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Un nuevo Papa
-¿Qué lugar ocupa la diplomacia internacional en un papado?
Juega un papel muy grande por la catolicidad de la Iglesia presente en todo el mundo. Curiosamente, desde que en 1870 los papas perdieron el poder temporal, la diplomacia y la proyección internacional del papado ha crecido. Esto se debe a que la palabra del Papa adquirió un nuevo valor porque se tendía a reconocer que en lo que decía no había un interés geoestratégico. Además, el aumento de la conciencia de la importancia de la fraternidad entre los pueblos y la solidaridad internacional ha contribuido a amplificar aún más la voz de los papas.
-¿Qué hitos definieron, desde el punto de vista internacional, el papado de Francisco?
Desde el punto de vista internacional, el primer hito que define el papado de Francisco es el de que se trata de un Papa no europeo, lo que indudablemente le ha hecho tener un punto de vista de las relaciones internacionales y de la acción de la Iglesia en ellas diferente del de sus predecesores, todos ellos europeos, casi hasta san Pedro.
Esto se ha traducido en gestos concretos, al menos de dos maneras. Francisco, hijo de inmigrantes italianos que escaparon del fascismo, ha elevado el tono en la —tradicional— defensa de los derechos de los inmigrantes y de los refugiados. El primer viaje apostólico del Papa Francisco fue a la isla de Lampedusa, isla italiana que está más cerca de África que de la Europa continental. Con este viaje y otros —como el realizado a Lesbos— Francisco puso el foco de atención sobre el sufrimiento de los inmigrantes en un momento en lo que abundan son los discursos alarmistas que hablan de invasión y de crisis migratoria sin precedentes. Por otro lado, el Papa venido del fin del mundo ha querido dar voz y representación a las iglesias pequeñas, minoritarias y periféricas. Esto se refleja en la actual composición del colegio cardenalicio y también en sus viajes apostólicos. El Papa Francisco ha estado en Corea, Tailandia, Mongolia o Japón pero no ha estado en España o en Argentina y sólo fue una vez a México, por citar países de antigua tradición católica.
Otros hitos importantes son la labor mediadora para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EE UU y Cuba, la llamada de atención sobre la crisis ecológica a través de la encíclica «Fratelli tutti» y la firma del documento sobre la «Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común» firmado con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahamad al-Tayyeb. La primera acción la favoreció su condición de iberoamericano; la segunda proviene de la escucha de lo que pasa en aquellos lugares del mundo donde la crisis ecológica causa mayor sufrimiento; la tercera responde a la conciencia de que la Iglesia crece y se fortalece en Asia y África, lugares donde la convivencia pacífica con el Islám es más necesaria que nunca.
-¿Qué podemos esperar del nuevo Papa en este ámbito?
León XIV va a tener que seguir trabajando en cuestiones aún no resueltas. Indudablemente la paz será prioritaria. La guerra sigue devastando Ucrania y la tierra de Israel, pero también regiones que parecen poco en los medios como Sudán o la República Democrática del Congo que tiene una iglesia joven y vibrante.
Muchas de las prioridades en la acción internacional de la Iglesia dependerán de qué sea el nuevo Papa. Que Juan Pablo II procediera de un país del otro lado del telón de acero marcó el rumbo de la acción internacional de la Iglesia y su relación con los países comunistas de un modo determinante, como la condición de iberoamericano ha marcado la acción del pontificado de Francisco. La procedencia geográfica, pero también la trayectoria vital y espiritual del nuevo Papa determinarán los énfasis que se dé a la acción internacional de la Santa Sede.
-¿Qué podemos esperar del nuevo Papa en relación con China?
Durante el pontificado del Papa Francisco la Santa Sede ha firmado un acuerdo con el Gobierno chino para el nombramiento de los obispos católicos. Que China ha crecido económicamente en los últimos años de manera sorprendente es algo sabido. Es poco sabido que China está viviendo un renacer espiritual muy fuerte. Este renacer espiritual preocupa al Gobierno chin,o que quiere controlar este desarrollo. Desde época imperial, en China la religión ha estado controlada por el poder político que formaba parte de la administración del estado. Seguramente también lo quiere controlar porque el comunismo es una ideología atea que mira con recelo al fenómeno religioso. El acuerdo con el Ejecutivo chino ha permitido el nombramiento de obispos aceptables para ambas partes, pero ha suscitado grandes críticas por parte de muchos católicos chinos. El nuevo Papa tendrá que evaluar en tres años si el acuerdo se renueva por segunda vez, si se intenta modificar o se renuncia al acuerdo.
-¿Y la Iglesia ortodoxa?
Las relaciones de Bergoglio con el Patriarca de Constantinopla han sido inmejorables y ha sido el primer Papa en tener un encuentro con el Patriarca de Moscú, que ocurrió en La Habana. Por otra parte, la Iglesia ortodoxa vive un brutal cisma que gira alrededor del conflicto entre Ucrania y Rusia. El nuevo Papa tendrá que ver si puede continuar a mantener buenas relaciones con las iglesias ortodoxas.
-Su elección se producirá en medio del declive geopolítico de Europa y la crisis del multilateralismo, ¿qué podemos esperar?
Seguramente podemos esperar un aumento significativo del multilateralismo. La Santa Sede y la Iglesia católica en general, por su presencia internacional, nacional y local, están particularmente bien posicionada para poder favorecer el multilateralismo e influir en los temas tratados y los acuerdos propuestos.
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