Temperatura extrema

La «cúpula de calor» africano derrite el hemisferio norte

La tercera ola de calor del verano colapsa al Viejo Continente con temperaturas que superan los 44 grados

No hay país del hemisferio norte que no padezca temperaturas de infarto. En España, los termómetros oscilaron entre 38 y 42 grados en el centro, este peninsular y en las Baleares, mientras que en Mallorca, Aragón y Cataluña tuvo lugar el peor día de este episodio de calor extremo. El día cerró en estos territorios con los termómetros superando los 44 grados.

Según datos de Aemet, esta tercera ola de calor del verano ha dejado ya récords en ciudades como Toledo, que batió su marca de temperatura máxima para el mes de julio, con 42,9 grados. Teruel, por su parte, vivió su noche más cálida en julio desde que hay registros, con 20,6 grados.

En el Viejo Continente la situación no es mejor. En Grecia padecieron 36 y 40 grados de media y máximas de 44, una canícula que ha desatado varios incendios en las afueras de Atenas y otros lugares, mientras que en Italia, Caronte, como han denominado a esta tercera ola de calor, se activó la alerta roja en 20 ciudades, entre ellas Venecia, Florencia y Roma, donde se superaron los 40 grados.

Pero este infierno terrenal no solo se está manifestando en Europa, sino que en China y Estados Unidos también se están derritiendo los termómetros. De hecho, en esta última, más de 91 millones de personas se encuentran bajo alerta. El Sistema Nacional Integrado de Información de Calor y Salud de EE UU (NIHHIS), indicó que el 27% de la población se encuentra en regiones con calores extremos, un leve alivio comparado con el 31% el lunes y el 34% el domingo.

Y esto no ha hecho más que empezar, pues, según la Aemet, el sofocante calor seguirá las próximas horas debido a la masa de aire muy «cálido, seco y estable», procedente del norte de África, de características similares a la que ya produjo una ola de calor a comienzos de la pasada semana y, probablemente, acompañado de calima en altura.

Según Francisco Martín, de Meteored, esta situación tan extrema y apocalíptica se produce por la yuxtaposición de varios domos de calor que llevan al hemisferio norte a temperaturas radicales históricas. «El domo o cúpula de calor se puede considerar como una zona o parte de una gran y profunda dorsal de altas presiones de lento desplazamiento que afecta a un área amplia durante algunos días, más de tres, preferentemente en los meses más cálidos, donde se acumulan altas temperaturas desde niveles altos hasta superficie y donde el aire estable, seco y soleado se calienta aún más por subsidencia (aire descendente) en su interior, y hace que las temperaturas en niveles bajos aumenten de forma notoria siendo precursores y desarrolladores de olas de calor potenciales», explica.

Canícula intensa

Y es en estas condiciones, y durante los días de mediados de julio de 2023, y ya en el periodo canicular, «cuando se están observando varios domos de calor asociados a patrones de intensas y profundas dorsales o anticiclones hasta niveles bajos. Estos domos de calor han llevado a temperaturas superiores a 50 ºC a lugares como el Valle de la Muerte, California , zonas de China y áreas de Irán a Irak, con valores del orden de 48-49 ºC en zonas africanas del Mediterráneo y 45-46ºC en puntos de los países europeos de dicha cuenca. Lo llamativo de esta situación es que estos domos del hemisferio norte muestran una estructura periódica asociada a los anticiclones cuasi estacionarios subtropicales», añade el experto de Meteored.

Esta situación tiene un fuerte impacto en la producción alimentaria, aumenta el riesgo de incendios, fortalece las sequías y es muy peligrosa para la salud. De hecho, ayer, John Nairn, experto en calor extremo de la OMM, el brazo científico de Naciones Unidas, aseveró que las temperaturas nocturnas son particularmente peligrosas para la salud humana porque el cuerpo es incapaz de recuperarse del calor permanente, lo que lleva a un aumento de ataques al corazón y a muertes».

Por su parte, el jefe de emergencias sanitarias de la organización humanitaria, Panu Saaristo, apuntó que «la mayoría de muertes relacionadas con esta situación no ocurren por ataques al corazón, sino por el impacto en personas con enfermedades preexistentes. El calor extremo puede empeorar los problemas cardiovasculares y respiratorios».

Para mañana se prevén ya temperaturas en descenso, sobre todo las diurnas, en zonas del centro del país y, de manera más «acusada» en el norte y noreste peninsular, donde podrá ser notable, mientras que en el área mediterránea peninsular ascenderán y se mantendrán con pocos cambios en el resto.