Salud
Escoliosis, la desviación silenciosa de la columna
Se rata de una afección que provoca una curvatura anormal de la columna vertebral
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La escoliosis es una desviación lateral de la columna vertebral que afecta a su curvatura natural y provoca una desviación lateral con forma de S o de C, hasta alcanzar curvas de más de diez grados de desviación. Cuando la desviación es menor, se habla más bien de “actitud escoliótica”. Y, aunque la mayoría de las veces se diagnostica en adolescentes, también puede afectar a la población adulta.
“La mayor parte de los casos de escoliosis son leves, pero algunas desviaciones empeoran a medida que los niños crecen”, indica el doctor Iván Morales, traumatólogo del Hospital Quirónsalud Valencia, que explica que las desviaciones pueden derivar en deformidades rotacionales de algunas de las vértebras y provocar desviaciones más complejas. “La escoliosis grave puede ser incapacitante. Una curvatura especialmente grave en la columna vertebral reduce el espacio dentro del pecho, lo que dificulta el funcionamiento correcto de los pulmones”, advierte el especialista.
Las causas exactas de la escoliosis son desconocidas, pero algunos factores de riesgo incluyen una mala postura, anomalías congénitas de la columna vertebral, pequeñas diferencias en la longitud de las piernas, ciertos trastornos neuromusculares o algunas enfermedades del tejido conectivo.
Síntomas poco claros
El problema de la escoliosis es que se trata de una dolencia con síntomas leves y poco claros. Se trata de una afección silenciosa que puede terminar por manifestarse de forma clara cuando ya está muy desarrollada. Esto es así, naturalmente, salvo en los casos en los que el origen de la escoliosis sea una fractura vertebral -traumática, osteoporótica o patológica-, cuya detección y tratamiento responden a requerimientos diferentes.
Los síntomas habituales de una escoliosis se basan en signos visibles que hacen sospechar la existencia de una deformidad de la columna: asimetría en la altura de los hombros, diferencias en los pliegues bajo las costillas, asimetría de las apófisis espinosas a lo largo de la espalda o anomalías en la manera de caminar.
“En las curvas de poca amplitud, la escoliosis tiende a provocar sobrecargas musculares del tronco por la carga asimétrica de pesos. A largo plazo, en escoliosis más marcadas, aparece artrosis facetaria vertebral y lesiones discales en las zonas donde las curvas son más convexas. Y en casos extremos, de curvaturas muy grandes, se puede llegar a comprometer la cavidad torácica, los pulmones y el corazón”, afirma el Dr. Morales.
Deportes de elasticidad
Ante la detección de una escoliosis, el modo de actuar depende de la determinación de sus causas. Si se trata de una escoliosis secundaria -es decir, derivada de alguna patología detectada- la solución pasa por poner remedio a la patología que la provoca. Por ejemplo, una plantilla o alza en el caso de que haya una asimetría entre las piernas u operar una malformación costovertebral si este es el origen.
En el caso de la escoliosis más habitual, que es la que afecta al adolescente sin una causa clara conocida, no existe ningún tratamiento que la corrija, salvo la cirugía, y esta no se emplea nunca. “No tendría sentido hacerlo, salvo en casos de curvas muy agresivas, que superen los 40º de amplitud”, afirma el especialista del Hospital Quirónsalud Valencia.
Lo que sí se puede hacer, aclara, es intentar limitar o retrasar la progresión de la curva lo máximo posible, y para ello se emplea una combinación de higiene postural, potenciación muscular y elasticidad ligamentosa. En curvas que superen los 20º procede el empleo de ortesis correctoras y corsés.
La natación intensiva ha sido siempre un buen tratamiento para la escoliosis, ya que fortalece toda la musculatura del cuerpo y hace ganar elasticidad y coordinación. También el pilates es una actividad muy recomendable, ya que trabaja de una forma suave la musculatura erectora del raquis (abdomen, glúteos, musculatura paraescapular…) y permite ganar equilibrio y elasticidad. En cambio, sin llegar a estar prohibidos, no se recomiendan los ejercicios de carga de peso, explosivos o de impacto, que aumentan el estrés sobre la columna y pueden provocar dolores al no estar las cargas bien repartidas por una columna asimétrica y rígida. Y es que, en los peores casos, podrían incluso acelerar la progresión de la deformidad.
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