Instituto de España

La alta presencia de pymes y la falta de personal técnico, principales debilidades de la industria española

Para alcanzar la media europea en investigación para Ciencia es necesario que aumente la inversión privada en 9.600 millones anuales

Última sesión del ciclo Interacadémico organizado por el Instituto de España sobre 'La Constitución de 1978. Balance y Perspectivas'.
Última sesión del ciclo Interacadémico organizado por el Instituto de España sobre 'La Constitución de 1978. Balance y Perspectivas'.Instituto de España

Entre las principales causas de las “debilidades” que tiene en la actualidad el sector industrial español figuran el hecho de que en su mayoría está formado por pequeñas y medianas empresas, lo que implica “una dificultad para la tecnificación y la inversión en I+D”,y la falta de personal técnico, ya que los jóvenes “no se interesan por la tecnología, en parte por un nivel de remuneración bajo comparado con el sector financiero y por una dificultad académica mayor”.

Junto a ellas se encuentran igualmente la homologación de carreras con otros estados miembros de la UE derivada del Plan Bolonia, “que ha perjudicado el nivel de docencia en las carreras técnicas y no ha atraído a los mejores estudiantes”, y el que la distancia entre el ámbito académico y el industrial “sea grande y crece”.

Así lo puso de manifiesto Joaquín Coello Brufau, vicepresidente de la Real Academia de Ingeniería e ingeniero naval, en su intervención dentro de la última sesión del ciclo Interacadémico organizado por el Instituto de España sobre “La Constitución de 1978. Balance y Perspectivas”. En la misma sesión intervinieron igualmente María Castellano Arroyo, de la Real Academia Nacional de Medicina de España, y Juan Rojo, de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España.

El lado de las “fortalezas” del sector industrial se situarían, a juicio de Coello Brufau, los sectores industriales en los que España está a la cabeza de la industria europea, como en producción y distribución eléctrica, automóvil u obra civil, entre otros, así como el hecho de que se dispone “de talento” y la expansión de la industria española a Latinoamérica, lo que avala que “la signatura de la internacionalización se ha saldado con éxito”, aunque ahora el reto es extenderla a Europa, Norteamérica y Asia.

En este sentido, Coello Brufau, que se centró en la reconstrucción industrial desde 1978, con sus “luces y sombras”, señaló que países como España si quieren tener más peso en estas áreas industriales en el mercado mundial deben avanzar en sectores como computación, medicina, farma, alimentación o ciencias, entre otros.

Pero para que esos programas tengan éxito, afirmó al respecto, “la colaboración público-privada es esencial, pero la iniciativa del producto y la tensión del mercado deben ser aportados por la parte privada, y la tecnología, en parte, por la pública”. Y es que, en su opinión, España cuenta con una gran ventaja esencial y estable en el tiempo: “No nos falta talento”.

Por su parte, Juan Rojo, académico de la RAC y catedrático de Física Sólida de la Universidad Complutense, destacó el papel relevante que vuelve a tener la ciencia en la vida política debido a la creación de la Oficina de Ciencia y Tecnología en el Congreso de los Diputados y alentó a las empresas a que inviertan en I+D para alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea y así lograr el ansiado 2.27% del PIB en inversión en ciencia. "Para alcanzar la medía europea el gasto privado anual debería aumentar en 9.600 millones de euros”.

El citado académico de la RAC repasó también el impacto positivo que han tenido las medidas de incentivo como son los sexenios de investigación o el programa “Ramón y Cajal” para el retorno de los científicos que investigan en el extranjero.