Pederastia

El cirujano francés Le Scouarnec, condenado a 20 años de cárcel por violar a casi 300 niños

Considerado el mayor pederasta de Francia, ha sido declarado culpable de prácticamente todos los cargos

El diablo de la bata blanca ha sido condenado a la máxima pena prevista, 20 años, con obligación de cumplir dos tercios de la condena. La pena, sin embargo, se daba por descontada tras tres meses de macrojuicio para el excirujano Joël Le Scouarnec quien agredió sexualmente a 299 de sus pacientes, la mayoría menores de 15 años, durante un cuarto de siglo ejerciendo en diversos centros médicos de la región de Bretaña.

Era la pena que había pedido la Fiscalía para quien no tenía salida, ya que todo estaba bien documentado en los propios cuadernos personales en los que Le Scouarnec narraba todas sus agresiones al detalle. El propio acusado había reconocido los hechos y en su último alegato el pasado lunes no pidió “ninguna indulgencia (…) simplemente el derecho a ser mejor persona y recuperar esa parte de humanidad que tanto me ha faltado”.


Muchas de esas 299 víctimas han ido pasando por el tribunal de Vannes (Bretaña) durante los últimos tres meses explicando cómo aquella agresión les creó un estrés postraumático que les impidió relacionarse con normalidad con el sexo o con determinadas personas. Muchos de ellos no recordaban los abusos y tuvieron que investigar sus propias historias personales atando cabos.

Descubrir lo que les había ocurrido fue una vía para reconstruir su vida y liberar la angustia de muchas de estas víctimas. Otras ni siquiera están. Es el caso del joven Mathys, representado por sus abuelos con quienes pudo hablar LA RAZON en el Palacio de Justicia de Bretaña el primer día de juicio. Llevaban un retrato de su nieto de grandes dimensiones en las manos. Mathys se suicidó en 2021 por una sobredosis. Nunca llegó a superar los abusos que sufrió por parte de Le Scouarnec cuando tenía diez años.


El promedio de edad de las víctimas del excirujano al sufrir los abusos es de 11 años, según confirmó la Fiscalía. Del total, 158 son hombres y 141 son mujeres. A la mayoría les decía que las amaba, sin mostrar ningún tipo de culpa por lo que acababa de hacer, siempre en la consulta o en la sala operatoria donde acudían los menores, generalmente aquejados de una apendicitis o peritonitis que les causaba fuertes dolores. "Eras el diablo y a veces te vestías con una bata blanca", sentenció el fiscal Stéphane Kellenberger contra Le Scouarnec, añadiendo que podría ser necesario un juicio adicional para cubrir nuevos casos.


Le Scouarnec estaba en prisión desde 2020 por agresiones a dos sobrinas y una vecina suya de 6 años en 2017. A raíz de la denuncia de ésta última, los investigadores descubrieron en casa del acusado sus cuadernos además de miles de archivos de pornografía infantil. Pero la Justicia ya lo tenía en el radar desde mucho antes.

Fue en 2004 cuando su tarjeta bancaria, que utilizaba para acceder a páginas de pornografía infantil, lo traicionó y un tribunal de Bretaña lo condenó a cuatro meses de prisión que quedaron en suspenso. La condena no le impidió seguir ejerciendo hasta su jubilación en 2017 en varios centros de la región. Los psiquiatras que lo han examinado no han hallado la causa de su pedofilia. “Este señor es un enigma” dijo al tribunal uno de los psiquiatras.
La sentencia llega tras un macrojuicio de tres meses en Vannes (Bretaña) que ha conmocionado a Francia tanto por el horror con el que se han ido descubriendo los cuadernos en los que Le Scouarnec iba narrando con todo lujo de detalles sus agresiones sexuales como por la frustración de las víctimas ante la falta de respuestas durante el proceso por la actuación de las autoridades médicas.

La gran pregunta que ha planeado sobre la sala del juicio durante estos meses ha sido cómo pudo seguir trabajando como cirujano pese a estar condenado desde 2005 y pese a los múltiples avisos que constaban sobre el acusado, incluso por parte del FBI a Francia. La semana pasada, en una de las últimas sesiones del juicio, varios exaltos cargos directivos de instituciones médicas, tanto públicas como privadas, por las que pasó Le Scouarnec comparecieron sin ofrecer respuestas claras. Uno tras otro negaron cualquier responsabilidad individual y culparon al “sistema administrativo francés”, algo que desató indignación entre las partes civiles.


El juicio, sin embargo, sí que deja varias consecuencias y pistas abiertas. Una de ellas en forma de una nueva investigación para dar con el paradero de otras víctimas de Le Scouarnec que aún no han sido localizadas o incluso que desconocen todavía que fueron agredidas sexualmente en su infancia. Se teme que el listado de víctimas en un periodo de 25 años pueda ser muy superior a las 299 por las que ha sido condenado en esta ocasión.

Además, algunas asociaciones han pedido al gobierno francés lanzar una comisión para evitar que se repitan hechos similares. El ministro de Sanidad, Yannick Neuder, ya ha anunciado una revisión de protocolos y un trabajo junto a su homólogo de Justicia para evitar que “nunca más niños vulnerables sean expuestos a predadores sexuales”. Si algo ha puesto en evidencia estos tres meses de procesos ha sido las fallas del sistema y como las alertas que existían sobre el excirujano fueron constantemente despreciadas permitiendo que Le Scouarnec continuase engordando sus cuadernos del horror amparado por el poder y el prestigio.