Adolescencia

No es ansiedad ni estrés: esto es lo que sienten muchos jóvenes al cerrar Tiktok

Casi uno de cada cuatro adolescentes en España se siente solo, especialmente las chicas

No es ansiedad ni estrés: esto es lo que sienten muchos jóvenes al cerrar Tiktok
No es ansiedad ni estrés: esto es lo que sienten muchos jóvenes al cerrar TiktokLa Razón

Viven rodeados de notificaciones, mensajes y vídeos que se suceden sin pausa. La vida de muchos jóvenes transcurre entre pantallas, memes y directos de TikTok que les hacen sentir parte de algo más grande. Sin embargo, cuando el algoritmo se detiene y la pantalla se apaga, emerge un silencio difícil de ignorar. Una sensación de desconexión, de vacío, que no se parece ni al estrés ni a la ansiedad, pero que pesa, es la soledad.

Aunque resulte paradójico, la generación más conectada de la historia es también una de las que más sola se siente. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 21% de los adolescentes españoles afirma sentirse solo, una cifra que asciende al 25% en el caso de las chicas. El contraste entre la hiperconexión digital y el aislamiento emocional es cada vez más evidente.

Redes sociales: mucho contacto, poco vínculo

Las redes sociales ofrecen una ventana permanente al mundo. TikTok especialmente popular entre los jóvenes, se ha convertido en uno de los espacios más frecuentados para entretenerse, compartir y comunicarse. Pero la interacción digital, aunque masiva, no siempre genera relaciones de calidad.

Estudios como el publicado por el Observatorio de la Juventud en España (2023) advierten que el uso intensivo de redes sociales puede relacionarse con sensaciones de vacío, aislamiento y baja autoestima, sobre todo cuando se convierte en una vía casi exclusiva de relación social.

La experiencia virtual no reemplaza el encuentro cara a cara. Hablar por mensajes, reaccionar con emojis o compartir vídeos no activa los mismos mecanismos de empatía que una conversación presencial. A largo plazo, esa diferencia puede traducirse en una sensación de desconexión emocional, incluso en medio de una intensa actividad en redes.

La importancia de los vínculos reales

La adolescencia es una etapa clave para construir la identidad y consolidar habilidades sociales. En este proceso, el contacto humano directo sigue siendo esencial. Diversas investigaciones subrayan que la falta de relaciones profundas y presenciales puede contribuir a una mayor percepción de soledad, incluso entre jóvenes muy activos digitalmente.

En su informe “La salud mental de la población infantil y juvenil” (2022), el Ministerio de Sanidad ya alertaba de un aumento de los problemas de salud mental entre adolescentes, donde la soledad y el aislamiento juegan un papel relevante. Aunque no se puede responsabilizar directamente a TikTok u otras plataformas, el uso excesivo de redes puede desplazar actividades que refuercen vínculos sociales reales, como el deporte, el juego grupal o el tiempo compartido en familia.

De la hiperconexión a la desconexión emocional

Cerrar TikTok después de una hora de consumo pasivo de contenido puede dejar una sensación de desconexión. El cerebro, acostumbrado a recibir estímulos rápidos y constantes, puede experimentar un bajón emocional. A eso se suma la comparación constante con otros usuarios, la presión por generar contenido y la dependencia del refuerzo positivo a través de “likes” o visualizaciones.

Aunque no existe una única causa, el modelo de interacción rápida, fragmentada y superficial que domina en redes sociales contribuye a que muchos adolescentes experimenten un malestar difuso difícil de identificar, que puede confundirse con ansiedad, estrés o aburrimiento, pero que tiene raíces más profundas: la necesidad de conexión humana auténtica.

Romper la barrera invisible

El reto no es eliminar las redes, sino buscar un equilibrio saludable entre la vida digital y la vida real. Iniciativas escolares y comunitarias orientadas a fomentar espacios de encuentro presencial, actividades grupales o el uso consciente de la tecnología pueden contribuir a reforzar los vínculos sociales de calidad.

Además, los especialistas en salud mental recomiendan prestar atención a ciertos indicadores: cambios de humor tras el uso del móvil, aislamiento progresivo o pérdida de interés en actividades presenciales. Identificar estos signos y abordarlos a tiempo puede marcar una gran diferencia.

Una soledad que no se ve, pero se siente

A menudo se habla de la salud mental juvenil en términos médicos o clínicos. Pero la soledad emocional, la falta de vínculos profundos y el aislamiento relacional también son formas de sufrimiento que merecen atención. Vivimos en la era de los seguidores, los “me gusta” y los filtros, pero eso no siempre garantiza sentirse acompañado.

Hoy, más que nunca, mirarse a los ojos, hablar sin pantallas de por medio y compartir tiempo real puede ser una forma de resistencia. Porque no, no siempre es ansiedad o estrés. A veces, simplemente, es soledad.