio Marino de Plymouth, señala: "El océano es mucho más dinámico de lo que a menudo se le atribuye. Por ejemplo, sabemos que los niveles de luz en la columna de agua varían enormemente a lo largo de un período de 24 horas y los animales cuyo comportamiento se ve directamente influenciado por la luz son mucho más sensibles a sus procesos y cambios".
"Si la zona fótica se reduce unos 50 metros en grandes extensiones del océano, los animales que necesitan luz se verán obligados a acercarse a la superficie, donde tendrán que competir por el alimento y otros recursos que necesitan. Esto podría provocar cambios fundamentales en todo el ecosistema marino", apostilla Smyth.
Para evaluar los cambios en la zona fótica, los investigadores utilizaron datos de la Ocean Colour Web de la NASA, que divide el océano global en una serie de píxeles de nueve kilómetros.
Estos datos derivados del satélite les permitieron observar cambios en la superficie del océano para cada uno de estos píxeles, mientras que se utilizó un algoritmo desarrollado para medir la luz en el agua del mar para definir la profundidad de la zona fótica en cada ubicación.
También utilizaron modelos de irradiancia solar y lunar para examinar cambios particulares que podrían afectar a las especies marinas durante las condiciones de luz diurna y lunar, y demostraron que los cambios en la profundidad de la zona fótica durante la noche eran pequeños en comparación con los del día, pero seguían siendo ecológicamente importantes.
Los cambios más destacados en la profundidad de la zona fótica en el océano abierto se observaron en la parte superior de la Corriente del Golfo y alrededor del Ártico y la Antártida, áreas del planeta que experimentan los cambios más pronunciados por el cambio climático.
El oscurecimiento también está muy extendido en las regiones costeras y en los mares cerrados, como el mar Báltico, donde las precipitaciones en la tierra arrastran sedimentos y nutrientes al mar, lo que estimula el crecimiento del plancton y reduce la disponibilidad de luz, informa Servimedia.
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