Visión experta

Detectar señales y educar sobre el suicidio

La importancia de hablar sobre el suicidio en las escuelas permite entender el peligro de cambios de conducta, aumento de la irritabilidad, problemas para dormir, cambios significativos en la alimentación o insomnio

De los 4.097 suicidios en España en 2022, 84 fueron menores de 20 años, señalan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)
De los 4.097 suicidios en España en 2022, 84 fueron menores de 20 años, señalan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)Dreamstime

El suicidio es una de las primeras causas de muerte no natural entre los jóvenes. Junto con los accidentes de tráfico. Ambas causas superan con creces las enfermedades del sistema nervioso y los tumores, que son otras causas de mortalidad infantil, reflejan los datos recogidos en Save the children. Las estadísticas también aumentan con la edad, hay menor tasa de suicidio en niños y crecen al aumentar la edad hacia la adolescencia. De los suicidios que se producen al año, una cuarta parte son adolescentes y jóvenes de menos de 25 años.

Para abordar esta problemática es importante una prevención primaria. Psicoeducar a los adolescentes de lo que implica el suicidio, que entiendan que es una decisión permanente e irreversible a un problema transitorio, que tengan claro que es un síntoma de que no se sienten bien, que necesitan ayuda y se puede superar. Posteriormente es importante que tengan claro que tienen que hacer en caso de que esas ideas aparezcan: comunicarlo en casa, buscar ayuda profesional. En muchas comunidades autónomas ya hay planes de prevención con charlas informativas en los colegios y los resultados son buenos.

En cuanto a los signos de alarma es necesario estar atento tanto desde la familia, como en los centros escolares. En niños y adolescentes es frecuente que muestren señales de alarma también en el colegio, pero si los profesores y compañeros no saben reconocerlos como tal suele ser más difícil que informen a la familia para que acudan a los centros sanitarios. También es importante insistir a los compañeros que si uno de ellos le comunica al otro una intención suicida, aunque le pida no decirlo a los adultos,hay que comunicarlo pues puede salvarle la vida. Por ello, la importancia de primero comunicar, educar sobre el suicidio en las escuelas. Es frecuente que niños y adolescentes que se suicidan lo hablaran en secreto con algún amigo íntimo y, por eso, que éste último lo comunique a los adultos le puede salvar la vida.

En cuanto a las señales de alarma la más clara es que lo manifiesten, tanto si manifiesta explícitamente que quiere morir como si muestran desesperanza «no seré feliz nunca», «la vida no tiene sentido» incluso señales de despedida inesperadas (cuando no se acaba la relación) «que sepas que me has ayudado mucho». Dentro de las señales no verbales suelen ser cambios de conducta aumentando la irritabilidad, problemas para dormir, cambios significativos en la alimentación,insomnio o todo lo contrario, es decir, un periodo de calma después de mucho tiempo de agitación repentino (han visto la solución de sus problemas en el suicidio y como lo van a llevar a cabo se tranquilizan). Perder interés en cosas que le gustaban, aislamiento, consumo inusual de alcoholo o drogas, bajar las calificaciones, regalar objetos personales precisados, cerrar redes sociales o resolver asuntos pendientes.

Algunas de estas señales son difusas pues aparecen en la mayoría de los niños y adolescentes que llevan a cabo un intento suicida, pero no todos los niños que las llevan a cabo comenten un acto suicida. De todos modos, son señales de que hay que estrechar la comunicación pues el chaval o chavala no está bien, ver si es necesario buscar ayuda profesional.

Por último, es importante tener en cuenta que, en algunos casos, no hay señales de alarma pues es un acto impulsivo (por ejemplo, le deja su primera pareja y no aguanta el dolor y comete un acto suicida). No siempre las señales se ven o es más fácil verlas después del acto suicida, esto para mi es importante recalcarlo pues hay familias que ven las señales a posteriori lo que les genera mucha culpa, pues nunca podrían pensar que su hijo o hija pudiera llevar a cabo esa conducta.

Patricia Vega es profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y experta en planes de prevención del suicidio.