Hábitos saludables

La actividad física en la naturaleza combate enfermedades como la depresión y la diabetes tipo 2

Así lo indica una investigación de la Universidad de Exeter (Reino Unido)

Una chica realizando ejercicio físico
Una chica realizando ejercicio físicoPixabay

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles más comunes -incluidas las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades pulmonares crónicas- causan el 74% de la mortalidad mundial. Ahora, una nueva investigación de la Universidad de Exeter (Reino Unido) concluye que la actividad física en entornos naturales previene casi 13.000 casos de enfermedades no transmisibles al año en Inglaterra y ahorra costes de tratamiento por valor de más de 100 millones de libras (116,6 millones de euros).

Las enfermedades no transmisibles, también conocidas como enfermedades crónicas, no se transmiten de persona a persona y las muertes atribuidas a estas enfermedades están aumentando en la mayoría de los países.

La inactividad física está asociada a una serie de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2, los cánceres y los problemas de salud mental.

En su Informe sobre la situación mundial de la actividad física 2022, la OMS calculó que se producirán 500 millones de nuevos casos en todo el mundo entre 2020 y 2030 si la actividad física se mantiene en los niveles actuales, lo que supondrá más de 21.000 millones de libras (24,5 millones de euros) al año en costes de tratamiento.

Los entornos naturales favorecen la actividad física recreativa, y este nuevo estudio se centra especialmente en lugares como las playas y la costa, el campo y los espacios abiertos de pueblos y ciudades, como los parques.

A partir de datos de una encuesta transversal representativa de la población inglesa, los investigadores de la Universidad de Exeter han calculado cuántos casos de seis enfermedades no transmisibles -trastorno depresivo mayor, diabetes de tipo 2, cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular isquémico, cáncer de colon y cáncer de mama- se previenen mediante la actividad física recreativa en la naturaleza.

El doctor James Grellier, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, ha comentado los resultados publicados en 'Environment International'. "Creemos que es la primera vez que se realiza una evaluación de este tipo a escala nacional y es casi seguro que hemos subestimado el verdadero valor de la actividad física en la naturaleza en términos de prevención de enfermedades", ha recalcado.

Aunque se han centrado en seis de las enfermedades no transmisibles más comunes, hay varias enfermedades menos comunes que pueden prevenirse mediante la actividad física, incluidos otros tipos de cáncer y enfermedades mentales.

Es importante señalar que estas estimaciones representan costes anuales. Dado que las enfermedades crónicas pueden afectar a las personas durante muchos años, el valor global de la actividad física a la hora de prevenir cada caso es mucho mayor.

Aumentar los niveles de actividad física de la población es un objetivo estratégico cada vez más importante para las instituciones de salud pública de todo el mundo. La OMS recomienda que los adultos de 18 a 64 años realicen al menos entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada (o al menos entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa) a la semana para mantener un buen estado de salud. Sin embargo, en todo el mundo, el 27,5% de los adultos no cumple estas recomendaciones.

En 2019, 22 millones de adultos ingleses mayores de 16 años visitaron entornos naturales al menos una vez a la semana. Con los volúmenes reportados de actividad física en la naturaleza, los investigadores de Exeter estiman que esto evitó 12.763 casos de enfermedades no transmisibles, creando un ahorro anual en atención sanitaria de 108,7 millones de libras (126,7 millones de euros).

Se utilizaron datos representativos de la población de la encuesta 'Monitor of Engagement with the Natural Environment' para estimar el volumen semanal de actividad física recreativa basada en la naturaleza por adultos en Inglaterra en 2019.

Los investigadores utilizaron datos epidemiológicos de dosis-respuesta para calcular los casos incidentes de seis enfermedades no transmisibles prevenidas a través de la actividad física basada en la naturaleza, y estimaron los ahorros asociados utilizando los costos publicados de atención médica, atención informal y pérdidas de productividad. Se calcula que el coste sanitario de la inactividad física en Inglaterra en 2019 fue de aproximadamente 1.000 millones de libras.

El doctor James Grellier, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, ha señalado que "para las personas que no tienen acceso, deseo o confianza para participar en actividades deportivas o de acondicionamiento físico organizadas, la actividad física basada en la naturaleza es una opción mucho más disponible e informal".

"Creemos que nuestro estudio debería motivar a los responsables de la toma de decisiones que buscan aumentar la actividad física en la población local a invertir en espacios naturales, como los parques, para facilitar que la gente sea físicamente activa", ha concluido.