
Religión
La catedral de San Pedro en Rabat, ejemplo de tolerancia religiosa
Fue construida por los franceses en 1930 y, entre otros servicios, presta atención a los inmigrantes a través de Cáritas

En el corazón del distrito de Hassan, en la plaza del Golán, se alza la Catedral de San Pedro de Rabat. Encargada por el mariscal Lyautey, la primera piedra del edificio se colocó en 1919. Tan solo tres años después, fue inaugurada el 17 de noviembre de 1921 por el Residente General, antes de quedar totalmente terminada en 1930.
De estilo principalmente art déco, es obra del arquitecto francés Adrien Laforgue, hermano del poeta Jules Laforgue. El arquitecto es conocido por haber diseñado y construido la Oficina Central de Correos de Casablanca, la Dirección de Servicios Mineros y la estación de tren de Rabat Ville.
Desde sus inicios, la Catedral siempre ha empleado a marroquíes. «Todos nuestros empleados son marroquíes, nuestro cocinero es marroquí, el hombre que se encarga del mantenimiento e incluso prepara lo necesario para la oración es marroquí y musulmán», afirma el padre Yves, que lleva oficiendo dos años en el templo.
Hafida, la cocinera, explica que lleva más de 24 años trabajando en la Catedral. Antes de que ella asumiera el cargo, otro marroquí trabajó allí durante más de 30 años. «La iglesia acaba de ser repintada, por dentro y por fuera. Es el esfuerzo de los trabajadores marroquíes que llevan varios años trabajando en esta iglesia», continúa.
Además, al igual que todas las iglesias de Marruecos, la catedral ofrece asistencia a los inmigrantes que llaman a su puerta. Aunque Cáritas, que significa "amor al prójimo" en latín, asume esta misión, recibe numerosas solicitudes, y algunas son rechazadas porque la urgencia de un hombre es menor que la de una mujer embarazada o con hijos.
Así es como estos hombres "acuden a menudo a las iglesias, especialmente a la catedral, para conversar y luego buscar ayuda material". Aunque no cuentan con los suficientes recursos materiales, financieros y humanos para brindar una acogida estructurada a los inmigrantes, los hombres y mujeres de la catedral distribuyen comidas y, a veces, un poco de dinero para ayudarlos, informa Yabiladi.
✕
Accede a tu cuenta para comentar